Final; 03

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Kim SeungMin

Las maletas le resultaban extremadamente pesadas e inecesarias. Era solo una semana, y cuatro valijas para tres personas era demasiado para su gusto. Las dejó en el baúl del auto y se subió en el asiento del conductor para esperar allí. Se puso a pensar en cuanto habían cambiado las cosas en ese último tiempo. Ahora vestía sacos y camisas, y se encargaba de gestionar las ventas de una de las empresas de su padre; y aunque en un principio esa idea no le gustaba lo más mínimo, cuando se enteró que pronto tendría que comprar pañales y leche para un pequeño bebé no tuvo más remedio que aceptar el trabajo que le era ofrecido y esforzarse por su hijo.

Ahora, el pequeño Kim, más conocido como JungSu (a pedido de su otro padre) tenía un año y tres meses y estaba a punto de conocer por primera vez el mar, en sus también primeras vacaciones.

Era un bebé hermoso y lleno de alegría, al igual que sus padres. Sus ojitos redondos levemente rasgados. Precioso ante los ojos de SeungMin, quien pensaba que nunca llegaría a formar algo tan estable como una familia.

Luego de un tiempo, su esposo se subió al auto colocando en la sillita del asiento trasero a un dormidísimo JungSu.

—Estaba muy cansado. — comentó mientras se ponía el cinturón de seguridad.

—Duerme casi tanto como tú.

—¡Ey! Yo no duermo demasiado como él.

SeungMin rió y prendió el stereo para colocar un poco de música de fondo. Su bebé dormía y no quería que se despierte por nada en el mundo; hasta el sonidito de su respiración pesada y entrecortada lo hacía sentirse tranquilo.

Tenían un viaje considerablemente largo, pero gracias a JiSung tenían comida de sobra como para una semana.

—¿No vamos muy cargados? —preguntó SeungMin después de un tiempo. — Llevamos mucha ropa y es la playa, corazón. Vamos a ir en malla todo el tiempo.

—¿Y para dormir? Necesitamos ropa interior, pijamas. Y también si salimos a comer o algo así. 

El pelinegro rió a sus adentros antes de hablar.

—¿Vamos a dormir con ropa? Yo pensé que ibamos a hacerlo tantas veces que apenas ibamos a estar vestidos, príncipe.

—¡SeungMin! No digas eso.

—¿Qué? Es la verdad, Sunggie.

—Pero está JungSu y no quiero que escuche las cosas que dices. Es chiquito.

—Pero está dormido y no entien-

—¡Igual! —lo interrumpió, subiendo un poco el tono de voz. — Es pequeñito. — se acercó al oído del contrario para morderle el lóbulo suavemente y después susurrar. — Pero yo tenía la misma idea, SeungMinnie.

Se quedó cerca de él un rato, hasta que un quejido puso en alerta sus instintos paternales.

—¿Quién se despertó? — preguntó antes de darse vuelta y atacar con cosquillas la pancita del bebé de finos cabellos castaños.— Mi solecito está despierto.

A pesar de haber considerado a casi todos los bebés feos y regordetes, el día que vio a Jungsu se enamoró completamente. Era la mezcla perfecta entre el chico que amaba y él aunque no fuese de sangre de ambos. Y ahora, era precioso verle gatear por toda la casa una personita que era mitad él, mitad SeungMin.

El bebote Kim movió sus bracitos al recibir atención y sonrió involuntariamente. El pelinegro puso un poco de música y se entusiasmo como padre primerizo que era al ver a su pequeño hijito bailar todas las canciones de su playlist de favoritas. 

JiSung sacó su celular y filmó a los dos varones Kim moverse al ritmo de Attention; riendo por como SeungMin intentaba armar una coreo sin soltar el volante y como JungSu reía y movía sus brazos de la emoción. 

—Andá con cuidado, Minnie. — pidió el muchacho asegurando el cinturón de seguridad de su hijo y el suyo—. Quiero llegar a la playa, por fa.

Hyunjin rió y bajó un poco la velocidad.

—La casa no está muy lejos igual, no te preocupes, príncipe.

JiSung juraba que la puesta de sol vista desde la orilla de la playa, con sus dos amores tomando sus manos era lo más lindo que había en el mundo

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JiSung juraba que la puesta de sol vista desde la orilla de la playa, con sus dos amores tomando sus manos era lo más lindo que había en el mundo. JungSu estaba medio dormido sobre sus piernas y usaba su dedo gordo como chupete, mientras que SeungMin le sacaba fotos a todo lo que veía, y muchos primeros planos a JiSung. 

—Es un lugar muy hermoso.

—Sip. —canturreó SeungMin. — Deberíamos haber traído a Kami en vez de dejarla con JungWonnie.

—Deberíamos. — se quedaron en silencio un rato antes de que él volviese a hablar. — JungSu está muy dormidoo, por poco ronca.

—En eso se parece mucho a ti. —rió y abrazó a JiSung, acariciando despacio su cintura. — Son muy lindos; mis dos tesoros.

Rió y resfregó su nariz contra el cuello del contrario. SeungMin usaba el mismo perfume que cuando se casaron, o cuando se vieron po primera vez. Seguía sonrojándose por cualquier cosita tierna y le resultaba imposible sonreír sin que sus ojos lo hicieran también. Seguía bailando siempre que llegaba de trabajar cansado en la tarde y llevaba a Kami a pasear siempre que podía.

SeungMin seguía, y seguiría siendo aquél chico que años atrás, le había dicho que deberían vivir juntos por cuatro meses. 


🍀🍀🍀

Falta el final de los finales... Dios como pasa el tiempo.

Vamos a llorarle a la canción de LoveStay ❤

Partner || 承成 - SeungSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora