Treinta y siete

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La reunión terminó luego de ajustar algunos detalles sobre asuntos que vendrían en el futuro

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La reunión terminó luego de ajustar algunos detalles sobre asuntos que vendrían en el futuro.

Conciertos, comerciales para algunas marcas que estaban interesadas en trabajar con la empresa —conmigo, concretamente—. Pero lo que más esperaba, llegó el mismo día.

—Nick —Andrew me llamó, tocó mi hombro y me di la vuelta asombrado.

—¿Me llamaste Nick? —pregunté.

—¿No te llamas así? —respondió de la forma más natural que pudo, yo alcé una ceja.

—Tú jamás me llamas Nick. —Crucé los brazos, viéndolo con sospecha.

Andrew se encogió de hombros un poco y revisó su reloj.

—No tengo mucho tiempo, tengo una reunión en diez minutos. Ve con Rob. Hoy grabas Plastic Love, la necesito lista para esta semana. Al parecer, las búsquedas en internet sobre tu canción han aumentado. El clip de esa parte del concierto, tiene una cantidad considerable de reproducciones. Las redes de la productora están explotando porque tus fans no dejan de pedir la versión de estudio de la canción. Debo reconocer que me equivoqué, Nick. Es una buena canción y a la gente le encanta. Si tienes más propuestas, que Chase se las envíe a Charles y yo las escucharé. Felicidades. —Sonrió y después de darme una pequeña palmada en el brazo, se fue junto a su asistente.

Me quedé mirando el pasillo por donde se había ido. ¿Eso sucedió de verdad, o lo imaginé?

—¡Julien! —Rob me llamó desde el otro lado, giré a verlo y caminé hacia él.

—Me dijo Andrew que voy a grabar la canción...

—Sí, me lo dijo. Está un poco raro. Ten cuidado —murmuró. Asentí y nos dirigimos al estudio.

Rob me comentó que Andrew pidió que yo mismo estuviese a cargo de canción, cualquier arreglo pasaría primero por mis oídos, y una vez que yo lo aceptase, saldría a la luz. Podía admitir que me asustaba el cambio que había tenido, pero también estaba feliz, porque finalmente tenía un poco más de libertad y autonomía sobre mi música.

El proceso fue divertido, no tenía a Andrew cerca diciendo que debía o no debía hacer. Solo Rob estando de acuerdo en casi todo lo que proponía. Me gustaba cómo iba todo.

Ese mismo día, grabamos todo lo necesario, ya solo faltaba el proceso de edición y sería publicada.

Regresé a mi oficina, lugar que no había visitado tanto en el último tiempo. Se sentía raro regresar, pero también extrañaba mi máquina de café.

«Nota mental: Comprar una para mi casa» Pensé.

Me senté frente al escritorio y encendí la computadora. Sonreí al ver el fondo de pantalla. Era una foto junto a Bee y Chase, nos la habíamos tomado antes de toda la tragedia, Bee sonreía como siempre, alzando dos dedos en forma de paz, Chase enviaba un beso a la cámara y yo tenía los ojos cerrados, sonreía también.

Luces, música y acciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora