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Pov narrador

HyunJin y ChangBin vieron como SeungMin se fue, sumamente enojado, de la casa del menor. Pequeñas lágrimas caían por sus mejillas, no quería verse como un idiota que lloraba después de haber lastimado al chico que tanto quería.

Salió dando un portazo del departamento. Necesitaba romperse en paz, reprocharse por haber sido tan tonto, y después, volvería a buscarle. Con rosas en las manos, arrodillado si era necesario. No podía darse el lujo de perder a JiSung, ahora entendía porqué MinHo había insistido tanto con eso. Él era quien cuidaría su corazón, tan pequeño y fuerte por fuera, pero tan frágil por dentro.

La lluvia que caía era cada vez más fuerte y molesta. Su pelo se pegaba en su frente y la ropa que estaba usando parecía un traje de baño enorme. Las personas lo miraban raro, intentando descifrar si era lluvia o lágrimas lo que caía por sus mejillas. Tenía varias llamadas perdidas de MinHo, pero no le importaba en absoluto. Él ya tenía compañía, al igual que HyunJin y ChangBin.

SeungMin estaba solo, abandonado, frío y mojado. Al día siguiente se arrepentía de correr tan desabrigado, tan cegado por el dolor y el amor que sentía por JiSung.

Sentía como las piernas se le desarmaban, le pedían que descanse lo antes posible. Ya había corrido demasiado, y cada vez que parecía acercarse a él, todo volvía a alejarse. Como un sueño inalcanzable, o la luz al final del túnel muy oscuro. Una pesadilla de la que no lograba despertar, o al menos salir ileso.

Las notificaciones constantes en su celular lo sacaron de aquella cápsula que le impedía pensar racionalmente. Le molestaba tanto la constante vibración en su bolsillo derecho, le molestaba tanto que estuvo a punto de revolearlo o dárselo a alguien. Cualquier cosa, pero quería que parara ya. Que terminase su estúpido juego, abrazar a JiSung y dormir junto a él, de la forma más pura y tierna existente sobre la tierra.

Finalmente, dejó de correr, se sentó en un pequeño escalón y miró los miles de mensajes que tenía. Sin embargo, todos se reducían a una sola cosa:

MinHo hyung:

¿Dónde estás? Félix habló con JiSung. Veni a casa.

[00:15]

MinHo hyung:

No seas bobo y veni lpm (;    •'Д•')

[00:20]

MinHo hyung:

Perdón, fue Lix.

[00:21]

El castaño suspiró, maldiciendo por lo bajo a su amigo y a su nueva compañía. Se levantó a duras penas, y esta vez caminando, se dirigió a la casa de Lee. Dejando que la lluvia llegue a cada parte de su cuerpo, sintiendo cada vez más frío. Ahora, imaginaba dos formas posibles para morir. O lo pisaba un auto por despistado, o le daba un paro cardíaco a acisa del frío. Moriría antes de decirle a JiSung lo que sentía si algo así pasaba.

Una vez frente a la puerta de su amigo, hizo sonar el timbre una sola vez, extendiendo aquel molesto ruído hasta que su amigo se dignó a abrirle.

(♧) MinLix (♧)

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(♧) MinLix (♧)

— ¿Cómo crees que estará? — preguntó Félix un rato después de que SeungMin se haya ido. — ¿Encontrará bien la dirección de HyunJin?

— Parece un poco tonto, pero va a estar bien. — le respondió MinHo, regalándole una pequeña sonrisa.

Estuvieron escuchando música un rato, intercalando las favoritas de Lee mayor con las de Lee menor. Aunque el mayor siempre dejaba que el de pecas escuchase una canción más sin que se de cuenta.

El tono de llamada de JiSung en el celular de Félix los alertó a ambos, quienes ya vencidos por el cansancio, estaban quedándose dormidos.

El rubio se levantó de un saltito del sillón, y atendió. Luego de aquel alegre «Hola» que exclamó, su expresión facial cambió drásticamente. Fijando una mirada de preocupación y desespero en los ojos de MinHo.

— Hyung, — lo llamó cuando dejó el celular sobre la mesita de la sala. — es SeungMin.

Lee se levantó, acercándose a Félix. — ¿Qué le pasó?

— Era JiSung. Dijo que salió llorando, — un trueno sonó, no muy lejos. — y el clima está horrible.

— Oh, bien. Mierda, ¿por qué hace esas cosas tan impulsivas? — se cuestionaba MinHo, mirando la puerta de entrada. — Qué infantil resulta ser a veces.

Lee lo miró sin saber exactamente qué decir. Así que asintió levemente antes de volver a hablar.

— Decile que venga, — sonrió tiernamente. — así lo consientes y lo cuidas.

— Pero Lix...

— Yo estoy bien, MinHo hyung.

— Pero se suponía que hoy íbamos a estar juntos. — pronunció lento el mayor. — ¿Querés irte? ¿Estás aburrido?

— No, no, no. — Lee movió las manos negando. — No es eso, solo quiero que SeungMin se sienta mejor, y vos sos su amigo.

— Pero puedes irte con Chan, o JungWoo, — bajó la vista. — ellos lo tratarían mucho mejor que yo, Lix.

— ¿Por qué? Creo que sos un buen hyung.

— Félix. — lo miró fulminándolo. Si los ojos de MinHo hubiesen tenido lásers, podría haber sido capaz de atravesar a Félix. — Hay personas que son muy tiernas, cariñosas y amables, — tomó uno de sus mofletes en una suave caricia, causando un leve sonrojo en el menor. — así como vos. Pero hay otras como yo, que son frías como el hielo y no expresan el cariño que sienten hacía los demás.

— M-MinHo, eso no es verdad.

— Sí lo es, Lixie. — sonrió. — Así que vas a tener que quedarte conmigo para consolar a SeungMin, ¿si?

Asintió animado, sonriendo. Lee lo miraba asombrado, sus ojos brillaban cuando le miraba, y cuando sonreía, sus labios formaban un tierno corazón. Le resultaba tan hermoso y perfecto. Como una obra de arte tallada sobre mármol, al igual que siglos atrás.

Quería abarzarlo y cuidar de él; no quería que nadie lo lastimase nunca. Era su pequeño y nuevo tesorito y lo protegería de cualquier mal.

«¿Qué decís, MinHo?»

«Acabo de conocerlo, no puedo sentir nada por él.»

«Además no quiero estar en una relación.»

«Y tampoco me gustan los hombres.»

Esas palabras daban vueltas a su cabeza, y no lo dejaban admirar a Lee en paz.

Después de miles de mensajes, incluso un intruso de Félix, MinHo notó que su amigo había llegado cuando el timbre sonó más tiempo -mucho más- que de costumbre.

Partner || 承成 - SeungSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora