18. SIN TI

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Actuar, mientras preso del delirio no sé ya lo que digo ni lo que hago y sin embargo... es necesario.

***

¡Actuar!

¡Mientras preso del delirio, no sé ya lo que digo ni lo que hago!

Y sin embargo, es necesario... ¡esfuérzate!

¡Bah! ¿Acaso eres tú un hombre?

¡Tú eres payaso!

¡Ríe, Payaso, sobre tu amor despedazado!

¡Ríe del dolor que te envenena el corazón!

(Opera del Paglacci-Leoncavallo)

***

Había escuchado ese fragmento de la ópera del Payaso miles de veces desde niño. Solía sentarse en el regazo de su madre y dormitar bajo la melodía y la voz magistral de Pavarotti. Canio descubría la infidelidad de su esposa Nedda, aun así, debía interpretar su papel de payaso, roto por el dolor y la desesperación. ¡Qué trágico le resultó siempre! Zarandeó el dedo índice como si dirigiera un coro y se rio. ¿Por qué Nedda tenía que morir? ¡Ponte el traje! La función debe continuar... Suspiró bajo la tenue luz de la lamparita de mesa y dio un trago a su copa. Naruto llamó a la puerta y entró interrumpiendo aquel momento del aria en donde el tenor lloraba desconsoladamente por su amor traicionado.

—Ha llamado a Shion —musitó de pie tras el inmenso sillón de piel.

Ridi, Pagliaccio, sul tuo amore infranto, ridi del duol che t'avvelena ilcor!... —meneó la copa entre los dedos y el hielo tintineó—. Me alegro...

—Sasuke —no soportaba verlo así.

—Muda en pantomimas la congoja y el llanto; en una mueca los sollozos y el dolor. ¡Ah! —meneó la cabeza y se acomodó en el sofá—. Qué quieres, Naruto...

—¿No vas a preguntar cómo está?

—Ella siempre estará bien...

Se colocó frente a él y lo miró con rabia.

—Maldita sea, Sasuke... ¡Reacciona!

—Ríe, payaso... y todos te aplaudirán —dijo fijando su mirada en él mientras apoyaba los labios en el cristal de la copa—. Es sublime... Me encanta esta ópera... Sírvete una copa.

—No quiero una copa, quiero que reacciones. Llevas días encerrado aquí.

Le sonrió sutilmente, el brillo de sus ojos le daba un aire casi desequilibrado.

—No le dijo dónde está, solo que está bien y que se ira, que viajará un tiempo.

—Mi Nedda quiere viajar...

—¡Sasuke! —le entraron unas inmensas ganas de partirle la cara para ver si así le volvía la cordura.

Cerró levemente los ojos y miró a Naruto de reojo. Si aquel gesto lo hubiera hecho en otras circunstancias hubiera parecido hasta cómico.

—Dime que lo tienes todo controlado como siempre por el amor de Dios, amigo mío, dime algo...

—No puedo decirte eso —susurró.

Naruto se frotó la cara y se sentó en el canto de la mesa. Sasuke daba pequeños sorbos a su copa y mantenía la mirada perdida.

—Joder...

—No tengo nada controlado Naruto, nada... Solo tengo roto el corazón, déjame acostumbrarme a este dolor y cuando lo asimile quizá piense con mayor claridad... Ahora no puedo pensar, solo me compadezco de mi mismo —bajó la mirada al suelo y se rió suavemente—. Debe ser así...

—¿Así? —no podía creer lo que decía—. Mi hermana está sola a saber donde por nuestra culpa. Esta maldita semana...

—Me parece que voy a llorar... —dijo con un tono lineal y falto de sentimiento—. Otra vez... ¿Puedo?

—¿Estás borracho?

—¿Eres idiota? —frunció el ceño—. De ella... No, Naruto, no estoy borracho, solo te hablo como un hombre débil. Voy a llorar... Déjame solo... Mañana me pondré también yo mi traje de actuar, y me pintaré la cara de blanco y saldré al escenario. No te preocupes, amigo, mi melancolía será tapada por la máscara melodramática que siempre llevo.

—Te estás volviendo loco, Sasuke...

—Hace tiempo que lo estoy, amigo. Por eso me amas.

—¡No puedo con esto!

—Tranquilo, me hincaré de rodillas ante ella. No me importa. Daría la vida por ella, todo lo que tengo y más con tal de que sea feliz, aún lejos de mí.

—Me empiezas a dar miedo...

—Vete...

—Sasuke... —suplicó.

—Vete, por favor.

La iniciación (SEGUNDA PARTE: LA VENGANZA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora