¿No te pasó algo como que de pronto te vuelves un cantante famoso, ganas incontables premios, tienes muchos amigos y luego caes en lo más profundo de la soledad donde ya nadie te soporta y lo único que quieres es volver a tu pueblo con tus gallinas...
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Los primeros conciertos de la gira fueron increíbles, los boletos estaban casi agotados al igual que yo.
Me estaba divirtiendo mucho, pero también estaba cansado. Empezaba a dormir menos horas porque quería que todo saliese bien. Entre ensayos, pruebas de sonido y lo último que se había implementado: el Meet and Greet.
La primera vez estaba nervioso, una chica se puso a llorar y yo solo atiné a abrazarla, no sabía cómo actuar ni que decir, entonces conversé con muchos de ellos sobre qué habían hecho, qué estudiaban, qué querían hacer en el futuro, etc. Me había funcionado, así que decidí seguir haciéndolo hasta que me dijeron que conversara menos porque estaba dejándole menos tiempo a los demás de la fila. Me desesperaba un poco que siempre estuviesen apurándome, pero era parte del trabajo, así que no podía hacer nada.
Ya había estado en seis estados de los trece que visitaría en la gira, faltaba uno más para llegar a Glasswood, mi estado natal.
Como se había hecho tradición, me tomé una foto en el camerino con otra descripción anunciando que estaba listo para salir, volví a la rutina de correr por los pasillos hasta llegar al escenario y grabé algunas historias para Snapgram de detrás de escenario, pensé que les gustaría ver qué había detrás de un concierto. Le hice algunos acercamientos a Chase en la cara mientras trabaja concentrado en su tableta.
—Listo, Julien. Es la primera vez que vamos a hacer esto, ya firmaste mentalmente una carta que dice que eres el responsable de lo que va a suceder porque fue tu idea —Chase me miró serio y solo reí caminando junto a él al otro lado del auditorio. Se me ocurrió la buena idea de entrar por otro lugar, de verdad esperaba que todo saliese bien.
—¡Son todos unos exagerados! ¿No tenemos al buen Kevin vigilando? —pregunté abrazando un poco a mi pequeño pero fuerte guardaespaldas que recién nos alcanzaba, Kevin me miró esperando que lo soltara y eso hice porque a veces me daba un poco de miedo— Solo para que sepas, ya me bañé.
—No parece. —Fue lo único que dijo y fue a pararse a una esquina a vigilar que todo estuviese bien. Chase lo miró y luego giró a verme a mí.
—Bien, vamos que ya están gritándome en el oído que debes estar en tu lugar para salir porque faltan treinta segundos.
Chase me llevó hasta donde debía estar, habían preparado una coreografía. Nadie en el público entendía porque no estaba ahí, todos los bailarines señalaban el centro de donde yo salía siempre. Entonces empecé a cantar desde mi sitio, escuchaba gritos, pero también veía cómo me buscaban.
