La Teoría Del Caos

125 15 1
                                    

Sasuke y su padre están desayunando en el ático en el que viven. Sasuke tiene diez años. Es Navidad, así que tal vez esté nevando fuera o haya nevado hace un rato. Como es un recuerdo, los detalles no están del todo claros.

El padre de Sasuke acaba de hacer chocolate en una taza. Es todo un gourmet, y se enorgullece de no utilizar preparados instantáneos. Derrite unos trozos de chocolate puro y solo usa leche entera de la mejor calidad. Toma la taza favorita de Sasuke, le echa un buen chorro de chocolate derretido y luego le añade ciento ochenta centilitros de leche a punto de hervir, calentada en la estufa (nunca en el microondas).

Sasuke remueve bien la mezcla mientras su padre saca del refrigerador la crema que acaba de batir con una cantidad muy precisa de azúcar, lo justo para dejarte con ganas de más. Después saca una cuchara grande del cajón y echa una o dos cucharadas en la taza.

Sasuke se la lleva a los labios y sopla sobre la capa de crema, que ya empieza a deshacerse en el chocolate caliente como un iceberg en miniatura. Luego levanta la vista y atisba a su padre sobre el borde de la taza, tratando de averiguar de qué humor se encuentra.

Últimamente está de muy mal humor, aún peor de lo habitual.

-Madara se equivocaba -dice su padre -. El universo no es un sistema determisista.

Sasuke menea las piernas por debajo de la mesa. Le encanta hablar así con su padre, "de hombre a hombre", como si fuera mayor, aunque no siempre comprende lo que le dice. Desde que su padre dejó de ir al trabajo, mantienen muchas conversaciones así.

-¿Qué significa eso?-pregunta Sasuke.

Su padre siempre espera a que su hijo le pregunte antes de explicar sus palabras.

-Significa que unas cosas no siempre llevan a otras -contesta, y luego le da un sorbo al chocolate. Jamás sopla antes de beber: se lanza directamente - Significa que puedes hacerlo todo bien, absolutamente todo, y que aun así tu vida se vaya a la mierda.

Sasuke agacha la cabeza y mira la taza, sin tragarse el chocolate que tiene en la boca.

Unas semanas antes, su madre le explicó que su padre iba a quedarse una temporada en casa hasta que se arreglaran las cosas en su trabajo. No le dijo qué es lo que iba mal, pero durante los días pasados, Sasuke ha oído palabras raras como "fraude" o "auditoría". No sabe muy bien lo que significan, pero ha notado algo: últimamente, su padre parece querer menos a su madre, a Itachi y a él de lo que los quería antes. Y cuanto menos los quiere, más se esfuerzan ellos por que lo haga.

Suena el teléfono y su padre se acerca a él de una zancada. Sasuke se traga el chocolate y presta atención.

Al principio, su padre pone el tono que siempre usa en sus conversaciones de trabajo, una mezcla de enojo y tranquilidad. Pero al cabo de un par de minutos, la tranquilidad se desvanece y solo queda el enojo.

-¿Me estás despidiendo? ¡Acabas de decir que esos idiotas me declararon inocente!

Al oír a su padre así. Sasuke empieza enojarse también.
Deja la taza en la barra y se baja de un salto del banco.

Su padre empieza a recorrer la habitación de un lado a otro. Por su cara pasa una tormenta.

-¡Me importa una mierda el dinero! No me hagas esto, Madara. Si me despides ahora, todo el mundo pensará...

Se detiene y sujeta el auricular lejos de la oreja. Durante un largo minuto, no dice nada.

Sasuke se queda inmóvil también, deseando que lo próximo que diga Madara lo arregle todo.

Todo TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora