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"¿Mi felicidad?"

-Cariño, no sé que es lo que pasa y me siento angustiado por tu comportamiento tan repentino, pero entiendo que todavía no estés preparado para abrirte a mí y dejarme deambular por tus secretos. Desde ahora tú y Yixing son mi prioridad, los protegeré de todo mal sin importar qué.

Sus varoniles manos subieron hasta las mejillas de KyungSoo, dejándolas descansar ahí mientras acariciaba con los pulgares con delicadeza, tenía miedo que con el simple movimiento brusco rompiera al frágil omega que estaba sentado sobre su regazo. Su lobo aullaba dentro de él desesperado por dañar aquel que dañó a su omega, pero también deseaba quedarse a su lado para mimarlo y alejar todo miedo que lo estuviera carcomiendo. Se decidió por la segunda opción.

Hyuna llegó con una bandeja, sobre ella tres tazas de té de canela, el favorito de KyungSoo y que siempre servía para tranquilizarlo. Una pequeña sonrisa creció en sus belfos cuando vio a la parejita, KyungSoo estaba suspirando por las caricias de su alfa mientras se acurrucaba sobre su fornido pecho, justo lo que siempre necesitó: un buen alfa que lo cuidara de todos los monstruos que deseaban lastimarlo. Esperaba con todas sus ansias que los dos fueran felices sin terceros que quisieran separarlos y quitarles la felicidad.

KyungSoo lo merecía.

Dejó la charola sobre la mesa de cristal que estaba en el centro, sentándose en el sofá individual tratando de darle a la pareja la comodidad más posible para no alterar a KyungSoo. Estaba muy asustada por la reacción que tuvo su amigo, no sabía lo que tenía ese mensaje que hizo a KyungSoo una masita de miedo y vulnerabilidad, simplemente deseaba que no fuera algo tan grave como para ponerlo en peligro. El omega y su cachorro se habían convertido en importantes personas en su vida, y la idea que algo les pudiera hacer daño la volvía loca.

-KyungSoo, ¿estás mejor?- murmuró el alfa con una tranquilidad que no tenía, acarició su cabello maravillado de cómo KyungSoo restregaba su carita en su cuello, tratando de llenarse de su olor.

El omega asintió un poco más tranquilo, el olor del bosque siempre lo tranquilizó en los momentos más difíciles, y para su suerte JongIn tenía ese olor que lo llenaba de una paz irreconocible. Estaba muy seguro que el destino lo planeó para ellos dos, una pequeña sonrisa se asomó por la idea, ni siquiera llevaban un día siendo amigos y ya deseaba dar el siguiente paso. ¿Qué podía hacer? No podía dejar que JongIn tomara toda su atención cuando ChanYeol estaba muy cerca de él y Yixing, tembló al recordarlo.

Pensó que lo había superado por fin, su pasado lo dejó encerrado en un recóndito con un fuerte candado para que nunca saliera y volviera a lastimarlo, pero no pensó que muy pronto ese pasado lo encontraría para arruinar lo que tanto trabajo le costó construir. No era lo mismo decir que hacerlo, y definitivamente no podía enfrentar a ChanYeol aún cuando estuvo preparado para eso por mucho tiempo, porque sí, sabía que un día tendría que enfrentar sus problemas y estuvo pensando como hacerlo para cuando el día llegara, sin embargo no pensó que eso lo dejaría lleno de miedo.

No quería, simplemente no podía ver a ChanYeol sin derrumbarse en el proceso, seguía atrapado en esa página que no podía cambiar desde su infancia.

-Ten Kyunggie, el té te ayudará a tranquilizarte- dijo Hyuna con ese tono maternal que lo llenaba de un calorcito.

Quería decir algo o hacer algo pero su omega estaba tan asustado que lo único que deseaba era mantenerse en los brazos de su alfa que sabía que lo protegería de todo peligro, lo había dicho unos momentos atrás, lo que le hizo reflexionar sobre la idea de darle una oportunidad y dejar el tonto jueguito de ser amigos. Tanto él como su omega confiaban plenamente en las palabras de JongIn, lo había dicho con tanta seguridad que casi lo puso a llorar de felicidad.

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora