Al día siguiente desperté radiante, hice mi aseo personal, me puse el uniforme y me encamine a la escuela, al llegar me di cuenta que no había nadie porque era muy temprano, así que me fui a los asientos de atrás, saque mi ipod y empecé a escuchar música, luego sentí que se sentaron a mi lado observe y era Christian.
- Hola Chris – Le sonreí.
- Hola – Dijo el desanimado.
-¿Qué tienes?- Me preocupe.
- Rosse… No me da esperanzas de estar con ella – Desvió su mirada y jugo con sus dedos.
- ¿Quieres que hable con ella? – le ofrecí.
- ¿Harías eso por mí? – Sus ojos brillaron con un toque de felicidad.
- Pues claro, somos amigos ¿No? Los amigos se ayudan.
- Gracias ____ - Me abrazo, yo también le correspondí el abrazo.
- De nada – voltee a ver y habían en la cancha chicos jugando futbol, observe como Christian se levantaba – ¿A dónde vas?
- A jugar – dijo - ¿Me cuidas el bolso? – pregunto.
- Claro – acepte, puse su bolso en mi regazo y empecé a verlo jugar, en eso llego Rosalie, junto con su hermana pero su ella se fue con sus amigas y ella se vino conmigo. Rosalie tenía 13 era algo gordita y usaba lentes, su cabello era liso color café con flequillo.- Hola ___ - Me saludo con un beso en la mejilla y se santo a mi lado.
- Hola Rosalie ¿Cómo estás?
- Bien, con sueño pero bien – rio.
- Yo también estoy bien – me rei, en eso llego Justin pero paso de largo, me sentí mal por eso.
- ¿Te gusta? – me saco de mis pensamientos rosalie.
- No ¿Por qué lo dices? – la mire.
- En el salón todos hablan de eso – Ahí sentí como si me estuviese cayendo y nadie iba en mi auxilio, la primera persona que se me vino a la mente fue Mariana.
- ¿Por qué piensan eso? – Dije tratando sonar con despreocupación, pero fue todo lo contrario.
- No lo sé, se ven muy juntos y eso saca esas conclusiones – dijo ella viéndose en su espejo.
- Ahora uno no puede tener amigos – dije con rabia, hasta que llego Mariana
- Hola chicas – nos saludó, detrás de ella venia Gabriela, nos saludamos, me levante junto con el bolso de Christian y agarre a Mariana y me la lleve a un lugar donde pudiéramos hablar solas.
- Mari… ¿Le dijiste a alguien que a mí me gusta Justin? – le dije en voz baja.
- Claro que no, es que aquí las chicas del salón, Rachell y sus amigas no son malas si no que todo para ellas es un juego – me aclaro – ____ te dije que somos amigas y tus secretos están bien conmigo.
- Lo siento es qué me descontrole un poco – me preocupe, era mi mala costumbre de preocuparme lo que opinaba la gente.
- No hay problema – sonrió amablemente, ella era una buena persona no había por qué dudar de ella, caminamos hasta donde estábamos con la diferencia de que Daniela, Brenda y otras chicas que no conocía estaban hablando con ellas, yo solo conversaba con Mariana, estábamos hablando de que si un día iba a su casa, a mí nunca me habían invitado a ningún lado, estaba muy feliz, tocaron el timbre para cantar el himno y subimos a nuestro salón, al llegar me senté y Justin se sentó a mi lado su pregunta me dejo con el corazón a punto de salirse.-___ ¿Yo te gusto? – me miro con los ojos llenos de esperanza.
- Pues no, ¿Por qué? – Le mentí tan bien que hasta yo misma me creí eso.
- Por nada, tu tampoco me gustas – Dijo, para mí eso fue una patada al estómago – Igual somos amigos no importa – Dijo fastidiado, se levantó y se sentó junto con hris, mariana se sentó a mi lado.
- ¿Y ahora que paso? – me pregunto ella.
- No lo sé, me pregunto si le gustaba, le dije que no y se enojó – dije confundida.
- Ay ____ - suspiro – ¿No ves que también lo gusta?
- No digas boberas – saque mis cuadernos y la clase comenzó.La clase paso normal como todas, Justin pasaba mirándome así que me incomode. Salimos al recreo y luego de desayunar vi algo que no me gusto para nada, hizo que se me arrugara el corazón.