Luces, música y acción

Tres

—Rob, yo... Dios, no sé qué decir.

—No me digas que te arrepentiste, por favor.

—¡No! ¡Para nada! Me refiero a que, yo trabajo en Strauss y, ¿esto afectará mi trabajo allá?

—Nicholas, te aseguro que no vas a necesitar seguir trabajando como asistente de Joe desde ahora.

—Señor, yo les debo mucho, no puedo dejarlos así...

—Déjame hablar con Joe y luego hablamos bien de esto, ¿sí?

—Pero, ¿no es mejor que yo le diga? —pregunté, se veía más justo.

—Sí, y lo vas a hacer. Solo déjame ofrecerle algo y luego tú decides. —Se dio la vuelta y buscó algo, el libro—. Ve a tu casa y mañana le llevas el libro. Más tarde te llamaré para que sepas lo que hablé con él. Este es mi número, escríbeme un mensaje para saber que eres tú.

Y eso hice.

Rob llamó unas horas después para contarme lo que habló con Joe. Él estaba ofreciéndole buscar un buen asistente para él así me dejaba ir con Hook Records.

—Hola, Nick —Joe me sonrió y miró la silla para que me siente, eso hice rápidamente, estaba un poco nervioso.

—Creo que... Me dejé llevar por mis sueños, lo siento.

—Nick, no te disculpes por lograr lo que soñabas. Tú llegaste a la ciudad para hacer música, que hayas estado algunos, bueno, varios meses trabajando en cosas distintas, no tiene nada que ver. Este momento iba a llegar y qué mejor que con mi buen amigo Rob. Estás en buenas manos, Nick. Te lo aseguro. No te preocupes por el trabajo, termina de trabajar estos días para que completes el quinto mes de trabajo y listo. Ya Rob consiguió a alguien que va a trabajar aquí. Estoy feliz por ti, eres un buen chico —Se levantó y me dio un abrazo—. Sabes que aquí están las puertas abiertas para ti por si necesitas algo.

—Gracias, Joe. En serio. La verdad no sabía cómo ibas a reaccionar.

—No hay problema, dame mi libro. —Me reí y saqué el libro que Rob le envió de mi mochila. —Ahora ve y tráeme un café, por favor. Aún no llego a mi tercera taza.

Sonreí y asentí feliz.

—Sí, ya voy.