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"El alfa de BaekHyun"

KyungSoo parpadeó repetidas veces para acostumbrarse a los pequeños rayos de luz que acariciaban su rostro y los cuáles se colaban por los pequeños espacios que su cortina no llegaba a cubrir, gimió con cansancio y cerró los ojos dispuesto a dormir un poco más, quiso moverse para una mejor posición sintiendo un cálido calor envolver su cuerpo, un calor que no reconocía y que era jodidamente satisfecho para él y su omega.

Se acurrucó en ese desconocido calor, con el corazón tambaleando en una danza frenética y sus mejillas coloreadas de un color durazno, no queriendo levantarse de su comodidad. Estaba a punto de dejarse dominar por el sueño cuando su fuente de calor se removió y soltó un sonido entre sueños, para después volver a quedarse quieto. KyungSoo abrió los ojos de inmediato, sentándose en la cama de golpe asustado por lo que estaba pasando.

Fue cuando lo vio y sintió que iba a desmayarse.

JongIn estaba completamente dormido en su cama, con el cabello echo un nido y una hilito de baba escapándose de sus labios entre abiertos, la camisa que le prestó ayer y que le quedaba pequeña se había alzado mostrando esa piel besada por el sol junto a unos abdominales definidos, y que KyungSoo estuvo tentado a tocar. A su lado estaba Yixing, igual de dormido y que en un momento de la noche se había resbalado del pecho de JongIn para quedar dormido a su lado, sin dejar de abrazarlo.

El omega en su interior se removió inquieto queriendo volver acostarse al lado de JongIn y su hijo, pero KyungSoo poco caso le hizo y sólo se quedó ahí parado contemplando la escena mientras procesaba lo que estaba pasando. Poco a poco los recuerdos de ayer lo golpearon haciendo encender todo su cuerpo de puros nervios y de la vergüenza, tuvo que ocultar su sonrojada cara entre sus manos mientras se reprochaba por sus acciones. No es que se arrepiente o algo por el estilo, simplemente no podía creer que él haya echo todo eso cuando en toda su vida fue un mojigato que apenas podía coquetear.

Los alfas eran los que siempre se acercaban a él, nunca en su vida había dado el primer paso en ese rollo de coqueteos. Con JongIn todo es diferente, siempre lo es.

Miró al alfa entre sus dedos, sus traicioneros ojos se deslizaron a esa porción de piel morena que descaradamente lo tentaba y brillaba con la luz solar. Sabiendo que se iba arrepentir después se dejó guiar por los instintos de su omega y por su curiosidad, con delicadeza para no despertar al alfa deslizó sus frías manos por el abdomen descubierto, suspirando cuando sintió la piel caliente y suave sobre sus manos. JongIn se removió entre sueños cuando sintió las manos frías, pero no despertó.

KyungSoo lo vio como una buena señal para seguir.

Con lentitud subió sus manos un poquito más, sintiendo el bien trabajado abdomen que tenían a él y a su omega satisfechos. Vio de reojo a JongIn, buscando un indicio de que podía despertar, pero al no captar nada y darse cuenta que el chico tenía el sueño pesado, dejó que sus traviesas manos junto a sus dedos dibujaran sobre la piel morena. Con las mejillas sonrojadas y los ojos brillando, sentía su cuerpo arder como si estuviera en celo, aunque no lo estaba, sus dulces feromonas que revelaban su excitación llenaron el pequeño cuarto en un santiamén. 

Más, quiero más. Dame más.

La dulce voz de su omega le susurraba, haciéndole perder la conciencia de sus acciones y dejándose guiar por los deseos que tanto trató de retener. Suavemente subió sus manos queriendo llegar a los pectorales, sin embargo algo lo retuvo, o mejor dicho una vocecita lo hizo.

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora