—¡Quinn! —Saludé a mi amiga con un abrazo al entrar a mi oficina, fue una mañana ocupada y por fin tenía un momento para descansar—. Perdón por haberte saludado así hace un momento, está este asunto con el programa de James Fallon en donde vamos a grabar algunas escenas divertidas para promocionar la nueva canción que va a salir y estoy un poco nervioso. No sé si se me da lo de actuar y de verdad quiero que saga bien.
—Oh, Julien. Verás que será excelente, eres gracioso por naturaleza, solo relájate. —Quinn dejó el lápiz sobre el cuaderno que estaba en mi mesa—. ¡Por cierto! El azul te queda genial, me gusta mucho. —Me despeinó un poco y sonreí encogiéndome.
—¡Gracias, Quinn! Me alegra haber cambiado el naranja, me gusta más este color —confesé aliviado, incluso me sentía mejor conmigo mismo—. Pero bueno, dime que tienes otro tema de conversación porque me estoy dando un descanso y no quiero pensar en el programa, ¿qué escribes? —pregunté refiriéndome al cuaderno antes mencionado.
Quinn pareció reírse un momento y me reí con ella al recordar, el día anterior tuvimos una conversación en donde quedamos en llevar ideas para la canción compondríamos.
—Te lo voy a perdonar porque estás un poco estresado, ¿bien?
—Sí, perdón.
—Es una broma, no te disculpes. —Me sonrió y suspiré correspondiendo. Me sentía un cansado.
—Bueno, dime, ¿tienes alguna idea o prefieres que te muestre la mía?
—Empieza tú, las mías están casi tan listas como el día en que dije que me llamaba Julien Garnier en televisión nacional.
Quinn me quedó mirando un momento un poco perpleja y solo rio bajito, me puse tenso al darle a conocer que no era mi nombre (por más que fuese obvio, eso era algo que no se supone que debía decir).
—No te preocupes, no voy a preguntar por tu nombre real, chico Garnier.
Respiré un poco más tranquilo al oír a mi amiga hablar, no dejó mucho tiempo pasar y volvió al tema de la canción. Estaba emocionada por volver a cantar.
Pasamos varias horas anotando ideas y conversando de por medio, de vez en cuando, en medio de una conversación profunda, alguna melodía o frase aparecía. Estábamos siento tan productivos que olvidé la reunión que Rob repitió unas cincuenta veces mientras hablábamos por la mañana —y citando a mi representante: «es una junta muy importante con una de las primeras empresas que quieren invertir en ti. ¡No la olvides!», la olvidé—.
Nos reunimos con los ejecutivos de una compañía de retransmisión, al parecer estaban interesados en que pruebe su nuevo aplicativo, por el momento solo tenían la página web y se decidieron por empezar a utilizar las nuevas tecnologías, me veían jugando mucho a Trick en redes sociales y les gustó la idea de que hiciera algunas transmisiones en ella. Claro que no era el único, contactaron a varios expertos en el tema, me mostraron una gran lista de creadores de contenido increíbles que poco a poco empecé a conocer. Chase era experto en ser fan de muchas cosas —y personas— a la vez, al tenerlo pegado a mi todo el día, algo había aprendido.
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Luces, música y acción
Teen Fiction¿No te pasó algo como que de pronto te vuelves un cantante famoso, ganas incontables premios, tienes muchos amigos y luego caes en lo más profundo de la soledad donde ya nadie te soporta y lo único que quieres es volver a tu pueblo con tus gallinas...