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La suegra y el bonito chico. 

Ultima parte.

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Los ojos chocolates lo miraban de pies a cabeza, se removió incómodo sabiendo que aquella mirada fría y calculadora le estaba juzgando hasta el alma. Ahora sabía de donde provenían esos ojos chocolates y esas miraditas intensas que JongIn poseía y que aveces lo hacían temblar como gelatina, ese moreno que tiene por alfa y su suegra son idénticos, especialmente en apariencia. Podía decir que JongIn es un versión masculina de su madre, con el único cambio del cabello. ¡Hasta estaban casi de la misma altura!

Jamás había visto a una alfa en persona, sin contar las del orfanato, ellas eran igual de autoritarias que los alfas masculinos y a su alrededor tenían un aura tan fuerte que gritaba respeto y casi te obligaba a mostrar tu cuello con sumisión. Lo único que evitaba que él lo hiciera era la bella marca que llevaba.

Definitivamente una alfa de los altos rangos no era para nada igual que las de bajo rango.

Por instinto se escondió atrás de JongIn, tratando que esos ojos, que se habían hecho más fríos al percatarse del pequeño temblor de su cuerpo, dejarán de mirarlo. También apretó a Yixing entre sus brazos, el cuál se había escondido en ellos y enterrado su carita en su cuello cuando se dio cuenta de la presencia de la alfa. Claramente el cachorro nunca había estado en presencia con alfas, dejando a un lado a JongIn ya que éste nunca lo intimidó o usó sus feromonas contra él, lo que ahora mismo estaba haciendo la señora Kim y que estaba intimidando a los dos omegas.

-Mamá, detente- demandó JongIn con voz dura al percatarse el estado de su omega y su cachorro, desafiando a su madre con la mirada.

Claro que las cosas no eran fáciles, el alfa era como un pequeño cachorro a lado de su madre, una alfa con experiencia y con un gran poder que JongIn todavía le faltaban años para poder alcanzar o rebasar, desafiarla era como todo un reto para él y por eso casi nunca trababa de hacerlo, las pocas veces que lo hizo salió perdiendo, pero ahora la situación lo ameritaba además que por su omega y por Yixing era capaz de todo para mantenerlos a salvo. Dio todo de sí para aguantar la sumisión que quería presentarse ante su madre, mantuvo su mirada seria.

Claramente no se iba a dejar vencer.

-¡Parece que eres el adecuado!- el gritó de felicidad que pegó la mujer de mayor edad hizo saltar a los tres, incluyendo a los sirvientes presentes que se habían quedado como estatuas ante la tensión.

KyungSoo se asombró cuando la mujer a paso apresurado se acercó a él y empujó a JongIn a un lado sin hacer el mínimo esfuerzo, sus ojos se abrieron en asombro al sentir las manos suaves sobre sus mejillas, apretandolas con suavidad. No salía de su asombro, parecía que la mujer de hace rato había sido intercambiada por la que tenía enfrente con una gran sonrisa y ojos brillantes. Ahora sabía de donde había sacado JongIn lo versátil, ¡esta mujer tenía dos personalidades completamente diferentes!

-¿Mamá?- preguntó JongIn igual de sorprendido, jamás pensó que sería tan fácil convencer a su madre.

-Yo juré que aceptaría a todo aquel que quería ser parte de la familia cuando mi hijo fuera capaz de desafiarme por él o ella. No importaba si fuera alfa, beta u omega, o si era de una clase social diferente a la nuestra ¡ni mucho menos importaría el pasado que tuviera! Si mi hijo me desafiaba me mostraría lo mucho que lo amaba y parece que tú eres el adecuado.

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora