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¿Un oscuro pasado?

KyungSoo suspiró por décima vez, sus ojos recorriendo todo el rostro de su alfa, como si fuera una obra de arte que tenía que apreciar por horas para entender el porqué de su divina belleza. Su mano tomó suavemente una de las mejilla morenas, acariciando con sus dedos y soltando una pequeña risa de ternura cuando su alfa se inclinó ante su toque y calor, queriendo más. No pudo evitar pensar que parecía un pequeño niño ansioso por ser mimado.

Su mano bajó hasta su abdomen y la deslizó hacia su espalda, creando un abrazo cálido y protector, sus mejillas calientes y su corazón rebotando dentro de su caja torácica por la cercanía de su alfa, por recordar lo que había pasado hace unas horas atrás. Realmente no podía creerse del todo que ahora estuviera en los brazos de un alfa y con una recién mordida sobre su cuello, hace poco los despreciaba e insultaba mentalmente cada que veía uno, pero ahora estaba ahí; siendo el omega más feliz que había existido.

Para ser sinceros, ¿cuántos omegas tenían la oportunidad de conocer a sus destinados? Muy pocas. En los últimos años las cifras habían caído mucho, hasta llegar al punto que sólo el 1% de la población omega tienen la dicha de encontrar a sus destinados. Estos cambios ocurrieron por el aumento alarmante de omegas siendo tomados a la fuerza por estúpidos alfas que sólo los querían para procrear hijos.

KyungSoo se sentía mal por eso, pero no pudo evitar sentirse afortunado y feliz por pertenecer a ese 1%.

Se apegó un poquito más al alfa, fundiendo sus cuerpos en un dulce abrazo, sus aromas mezclándose y marcando propiedad. Realmente era muy afortunado, no podía imaginarse una vida donde su alfa no estuviera presente, y si lo hacía sólo podía verse a él mismo siendo miserable y viviendo con un vacío en su interior que sólo podía ser llenado por JongIn.

Ahora bien, estaban enlazados lo que los lleva a opciones como formar una vida juntos y expandir la familia, literalmente pasarían toda su vida con sus presencias y amandose como si no hubiera un mañana, la opción le agradaba y hacía a su lobo revolcarse de la felicidad, pero si eso es así significa que tenía que contarle todo: de donde viene, su familia, ChanYeol y todo lo que tuvo que pasar por ser un omega defectuoso. No quería guardar secretos con su alfa, no podía arriesgarse a un futuro donde su relación se iba por un caño por mentiras.

JongIn le había contado su historia, a lo que le agradecía mucho por tenerle esa confianza y abrirse ante él para demostrarle lo débil que era y los miedos e inseguridades que lo albergaban, era algo que KyungSoo atesoraria por el resto de su vida y él también quería tenerle esa confianza a JongIn y contarle todo. Tenía miedo, él también tenía miedo. Sabe que a estas alturas no tenía que temer ser dejado por JongIn al saber de él, pero aún así lo temía, sus pensamientos le hacían una mala jugada y le hacían imaginar escenarios donde era abandonado por el alfa.

Asustandolo.

Suspiró, un suspiro diferente a los anteriores, éste estaba lleno de tristeza. Bajó su rostro hacia el cuello de JongIn, dejando que su nariz hiciera pequeños recorridos por la piel oliva con unos cuantos chupetones, embriagadose de ese aroma a bosque que lo tenía suspirando de amor y dejando que el sentimiento de seguridad lo acobijara. Diablos, él no quería perder a este tonto alfa, el solo pensarlo lo volvía loco. Tenía que decirle, arriesgarse y contarle a JongIn sobre él; sus más profundos temores.

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora