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Pov narrador

Chan y JeongIn dejaron el apartamento de sus amigos, y el mayor no tuvo una mejor idea que llevar a su pequeño Innie a conocer a MinHo.

Iban caminando de la mano, hacía frío, pero no tanto. Sin embargo, los labios del más bajito temblaban y estaban algo morados, su nariz rosada, y sus mejillas igual.

— Tu mamá había dicho que tenías que abrigarte, JeongIn. — lo retó Chan, abrazandolo por los hombros.

— Lo siento, hyung. Es que no me gusta usar buzos con cierre, y todos los que quedaban tenían cierre. — lo miró haciendo un pequeño puchero. — Y el único sin cierre tenía una capucha con orejitas de osito.

— Te hubiese quedado precioso, JeongInnie. Además, ahora puedes enfermarte.

— Perdona, Chan.

— JeongIn, tus labios estan temblando. ¿Quieres mi abrigo? — los ojos del australiano estaban fijos en el pelinegro.

— No quiero que se enferme, hyung.

— No voy a enfermarme, pequeñín. Ven aquí. — lo acercó a su cuerpo y le colocó su campera sobre los hombros del más bajito. — Ahora sí, sigamos.

JeongIn tomó la mano de su acompañante muy fuerte, como un bebé en busca de protección. Le sonrió al chico y continuaron caminando.

No habían pasado ni dos cuadras, y la mano de Yang agarraba cada vez más fuerte la de Chan.

— ¿Qué pasa, Innie? — preguntó el mayor a notar como tomaba su mano.

— Tengo frío, Chan.

Bajó la vista y posó sus ojos en las mejillitas coloradas de JeongIn. Le resultaba tan tierno. Bajó un poquito su mirada, enfocándose en sus labios. Ya no estaban morados por el frío, sino que rojos. Muy rojos. ¿Cómo era posible qué tenga los labios tan rojizos? De repente, los labios tiritantes del pequeño fueron mordidos por sus propios dientes; ahí estaba la razón.

— ¿Por qué muerdes tus labios? — preguntó Chan sin dejar de mirarlos, con voz gruesa.

— No me gustan que tiriten, hyung. — explicó encogiéndose de hombros, sintiendo sus mejillas ruborizarse.

— ¿Puedo besarlos?

— ¿Qué? — la vocecita del más bajito sonaba algo tímida y entrecortada.

— Que si puedo besarlos, JeongIn.

— Claro que puede, hyung. — respondió levantando un poquito la cabeza, para que el mayor pudiese besarlos.

Sin una pizca de timidez, Chan unió sus labios en un tierno y necesitado beso. Posó sus manos en la cimtura del menor y este lo abrazó; adoraba cuando actuaba tan tierno sin intención.

JeongIn sintió como sus mejillas se volvían cada vez más rojas debido al contacto con el mayor. Se sentía a gusto con él y todo el cariño que le proporcionaba cuando estaban juntos; con abrazos, caricias, cumplidos, cafés con leche y galletitas. Chan trataba a Yang como si de un bebé se tratase, su bebé.

— ¿Así mejor, JeongIn? — preguntó el extranjero cuando se separaron.

— Mucho. — lo miró tímidamente, mostrando su hermosa sonrisa. — Gracias, Chan hyung.

Chan y JeongIn estaban en la puerta fel edificio en el que vivía MinHo

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Chan y JeongIn estaban en la puerta fel edificio en el que vivía MinHo. Era tarde, por lo que no había nadie en la recepción más que el guardia.

— No creo que pueda atenderlos ahora.

Fue los que les dijo el hombre cuando preguntaron por el departamento 4-B de Lee. Así que tuvieron que esperar como quince minutos a que el guardia los dejara pasar luego de llamar al dueño de la casa.

Subieron por las escaleras, ya que Yang decía que «Por cada escalón que Subamos, tendremos un minuto más de vida. ¡Vamos por las escaleras, hyung!» Mientras el pequeño esperaba al otro chico con una sonrisa en su cara, Chan pensaba que ahora no moriría nunca después de subir tantos escalones.

Tocaron el timbre. Pero nadie abrió.

Tocaron una vez más, y se escuchó un grito de MinHo diciendo «¡Ya va!». Pero nunca fue.

Esta vez, volvió a tocar manteniendo su dedo en el botón. Pasados unos segundos, un enojado Lee abrió la puerta.

— ¿Qué mierdas quieres a esta hora, Chan? — la cara del pelinegro cambió completamente cuando vio al acompañante de su amigo. — Perdón, es que estaba ocupado.

Quizás eso explicaba su cabello despeinado y la ropa arrugada. O que su remera estaba al revés y se le notaban todas las costuras. O que su cinturón estaba desabrochado.

— Parece que Interrumpimos algo importante. — rió el australiano.

— No importa, pueden pasar.

El chico se corrió dándole paso a los invitados. Los tres fueron a la cocina, y mientras Lee buscaba unas latas de gaseosa de las heladera, Chan revolvía el armario en busc de comida.

— Hyung. — lo llamó Yang. — No debería toquetear todo, no es su casa.

— Pienso lo mismo que él. — añadió MinHo sentándose frente al menor.

— Ya, ya, tengo hambre.

Finalmente, encontró unas galletas de miel, las favoritas de JeongIn. Abrió el paquete y lo dejó sobre la mesa, mirando con una sonrisa tierna a su pequeño amigo.

— ¿No vas a presentarmelo? — cuestionó Lee, pero fue interrumpido por un grito desde su habitación.

— ¡MinHo! ¿Puedes venir?

Bang clavó la mirada en el nombrado curiosamente. ¿Había una persona esperándolo allí y él no había dicho nada? ¿Estaba alguien en la casa de Lee MinHo solo con el fin de tener relaciones? ¿Qué mierda pasaba?

El pelinegro rió bajito y dejó la cocina.

— ¿Qué pasa, bebé? — indagó abriendo la puerta.

— ¿Qué debería hacer? — preguntó cuando lo vio entrar.

— Ven cuando sientas que es correcto; si ko quédate. Vos elegís. — dicho esto, depositó un beso en la frente de la persona y dejó nuevamente la habitación regalándole una sonrisa.

☁🦄☁

— Creo que fui varias veces a ese negocio. — dijo Lee. — Pero no me acuerdo mucho de haberte visto allí.

Estaban hablando de JeongIn y su trabajo. Por más que MinHo hacía su mejor esfuerzo en recordar la cara del menor, no podía. Pero sabía de alguien que sí.

En eso, su acompañante salió de la habitación y entró a la cocina.

— ¿El chico de la tienda? — preguntó cuando lo vio parado desde el marco de la puerta.

— ¡Wow! — gritó el pelinegro. — Sabía que podía reconocerte.

— ¿Félix? — indagó Chan desconcertado.

— ¿Chan?

— ¿Qué? — ahora fue JeongIn.

Los cuatro se miraron, y MinHo era el único que reía. El otro Lee estaba demasiado avergonzado como para siquiera respirar, Yang estaba súper confundido, y Chan pensaba en que quizás Lee estaba tirándose al amigo pecoso del casi novio de SeungMin.









🍀🍀🍀

Esto es más bien relleno, pero espero que lo hayáis disfrutado jsjsj

Partner || 承成 - SeungSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora