Creo que el universo y mi subconsciente han empezado a conspirar en mi contra. Estoy en la salita de estar, jugando con mi padre Intelect Instantáneo. Hasta ahora, con las fichas que me tocaron pude formar XTERIOR, SEKRETS y LIBERTAD. Con la última me apunto cincuenta puntos extra por usar todas mis letras. Mi padre examina el tablero con el ceño fruncido; por un momento pienso que va a decirme que no vale —por dejar todas las letras—, pero al final se queda callado. Suma los puntos que conseguí y, por primera vez en mi vida, me pongo por delante. Voy ganando por siete puntos.
Leo una vez más las puntuaciones y levanto la vista para mirar a mi padre.
—Segura que hiciste bien las cuentas? - le pregunto; bastante raras están las cosas últimamente como para ganarle en esto, encima.
Repaso la suma y compruebo que está bien.
Mientras hago números, el no deja de observarme. Lleva así toda la noche, como si yo fuera un rompecabezas cuya solución se le resiste. Aunque tal vez todo sea cosa mía. A lo mejor me estoy imaginando cosas raras porque me siento culpable por ser tan egoista, por querer estar con Sasuke incluso en este momento. Cada segundo que paso a su lado aprendo algo nuevo. Me convierto en alguien nuevo.
Mi padre me quita la hoja de resultados y me levanta la barbilla.
-¿Qué te ocurre, cielo?
Estoy a punto de contestar con una mentira cuando suena un grito fuera. Apenas se apagó cuando estalla otro, seguido de voces violentas y de un fuerte portazo. Los dos nos volteamos hacia la ventana. Yo empiezo a levantarme, pero mi padre apoya una mano en mi hombro para detenerme y niega con la cabeza. Por un momento me conformo, pero de pronto suena un nuevo grito —"¡DÉJALA!" —y los dos nos abalanzamos a la ventana.
Sasuke, su madre y su padre están de pie en el porche de su casa, formando un triángulo de ira, miedo y tristeza. Sasuke está en guardia, con los puños alzados y las rodillas levemente flexionadas. A pesar de los metros que nos separan, puedo distinguir las venas que sobresalen en sus brazos y su cuello. Su madre da un paso hacia él, pero Sasuke le dice algo que la hace retroceder.
Frente a él está su padre, con un vaso en mano derecha. Sin despegar los ojos de Sasuke, levanta el vaso y se acaba su contenido de dos largos tragos. Luego extiende el brazo hacia su esposa, esperando a que lo recoja. Ella hace ademán de moverse, pero Sasuke vuelve a decir algo que la hace detenerse. El padre se gira un poco para mirarla, con el vaso vacío en la mano. Por un momento pienso que se va a resistir, que no va a acercarse a él. Pero su firmeza dura poco. En cuanto da un paso en dirección a su marido, este la aferra con la mano libre, furioso y amenazante. De pronto, Sasuke aparece entre ellos, apartando el brazo de su padre y empujando a su madre hacia atrás.
Entonces su padre se abalanza contra él, aún más frenético que antes, y Sasuke lo lanza contra la pared de un empujón.
Sasuke empieza a dar saltitos sobre la punta de los pies, sacudiendo los brazos y las muñecas como un boxeador que se prepara para el primer asalto. Está tratando de desviar la atención de su padre para que no se lance contra su madre. Y la táctica funciona. Su padre lo embiste los puños en ristre, pero él lo esquiva moviéndose primero hacia un lado y luego hacia el otro. Cuando su padre está a punto de arremeter otra vez, Sasuke baja de un salto los escalones del porche, que están a su espalda. El impulso hace que su padre caiga por la escalera y aterrice desmadejado en el camino de cemento. Y se queda allí, inmóvil.
Sasuke se detiene. Su madre se tapa la boca con las manos. El mío me pasa un brazo por los hombros. Yo apoyo la frente en el cristal y me agarro fuerte al alféizar. Todos miramos al padre de Sasuke. El tiempo se alarga. Cada segundo que transcurre sin que su padre se mueva es un alivio terrorífico.
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Todo Todo
RomanceHinata , una adolescente enferma, pero imaginativa e inteligente, vive confinada en casa porque si sale de ella podría morir Hinata se enamora de Sasuke, su vecino, aunque los muchachos sólo pueden relacionarse a través de la ventana y enviándose me...