CAP 3

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-Nenes es hora de despertar, ya llegaron por ustedes y recuerden que es de mala educación hacer esperar a los demás ̶ la voz de Juli hace que todos nos levantemos, porque si hay algo que se toman enserio aquí son las reglas y obediencia, aunque la verdad no es algo que nos moleste ya que ese es uno de los punto de venir es este colegio.

Cuando ya todos estábamos listos hicimos una filita y nos dirigimos a la salida, cada uno espera a que lo llamen para salir.

Isa puedes salir- salgo de mi lugar en la fila y me despido de todos con un hasta mañana.
Al salir Nana está esperándome con Marco a un par de metros de la puerta así que empiezo a caminar hacia ellos  pero tropiezo con un desnivel que hay y hace que caiga, siento  ardor en las rodillas y al bajar la vista veo mis medias rotas, mis ojos empiezan a humedecer y estoy a punto de llamar a Nana cuando veo un par de zapatos relucientes pararse enfrente mío y después hagacharse para quedar a mi altura.

Hola pequeña - la voz del desconocido hace que deje de mirar sus zapatos que por cierto brillan tanto que hasta puedo reflejarme  en ellos pero bueno volviendo al desconocido, levanto mi vista directamente hacia sus ojos, solo voy a decir que sus ojos eran como ver al cielo sin una sola nuble, transmitían tanta paz que hasta olvidé dónde estaba, así de mal me dejó.
Pequeña ¿te encuentras bien?-- su ceño se frunció un poquito al no recibir respuesta.
¿Sabes que no responder a una pregunta es de  niñas malas?- dijo él y está vez si que reaccioné.
Yo soy una niña buena- le respondí por instinto.
-¿A sí?
- Nana dice que soy una niña buena- le digo con orgullo.
-Bien demuéstrame que eres un niña buena y déjame ver tus rodillas ¿sí?.
- soy una niña buena- le repito un poco enojada- y Nana me dijo que no debo hablar con extraños así que mejor me voy.
- tienes razón no debes hablar con extraños -me dice con una pequeña sonrisa.
- Si, así que ya me voy Nana me está esperando, adiós señor.- digo poniéndome de pie.
Hasta luego pequeña- se despide sin quitar su sonrisa.
Me doy la vuelta y llego hasta donde nana está y ella me pregunta si estoy bien y quién era el señor.
Le digo que estoy bien que solo se dañaron las medias y que el señor solo quiso ayudarme cuando me caí.

IsabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora