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"La suegra y el bonito chico. Pt1"

KyungSoo soltó un suspiro de cansancio, quitándose su mantel y colocándolo sobre la mesa, ya más tarde lo guardaría en su mochila para llevárselo y lavarlo. Tomó la silla más cercana y se sentó, sus piernas agradeciéndole del descanso después de estar horas parado y moviéndose de un lugar a otro, dando órdenes que, a su buena suerte, le eran obedecidas. Podía que lo odiaran pero nadie quería ser despedido y para eso tenían que aceptar a KyungSoo como su jefe.

El local se encontraba medio vacío, a no ser por cuatro presencias que seguían en el lugar encargándose de la limpieza y de cerrar. Dos de esas presencias eran lo hermanos Oh, aquellos que habían llegado apenas hace una semana y ya se habían ganado una buena reputación por ser buenos reporteros.

Era incómodo.

El omega no podía evitar ver al chico con cierto rencor y odio, su lobo le decía que debía ir directamente hacia él y golpearlo por hacerle tanto daño a su alfa, no es como si fuera muy famoso de la violencia pero por alguna razón quería obedecer a su lobo. Sin embargo no lo hizo, sabía que lo que había pasado entre SeHun y JongIn no era su problema, lo que sucedió con ellos fue cosa del pasado y él ni siquiera sabía de la existencia del alfa como para ir a meterse en donde no lo llaman.

Se talló sus ojos, queriendo llegar a su casa y dormir por un buen rato, todavía no se acostumbraba a su nuevo horario. Como jefe tenía que pasar todo el maldito día trabajando, desde la hora de entrada hasta la salida, supervisando que todo vaya en orden y ayudando en la cocina o fuera de ésta. Además no ayudaba el hecho que estaba en la boca de todos los trabajadores, porque diablos, el omega defectuoso había sido mordido por alguien.

Todos se percataron del olor nuevo que traía consigo, aquel que era de su alfa y que ahora estaba impregnado en él 24/7, tampoco pasaron desapercibido la mirada llena de felicidad de KyungSoo, como si algo mágico le hubiera pasado en su vida. Todos quedaron atónitos cuando se percataron de la recién y reluciente mordida sobre el cuello del omega.

¿Quién loco había mordido a ese omega?

Todos tenían la misma pregunta, pero nadie se atrevió a preguntar, sólo había dos personas que sabían quién había sido el supuesto loco que había mordido a KyungSoo. SeHun lo supo de inmediato, ese aroma a bosque que llenaba a cualquiera de un sentimiento de protección no podía pasar desapercibido para él, no cuando por un largo tiempo le gustó estar envuelto en ese peculiar aroma, y JiHyun lo supo por su hermano. SeHun estaba hirviendo de celos, pero no podía hacer nada ni reclamar nada ya que no tenía el derecho de hacerlo, lo único que podía hacer era envidiar a su jefe.

Los dos omegas se dirigían miradas de muerte, lo que hacía crear una atmósfera incómoda.

La tercera presencia, que no era más ni menos que un simple trabajador de nombre Jackson y que no le gustaba meterse en problemas ajenos, miró a los dos omegas temiendo que el cualquier momento saltarán al cuello del otro. Había dicho que no le gustaba meterse en los problemas ajenos, pero realmente no quería presenciar un homicidio y al parecer el otro alfa no tenía intención de tranquilizar a su hermano.

-Mmmh, jefe- susurró suavemente, dirigiéndose a KyungSoo, el cuál le indicó con una mirada que continuará-, yo ya acabé de limpiar mi parte.

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora