Jimin.
Sus labios, un delicioso sabor fresa con una combinación de cerveza proviene de ellos, besa de una manera tan intensa que si yo fuera su maestro en la materia de besar le pondría un diez. Me contuve tantas veces de hacer esto al tenerla frente a frente que siento deseos de recuperar el tiempo perdido, aún cuando el aire comienza a ser escaso siento deseos de seguir hasta que nuestros labios sangren.
Su vestido ya había quedado en el suelo y con el las pocas probabilidades de dar marcha atrás a esta situación, lo único que cubría su sensual y desnuda figura era su ropa interior color blanco.
Su cuerpo es tan malditamente enloquecedor cómo lo había imaginado en mis sueños más prohibidos, su figura que ya no estaba tapada por ese condenado uniforme altera cada unos de mis sentidos mientras mis manos recorren la suave piel de su espalda.
Quería pasar a tercera base y tocar aquellas zonas prohibidas, colar mis dedos por debajo de sus bragas y brasier tocando aquellas zonas sensibles pero placenteras, pero al mismo tiempo disfruto de ir con la calma suficiente como para recorrer con mis manos desde la parte alta de su espalda, bajar a su cintura y descender finalmente hasta apretar con fuerza sus firme trasero.
Me estaba volviendo loco y por primera vez de buena manera, todas esas charlas compartidas después de clases y mediante mensajes durante varias semanas, todas esos intentos por acercame a ella sin que me mandara a la mierda en el intento, finalmente dieron el resultado que tanto había ansiado, aún cuando desde esta tarde todo pintaba ser un completo caos.
Pero el único caos era el que hay en mis pantalones y que necesita salir urgente, siento una fuerte presión producto de una erección que no tardó en llegar.
Separa sus labios de los míos lentamente, siento su cálida respiración chocar contra la mía, realmente necesitamos este párate.
—Tu y yo ¿Qué seremos después de esta noche?— pregunta desde una relativa inocencia si es que así se le puede llamar, tomando mi rostro entre sus manos.
Nuestras respiraciones se encuentran agitadas producto de besarnos hasta agotar el último rastro de oxígeno.
—¿Porqué lo preguntas?— Indagué bajando y subiendo mi vista por todo su cuerpo, quería concentrarme en su pregunta y en lo que esta podía significar, pero me era imposible concentrarme en una sola cosa cuando
—Dices que después de esta noche nunca más volveré a sentirme sola— repite bordeando con suavidad mi labio inferior con su pulgar— Lo que me lleva a preguntarte ¿Que seremos después de esta noche?— Y una pícara sonrisa se dibuja en sus labios.
—Seguiremos siendo los mismos de siempre, nada tiene porqué cambiar entre nosotros. Aún podemos ser los amigos que solemos ser.
¿Eso es cierto? ¿Puedo confiar en mis propias palabras?.
Llamarle "amistad" a mis verdaderas intenciones a estas alturas me resulta tan hipócrita y estúpido a la vez, dudo que alguna vez Zoe se haya tragado ese cuento cómo tal, no es la típica adolescente idiota la cual se puede engatusar con simples palabras como creí. Lo noto en sus ojos.
Su teléfono que está a un costado suena con un tono de llamada sumamente molesto en varios sentidos, deja caer su frente con la mía y estira su mano hasta alcanzar el aparato, se reincorpora y suelta un bufido al ver el nombre en la pantalla y segundos después corta la llamada.
—Deberías atender— menciono mientras acaricio lentamente sus músculos de abajo hacia arriba.
—Puede esperar— responde tirando el aparato donde estaba y al liberar ambas manos se desabrocha su brasier, tomando con la punta de sus dedos uno de los tirantes antes de dejarlo caer en el suelo junto a su vestido, todo esto bajo una mirada y sonrisa pícaras.
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Obsession | Park Jimin |
Teen FictionZoe Barton; una adolescente con una vida que se fue poco a poco por la borda luego de un trágico suceso intenta olvidar mediante fiestas y alchol lo problemático que se volvió su hogar y por lo tanto, su vida. Park Jimin; un profesor que aparenta se...