¿No te pasó algo como que de pronto te vuelves un cantante famoso, ganas incontables premios, tienes muchos amigos y luego caes en lo más profundo de la soledad donde ya nadie te soporta y lo único que quieres es volver a tu pueblo con tus gallinas...
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Punto de vista de Nick.
Estaba caminando por los pasillos de la clínica, repetía en mi cabeza que debía estar calmado hasta llegar al lugar donde Chase se hallaba. Ya me había encargado de hablar con sus padres, pero se encontraban en la casa de la abuela, así que les dije que me encargaría de todo y pedí que regresaran en cuanto pudieran.
El elevador no se hacía más rápido, incluso parecía ir más lento de lo normal. Vi el reloj tres veces, el minutero no cambiaba el número, pero parecía una eternidad.
Golpeteé con los dedos la puerta, y de pronto se abrió. Salí de ahí tan rápido como pude y llegué a la zona de espera que me habían indicado. Valentina se encontraba sentada en el lugar, mirando hacia el piso.
No quise correr para no asustarla, pero en cuanto ella notó mi presencia, corrió hacia mí y me dio un abrazo.
—Lo siento. Lo siento mucho —dijo ella.
—¿Cómo está? —pregunté con temor.
—Aún no lo sé, le están haciendo una revisión completa ahora mismo. Es que estar aquí sentada, pensando en todas las posibilidades... —Se quedó callada un segundo y luego siguió hablando—. Él me salvó, Julien. Solo deseo que esté bien.
—Yo también, Valentina —suspiré. Aún me mantenía tranquilo—. Tenemos que esperar por los resultados.
Ella asintió, los padres de Chase me escribían de vez en cuando esperando por alguna noticia, pero solo veíamos al personal médico caminando de un lado a otro y nadie salía a decirnos nada.
Cuando preguntábamos por él, la misma respuesta llegaba a nosotros: Sigue en revisión.
Fueron horas de espera, Bee llegó minutos después de que la llamase, Rob llegó poco después.
—¿Familia de Chase Woo Jung? —preguntó alguien, alcé la cabeza y tan pronto como me levanté, todos los demás lo hicieron. Finalmente, Rob y yo nos acercamos.
—Soy su mejor amigo, sus padres no están en la ciudad, pero yo me estoy encargando de todo. ¿Cómo está, doctor? —pregunté ansioso por su respuesta, pero su rostro no me daba ni una sola pista de lo que estaba sucediendo.
—Bien, el paciente ya se encuentra estable —fue lo primero que dijo, y eso me devolvió el alma al cuerpo.
Luego, de forma médica, explicó que Chase tenía un par de fracturas, una en el brazo izquierdo, otra en la pierna derecha. Ni una sola lesión en la cabeza, más que algunas heridas externas que se curarían pronto.
Mi amigo estaba hecho de acero, probablemente.
¿Cómo podía estar tan bien luego de un accidente tan malo?
—¿Podemos verlo? —preguntó Rob.
—Cuando despierte, sí. Solo les pedimos que entren uno por uno y no se queden mucho tiempo. El paciente tendrá el alta el día de mañana si todo resulta tan bien como hasta el momento.
