Capítulo 24

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¿Negro, rojo, azul o verde?

Alison caminó frente a las cuatro prendas que quedaban colgadas de la barra de metal principal que atravesaba el amplio armario. Los tacones negros que se entrelazaban sujetándose con elegancia sobre sus pies marcaban el ritmo de sus pasos. Llevaba más de diez minutos paseándose en ropa interior delante de aquellos vestidos, sopesando los pros y los contras de cada uno.

 - ¿Te los vas a probar otra vez? – Le preguntó CeCe, sentada en el sofá de cuero blanco que había en el centro de la sala, haciendo girar su móvil entre sus manos, aburrida.

 - Creo que sí, todavía no sé con cual quedarme. – Respondió la rubia, con las manos en las caderas, mirando con intensidad aquellos cuatro finalistas.

 - Por Dios… - Gruñó CeCe. – Cojas el que cojas te quedará bien, ya lo sabes, así que, ¡decídete de una vez!

Ir de compras con Alison nunca había sido sencillo. La chica era capaz de hacer que cualquier mísero trapo favoreciese su figura, pero no cualquier mísero trapo era lo suficientemente bueno como para convencerla de que debía llevárselo a casa. A CeCe siempre le había gustado su exclusividad, su estilo, como no se contentaba con cualquier cosa, pero estar hora y media descartando vestido tras vestido para quedarse con cuatro y no decidirse por ninguno empezaba a ser demasiado.

 - ¿Acaso tienes algo mejor que hacer? – Le preguntó la rubia, tocando la tela del vestido verde, era menos fino de lo que parecía.

 - No, pero seguro que encuentro mil cosas más entretenidas que verte desfilar por mi vestidor una vez más.

 - Oye, que yo te he visto a ti durante más de una hora. – Le recordó la chica, echándole una mirada por encima del hombro. – ¿Por qué no dejas de quejarte y me ayudas?

CeCe puso los ojos en blanco, se levantó del sofá a regañadientes y se colocó junto a ella.

 - Ponte el rojo. – Le dijo la morena con firmeza.

 - Lleva la espalda cubierta. – Objetó Alison.

 - Entonces ponte el negro. – Continuó la chica, señalando el siguiente vestido en la hilera.

 - Demasiado largo… - A la rubia le había gustado el negro, sí, pero eso de que no se viese ni un triste centímetro de sus piernas no le hacía gracia.

 - ¡Pues coge el azul! – Exclamó CeCe, exasperada. Si tantas pegas le encontraba a todos bien podía ir desnuda a la maldita fiesta.

 - Ese ni siquiera tiene escote, ¿estás intentando ayudarme o hundirme? – Le espetó Alison.

 - ¿Desde cuándo te cuesta tanto vestirte? Si lo sé no te presto nada.

 - ¡Eh! ¿Me habrías dejado ir a esa fiesta en vaqueros?

 - Habría sido menos doloroso que esta tarde.

Ambas se cruzaron de brazos y se miraron con desdén, retándose, estableciendo una batalla muda de ojos entrecerrados, a ver quién aguantaba más.

Como de costumbre, fue la comisura izquierda de la rubia la que cedió y se alzó tras escasos segundos de contienda. CeCe no tardó en seguirla, soltando una risotada.

Era como verse en un espejo. Alison se parecía tanto a ella… la chica podía llegar a ser tremendamente tozuda y sabía que haría lo que fuera por conseguir cualquier cosa que quisiese, justo igual que ella.

Resultaba refrescante que estuviesen discutiendo por aquellos vestidos y el inconformismo de la chica. Volvían a ser dos amigas preparándose para una fiesta. Volvían a ser normales.

Contra todo el desencanto que pudiera haberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora