Cap 53

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Isa

Finalmente las remodelaciones en las oficinas habían acabado y el resultado me encantaba, una de las esquinas de ambas oficinas contaban con un mini escritorio, dos mini armarios, repisas para mis materiales de pintura, hasta habían colgado una silla aérea de la que estaba enamora por lo grande y cómoda que era, como es normal, hay muchos cojines y mantas por todos lados. El lugar era hermoso y no me cansaba de decirlo y agradecerles a mis papis por todo lo que hicieron.

- ya sabes que si quieres cambiar algo solo debes pedirlo y se hará- dice al igual que lo hizo daddy cuando vi lo que había en su oficina

-todo está perfecto, papi

-me alegra escuchar eso, nena -responde con una enorme sonrisa igual a la mía

- ¿puedo utilizar las pinturas ahora?- pregunto al terminar mi jugo

-puedes utilizar todo lo que quieras cuando quieras, mi vida- responde tomándome en sus brazos- pero primero debemos ir a recoger algunas cosas y comprar otras, pero prometo que no duramos y así puedes volver a disfrutar esto ¿de acuerdo ?

-de acuerdo papi

-bien, en marcha entonces

Tomamos lo esencial y nos disponemos a salir, los lugares que visitaríamos estaban cerca así que no usaríamos el auto. Las primeras dos paradas son rápidas, en la farmacia duramos un poco más ya que debemos esperar a que buscaran todo los medicamentos, por que sí, mis papis suelen tener varios kit de emergencia y suelen cambiar las cosas cada cierto tiempo. Salimos y una ráfaga de viento nos recibió, papi cierra bien mi abrigo para mantener el calor dentro, decidimos entrar a la cafetería que hay cerca y así poder disipar un poco el frío que hace.

-¡Buenas tardes, bienvenidos! ¿Qué desean ordenar?- saluda la joven detrás del mostrador

Papi se encarga de pedir el café porque siendo sincera no entiendo todos esos nombres, yo solo señalo el postre que me llama la atención y papi lo pide. Mientras esperamos observo mi alrededor sintiendo un escalofrío, pero al mirar no hay nadie sospechoso o que me esté mirando directamente, me acerco más a Alex y me centro en mirar los postres frente a mi e ignorar la sensación.

Una vez que el pedido está listo salimos del lugar y caminamos hacia un parque cercano, nos sentamos a disfrutar nuestro pedido mientras está calientito. Pasamos un buen rato riendo y jugando hasta que terminamos todo y tenemos que volver a la oficina.

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Daddy aún no llega y comienzo a sopesar la idea de volver, papi acaba de subir por unos papeles que olvidó y yo preferí quedarme en la recepción del edificio esperando. Me levanto del cómodo sillón y me acerco a las puertas para tratar de divisar a daddy.

De un momento a otro siento un brazo rodear mis hombros, presionar mi cabeza de forma que solo puedo mirar al frente y me hace comenzar a caminar entre la multitud que comienza a salir de sus trabajos, lo primero que pienso es que es daddy pero no es su olor ni su físico y mucho menos actuaria de esta forma, ni  papi por lo comienzo a asustarme un poco. Trato de frenar el avance pero la persona tiene más fuerza, comienzo a asustarme cada vez más cuando veo lo que hemos avanzado, cuando estoy apunto de gritar por ayuda, logro ver tío Bastian a unos metros hablando con una señora.

-¡Bastin! ¡tío Bastian!- logro gritar antes de que la mano del desconocido tape mi boca y me hale con más fuerza hacia el lado contrario de mi tío

-¡Isa!- logro escuchar mientras golpeo y pataleo tratando de librarme

Las personas a mi alrededor parecen no prestar atención a lo que pasa y no puedo evitar soltar algunas lágrimas por la impotencia que siento.

IsabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora