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"MÍO."

KyungSoo jamás pensó que estar al cuidado de dos cachorros muy imperativos sería tan agotador y frustrante, tenía que tener un ojo encima de ellos para que no se salieran con la suya y eso estaba haciendo que casi no tuviera tiempo para JongIn, los dos estaban tan arrepentidos. Amaba a su hijo pero en estos momentos su omega le exigía tener tiempo a solas con su alfa y él también lo deseaba, sin embargo con dos cachorros que eran como diablillos cometiendo mil travesuras cuando no los tenías vigilando era una completa tortura.

Suspirando sentó a Yixing sobre la banca del parque limpiando con una toalla húmeda su carita llena de ketchup mientras JongIn hacía lo mismo a su lado con Jongdae con menos delicadeza y diciendo algunas maldiciones de por medio. Lo entendía, también estaba enojado, ni siquiera sabía de donde habían conseguido el ketchup y parecerles divertido jugar a embarrarlo por toda su cara. A estas alturas la idea de tener otro hijo ya no era tan tentadora como antes.

Después de haber subido al auto pasaron a la casa de una hermana de JongIn para recoger a un entusiasmado Jongdae que en seguida se puso al día con Yixing sobre otros dos cachorros que no le tomó tanta importancia, estaba más preocupado de verse buena persona delante de la hermana de su alfa y no quedar como el estúpido omega con un lazo roto y un hijo como muchos lo conocían, cuando por fin salió de ahí se dirigieron a un local de comida rápida para comer hamburguesas y refrescos para nada nutritivo. KyungSoo nunca solía llevar a Yixing a esos lugares procurando cuidar de su salud, pero Jongdae quiso y casi le hace un berrinche a su hermano cuando se negó, así que no les quedó de otra.

Había quedado encantado con la personalidad de Jongdae en la tienda de juguetes hace unas semana atrás, pero ahora se comenzaba a desvanecer ese hechizo cuando más compartía tiempo con él. Era como cualquier niño berrinchudo y malcriado.

Cuando se atascaron de hamburguesas y papas fritas, Yixing quedó encantado por la nueva alimentación que desconocía y le hizo prometer que volvería a traerlo aunque no era cierto, salieron es busca de una nueva distracción que no aburriera a los cacharros e hicieran planes malvados para entretenerse, decidieron ir a un parque cercano con juegos para niños, lo que les llevó a la situación con la ketchup. JongIn no había dejado de estar farfullando todo el tiempo ganándose burlas por su hermano menor, y se sintió mal por arruinarle la cita.

Bueno sólo un poquitito mal, le encantaba ver el puchero de JongIn mientras se cruzaba de brazos y le lanzaba mala miradas a medio mundo, más a Yixing cuando éste le restregaba en la cara que KyungSoo le pertenecía, nunca había visto a un alfa comportarse de manera más linda y berrinchuda.

-Tengo la cara como JongIn cuando por accidente le cayó salsa de tomate en la cara- dijo Jongdae con un tono divertido, haciendo reír a Yixing con la imagen mental, KyungSoo sólo negó con la cabeza terminando de limpiar la cara de su bebé.

-¡No fue un accidente! Tú, pequeño idiota, me lo tiraste en la cara intencionalmente en una de tus miles de maldades- mascullo el alfa entre dientes, alejándose del pequeño demonio que tenía por hermano un poco abochornado que KyungSoo haya escuchado eso.

-No se despertaba y mamá dijo que podía tirarle cualquier cosa a la cara...- le susurró a KyungSoo y Yixing, haciéndolos soltar una pequeña risa-. ¡Regresemos a jugar, Yixing!

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora