—¿Te gustaría ver a dos hombres haciendo el amor, por ejemplo, en tu habitación?
Todos en la mesa la observaban.
"Para el expediente, ¿cómo llegamos a esto?", pensó, ya que cosas solo le pasaban a ella. La pregunta era directa, la respuesta debería ser igual.
—Sí, claro que sí.
Soltó una risotada. Aquello no podía ser serio, le estaban jugando una broma.
—Pero no me imagino haciéndolo. Tendría que ser con alguien muy especial, que no me afecte si no vuelvo a ver para siempre, si luego siento mucha vergüenza
"¡Eres una enorme boba!"
—Muy buenos amigos que casi no me interesen.
"Si son grandes amistades, ¿cómo podría no importar si dejas de verlos?"
—No sé explicarlo. Pero no me veo metiéndome con los primeros que pasen. Necesito unos muy buenos amigos que casi no me interesen y que sean guapos. Si no, ¿qué sentido tiene?
—¿Cómo nosotros?
Ana inclinó el rostro. Sus mejillas enrojecieron, tenía el estómago duro y las manos le sudaban. ¡Le hubiera gustado ser tragada por la tierra! Debió decir que no y pasar a otro tema. ¡Pero claro! Tenía que ir a demostrar quién sabe qué a quien sabe quién.
Asintió, porque en la mesa había silencio; esperaban su respuesta.
Y ya en ese punto, echarse para atrás sería peor; no solo se sentiría no estúpida, sino cobarde. Y Ana Lugo era todo, menos eso.
—¿Y bien? —Presionó Iván.
—¿De qué? —respondió Ana con un hilo de voz, muerta de miedo. Ya sabía lo que él iba a preguntar y prefería que no lo hiciera. Y sí, al mismo tiempo.
— ¿Te gustaría verme a mí, con Gabriel, mientras lo hacemos? Nada sórdido. Íntimo, en confianza y tan cercano y seguro como necesites que sea. Me temo que no puedo ser más directo.
Iván se tiró a fondo con esa pregunta, extendió las manos palmas arriba con el gesto universal de "no hay más". Su sonrisa era tan seductora que podría hacer que cualquiera le dijera que sí a lo que fuera que le pidiera.
"Sí, más directo y me traspasa".
"¡Decide, la tomas o la dejas!".
"Ya no es una insinuación, es una propuesta".Ana lo pensó.
¿Y por qué no hacerlo?
¿A quién le haría daño ser un poquito traviesa, una vez en la vida?
¿Debería aguardar a que llegara otra oportunidad?
¿Para tener más de qué?
¿Valor?
¿Edad?
¿Mejor figura?
¿Estar más lista?
"Quizás confías en que llegará una ocasión especial, pero tal vez entonces, los zapatos de charol que ya no te quedaran."Callados, todos permanecían a la espera de su respuesta.
—Sí. Sí me gustaría.
Lo dijo con resolución, muy tranquila. Un minuto antes temblaba. Pero se recordó que solo estaban jugando.
Río, aliviada al pensar en eso. En el fondo, se orinaría en los pantalones de miedo.
—Bien —respondió Iván, complacido —. ¿Cuándo y dónde?
Sus amigos se dieron cuenta de qué estaba sucediendo justo en ese instante. Miraron a Ana como si ella no tuviera veintiséis años, sino doce y un par de coletas. Gabriel lo hacía con diversión y eso la sacó molestó sobremanera.

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Dénnari
Fantastique"Son caídos. Antes no fueron ángeles ni cosa parecida. Su naturaleza etérea es diferente, una de las muchas criaturas que habitan la tierra, sin que el hombre lo sepa. Obligados a vivir como humanos, sin serlo, atados al peso de lo prohibido. Tran...