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La alarma suena a todo volumen en las cuatro paredes de mi habitación haciendo que me sobresalte, como todas las mañanas.
Odio tener que levantarme temprano, es una cosa que no va conmigo. Por eso, en verano soy muy feliz, levantandome a la hora que me de le gana todos los días, aunque tampoco me puedo quejar de mi horario de clases, de 12:00 a 15:00.

Me dijo la chica que ella y su hermano llegarían sobre las 10 y media al piso, asi que habrá que ponerse algo presentable y recoger un poco la
casa, no quiero dar mala impresión ya el primer día.

Mientras friego los últimos platos del desayuno suena el timbre.

- Hola! ¿Samantha no?

Una chica alta rubia y con unos ojos azules se encuentra ante mi sonriente.

- La misma, ¿Eva no? - asiento y reimos por la tonteria de pregunta que nos habiamos echo cuando ya lo sabiamos. - mi hermano está aparcando y ahora sube. - vuelvo a asentir.

- Te voy enseñando la que va a ser tu habitación y ahora cuando llegue tu hermano os enseño la casa entera.

De primeras la chica se ve bastante simpatica, no creo que haya elegido mal compañera de piso. Samantha parece contenta al enseñarle su nueva habitación.

- Esta decorada por mi mejor amiga que es la que vivía antes conmigo y esta era su habitación, si no te gusta algo podemos cambiarlo, ¿vale?

- Tranquila, esta todo perfecto. Me gusta mucho. - se sienta en la cama comprobando lo blandita que es y me siento con ella.

- ¿Sois nuevos aqui en Madrid no? - intento sacar algo de conversación.

- Sí. Somos de Cordoba, pero me he tenido que venir para estudiar diseño, y mi hermano que me quiere tanto no ha querido que me viniese sola - reimos.

- Si que te quiere si - bromeo y ella rie.

- ¿Tu eres de aquí?

- No, soy de Galicia, una pena que ya no se me note el acento gallego, pero llevar tres años entre madrileños es lo que tiene - reimos.

Nuestra pacífica charla es cortada de nuevo por el timbre, nos levantamos ambas suponiendo que es su hermano.
Abro la puerta para encontrarme con un chico rubio de ojos verdes y un tatuaje enorme en el cuello. No hace falta ni preguntar si es su hermano, pues su parecido es asombroso, salvo que el hermano es un poco mas bajito que Samantha.

Se me escapa una pequeña risa al observar al hermano de Samantha con tantas maletas que no le caben en el cuerpo.

- ¡Hugo! Anda ven, que te ayudo - va Samantha hacia él a quitarle algunas bolsas.

- ¿Ayudo? - pregunto.

- No te preocupes, ya podemos. ¿Donde lo dejamos? - pregunta el tal Hugo.

Les guio a sus habitaciones, mas bien a Hugo porque a Samantha ya se la enseñe antes. Una vez dejan sus cosas, procedo a enseñarles la casa. No es muy grande pero es acogedora, para vivir tres personas esta bien.
Un salon amplio, una cocina pequeñita, un baño, las tres habitaciones y una terraza; lo normal en un piso.

- Aquí os dejo una copia de las llaves a cada uno - cada uno coje la suya - y bueno ya estais en vuestra casa. - digo sonriente.

- ¿Algo mas? Es por si puedo ir ya a deshacer la maleta. - dice Hugo borde un tanto serio.

- Eh, no no. Podeis hacer lo que querais ya. - Hugo asiente y se dispone a salir por la puerta del salón - por cierto, en el armarito del baño, en los dos primeros estantes podeis poner vuestras cosas - asiente y se va. - ¿que le pasa? - le pregunto a Samantha.

- Ah nada, es así de primeras, cuando cojais confianza verás como cambia - dice sonriente.

Es cierto que a simple vista se parecen muchisimo, pero una vez hablas con ellos, son muy diferentes. Con Samantha las pocas palabras que he hablado, me dan más ganas de conocerla, pero su hermano me dan ganas de echarlo de casa, bueno, a lo mejor me he pasado un poco con eso.

- ¿Has desayunado? - pregunto.

- No mucho, un cafe temprano.

- Pues venga, vamos a hacernos el desayuno y nos vamos conociendo un poco. - propongo.

Mientras nos hacemos el desayuno, vamos charlando un poco de temas varios.

- ¿Conoces gente por aquí? - pregunto mientras caliento las tostadas.

- No, la primera persona que he conocido has sido tu.

- Me siento orgullosa - bromeo y reimos - pues si quieres esta tarde, te puedes venir con mis amigos y te los presento.

- Claro, me encantaria.

......

- ¿Samantha? ¿Estas lista? - pregunto desde el recibidor metiendo las últimas cosas en el bolso.

- ¡Sí, ya voy! - la escucho gritar desde su habitación.

Mientras la espero mando un mensaje a Mai de que vamos a salir ya.

- ¿A donde vais? - la voz del rubio me sobresalta.

- Con unos amigos - asiente - te puedes venir si quieres - digo amablemente.

- Nah, paso. - dice sin mirarme y se va hacia el salón. Según Samantha siempre es así de primeras, pero sinceramente, no me lo imagino siendo amable conmigo, supongo que le habre caido mal.

Ruedo los ojos y en ese momento llega Samantha.

- ¿Que pasa?

- Tu hermano, que es muy simpatico - digo ironizando.

Reimos y salimos de casa.

En pocos minutos llegamos al sitio acordado. Es una heladeria a la que solemos ir muy a menudo. Visualizo a los chicos sentados en una mesa esperando, les silbo desde lejos para que me vean y nos saludan con la mano todos.

- Hola, chicos. Esta es Samantha, mi nueva compañera de piso. - todos asienten sonriendo - Samantha, estos son Bruno, Maialen, Anne y Flavio - dije señalando uno por uno

La tarde transcurrio muy rápido en la heladeria, contando andécdotas y sobre todo conociendo más a fondo la vida de Samantha, o Sam, como dice que le gusta más que le llamemos. Ahora sí que estoy segura de que he elegido bien mi nueva compañera de piso. Sam es una chica muy divertida, muy de mi estilo a si que seguro que seremos grandes amigas.

- ¿Que te han parecido? - le pregunto en el camino de vuelta a casa.

- Super majos todos. No pensaba que ibamos a encajar tan bien - sonrie.

- Me alegro, bienvenida porque ya eres una más del grupo, luego te metemos en el grupo de whatsapp y eso.

- Me siento afortunada - bromea dramatizando y reimos. - oye, lo que no me habías dicho es que tenías amigos tan guapos - me alza la ceja y yo suelto una carcajada.

Que poco filtro tiene esta persona, pienso.

- Espero que hables de Flavio, porque Bruno está pillado - rio.

- ¿Flavio esta soltero? - pregunta interesada.

- ¿Con que te mola mi mejor amigo eh? - elevo una ceja haciendo que ambas soltemos una carcajada - veremos lo que puedo hacer.

AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora