23. TODO VUELVE A LA CALMA

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Siempre hay una razón para todo, un gesto, una pregunta, incluso una simple mirada...

***

Naruto viajó en el primer vuelo a Florencia y antes de las nueve de la mañana estaba en el hotel. Sasuke había dejado una copia de la llave de la habitación para él en la recepción, entró indicando al botones que trasladaran las maletas de la habitación de Uchiha, a la habitación de Sakura, algo que el muchacho de apenas veinte años no comprendió inicialmente ni tampoco la recepcionista que lo miraba extrañada y con gesto de no entender nada.

—Señor, pero la habitación mil veinticinco solo tiene una cama matrimonial y ustedes...

—Señorita, baje las maletas de Sasuke Uchiha a la habitación de mi hermana y haga lo que la digo. ¿No es una suite? ¿Hay alguna norma que impida que tres personas estén en una habitación de más de mil euros la noche?

Meneó la cabeza nerviosa y sonrió.

—No, Señor, lo decía por su comodidad, si quieren que les traslademos a una que posea dos camas para que puedan...

—Nos arreglaremos señorita —La sonrió con sutileza mientras la daba dos billetes de veinte —Siempre se nos dio bien los puzzles.

La joven miró de reojo al botones y le hizo una señal para que obedeciera.

—Que lleven las maletas dentro de dos horas, no quiero que nos molesten, el desayuno ahora mismo, de esos que se llaman continental, que tenga de todo, vengo muerto de hambre —notó la mirada ruborizada de la muchacha mientras se dirigía al ascensor y como una de sus compañeras cuchicheaba con ella—. Por cierto —se giró y la miró—, tendrás dos más de esos si subes tu misma a llevarlo —por el mero hecho de ponerla nerviosa no se perdería su cara por todo el oro del mundo—, buenas tardes...

No tardó en estar delante de la puerta de la habitación, ver a su hermana después de un largo mes de ausencia le llenaba de felicidad, verlos juntos, la llamada de su amigo para que cogiera el primer vuelo a las dos de la mañana casi lo mataba de un infarto la noche anterior pero ahora estaba ahí, delante de la cama, su hermana profundamente dormida con los cabellos desparramados por las sabanas y aferrada a Sasuke mientras la sábana resbalaba sutilmente por su cadera dejando entrever una de sus piernas y parte de su maravillosa nalga.

Se mantuvo durante un minuto en silencio entre la penumbra de la habitación, se quitó la chaqueta y la ropa y se coló desde el lado izquierdo por detrás de su hermana. ¡Qué sensación más apacible sentir el calor de su piel! No se daba cuenta, se movió acercándose más si cabe a Sasuke y respiró profundamente aún dormida. Naruto la apartó el cabello de la cara y la besó en la mejilla, el mero roce de su sexo contra su cadera le provocó una erección de mil demonios y se aferró a su pecho pasando el brazo por debajo de su costado hasta tirar de elle hacía él.

—Saku... mi Saku... —murmuró. Ella se movió lentamente y sonrió quizá soñando con algo bonito—. Te quiero tanto —la besó nuevamente en la mejilla y apretó sus pechos con firmeza.

—Que tierno... —Sasuke seguía de lado y tiró de la sábana hacía sí—. Me alegró que estés aquí Naruto —farfulló medio dormido y sin girarse.

—Me duelen las pelotas de tanto avión...

Sakura abrió los ojos y al ver a Naruto pegó un suave gemido de alegría pero este la tapó la boca con la mano y la besó.

—¿Qué hora es? ¡Has venido rapidísimo! —musitó desperezándose.

—Sí —apenas la escuchaba, se enredaba entre sus piernas ansioso por poseerla—, muy rápido...

La iniciación (SEGUNDA PARTE: LA VENGANZA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora