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Me despierto al sentir el hueco vacío a mi lado. Ya me he acostumbrado a dormir a su lado y a despertar con él todos los días. Pero aunque yo este de vacaciones, muy a mi pesar, el sigue teniendo que ir a trabajar. Ha cogido vacaciones para los tres días que se va a Córdoba, tiempo en el que yo estaré en Galicia.

La llamada de ayer vuelve a mi mente, y el remordimiento de no habérselo contado a Hugo me consume de arriba abajo. Ayer me prometí que lo decidiría yo sola, que no se lo contaría a nadie hasta tenerlo claro al cien por cien. Pues bien, me equivocaba.

Necesito consejo. Necesito escuchar otras palabras que no sean las de mi propia mente repitiéndome que no me puedo alejar de Hugo.

- Sam necesito contarte algo - aprovecho ahora que Hugo está en el trabajo para ponerle al tanto de todo.

- Soy toda oídos - me responde aún metida en su cama, destapo la sabana y me meto a su lado.

- Ayer me llamo un productor - veo los ojos y la boca de la rubia abrirse, y continuo - me vieron en la obra y dicen que soy lo que buscan para su nueva película - suelto de sopetón.

- Pero Eva, ¡Eso es genial! - dice Sam que todavía no acaba de creérselo

Agacho la mirada y es cuando Samantha se da cuenta de que no es todo tan genial como lo ha creído.

- Cuéntame, ¿Cuál es el problema?

- Pues que es en Barcelona - digo posando mis ojos en los suyos de nuevo. Pone una expresión de duda, como si no fuese obvio que no me quiero ir de aquí. - Sam, no quiero irme.

- No jodas que vas a desperdiciar la oportunidad de grabar una película por quedarte aquí en Madrid, Eva - me ataca Sam sin creérselo.

Pero lo que ella no ha entendido es que no es solo Madrid lo que me aferra a quedarme allí. Es un rubio que me tiene loca desde que entro por esa puerta, y que ahora mismo no imagino mi vida en la otra punta del país. Sin él.

- No lo se Sam.

- ¿Mi hermano? - me dice asesinándome con la mirada. No respondo, solo bajo la mirada dándole la respuesta que necesita sin palabra alguna. - Eva, eso si que no. No voy a permitir que no aceptes la oportunidad que llevas deseando años por mi hermano. - suspiro, sin contestarle aun. - ¿Hugo lo sabe?

- No, no pude decírselo ayer. Se que me va a decir que acepte y que no me lo piense - suspiro de nuevo - pero se me hace muy difícil Sam - le miro a los ojos - se me hace muy difícil separarme de él, no quiero.

Me entiende. Se que me entiende. Por eso me arropa en sus brazos y deja besos en mi cabeza. Aunque se que no va a desistir en convencerme de que me vaya a grabar la película. Y que por supuesto se lo cuente a Hugo. Le he hecho prometerme que no le contará nada a Hugo. Cuando yo reflexione y sienta que es el momento, se lo diré. Aunque lo más seguro, es que cuando se lo cuente, la decisión ya estará tomada.

Fui a comer con Mai. Necesitaba escuchar también los pensamientos de otras personas que no fueran Samantha. Y también así poder retrasar el encuentro con Hugo. Que aunque me muero por estar todo el día con él, en estos momentos solo se me pasa por la cabeza la idea de que le estoy ocultando algo. Que puede tardar poco en salir a la luz.

No cambio mi forma de pensar esa quedada, Mai me dijo exactamente lo mismo que Samantha. Con otras palabras, siendo más tranquila. Pero aunque fueron formas distinta de decírmelo, el contenido era el mismo. Que me tenia que ir a Barcelona, sin pensar en nadie.

Lo siento. Eso para mi era imposible.

Por más que lo intente, el rubio no deja espacio en mi mente ni un mísero segundo.

- ¿Qué haces aquí? - en mi cama, sentado, con la luz apagada me esperaba un Hugo con una expresión en la cara de pocos amigos. Me imagino el porque y ahora solamente quiero ir hacia Sam y darle su merecido por haberse ido de la lengua.

- ¿Es verdad, Eva? - me acerco a él sin responderle sentándome a su lado, sin decir ni una palabra - ¿Es verdad que estas pensando en rechazar la oportunidad de tu vida?

- Joder. Le dije a Sam que no te dijera nada - digo cabreada.

- ¿Qué mas da eso ahora, Eva? ¿De verdad no pensabas decírmelo? - se nota su enfado hasta en Australia.

- No me grites - le digo con un hilo de voz a lo que el responde suspirando - claro que te lo iba a decir, pero no sabía como.

- Pues igual que se lo has dicho a Sam esta mañana, ¿Qué diferencia hay que me lo cuentes a mi? - me responde algo más calmado.

- Que voy a sentir que es más de verdad - digo casi en un susurro - no quiero alejarme de ti Hugo - vuelvo a mirarle a los ojos, que esta vez me miran más calmados.

- No voy a permitir que tires por la borda la oportunidad que llevas esperando años por mi, lo sabes, ¿no? - me dice mientras me coge de las manos acariciándomelas.

Es el momento en el que lo suelto todo. Llevaba un día entero aguantando las ganas de llorar. Y ahí. Con él. Es donde me desahogo, en sus brazos, que me acogen como si formara parte de ellos. También se que no quiere que me vaya. Pero él siempre es de mirar por los demás más que por si mismo. Le importa más que yo cumpla mi sueño a su sufrimiento de no verme.

- Pero Hugo - digo sorbiendo los mocos y quitándome los restos de lagrimas de mis ojos - Si aceptara, ¿Qué pasaría con nosotros?

- Pues que va a pasar, que tendrías un novio orgulloso en Madrid esperándote - dice mostrando una sonrisa, con la única finalidad de sacarme una a mi. Y lo hace, claro que lo hace. Es imposible no sonreír si lo ves a él hacerlo.

- Enserio Hugo... -vuelvo a ponerle seriedad al asunto - No se cuanto tiempo estaría allí, y no tenemos el suficiente dinero para coger un tren o un avión todos los fines de semanas para vernos.

- Me voy contigo - dice seguro y yo sonrío negando.

- Sabes que no puedes Hugo, tendrías que buscar trabajo allí, y no puedes dejar a Sam aquí sola pagando un alquiler de tres personas. - resopla cruzándose de brazos, es en ese momento cuando dejo caer mi cabeza en su hombro. - ¿Ves? Lo mejor es que me quede aquí, contigo.

- Ni hablar. Eva, si no aceptas eso por mi, me estaré culpando toda mi vida por ello - se sincera con voz triste. Me giro hacia él quedando cara a cara y rodeando mis manos por su cuello.

- Vamos a hacer una cosa - me mira y asiente - No vamos a volver a hablar del tema, dentro de tres días me voy a Galicia, se lo contaré a mis padres y en mi estancia allí tomaré una decisión, y te la diré el 1 de enero cuando regresemos todos aquí. Tengo hasta el 3 de enero para confirmar al productor - me mira no muy convencido pero acaba asintiendo y lanzándose a mis labios.

Es en esos momentos cuando me doy cuenta de que mi lugar es ahí. En sus labios, sus brazos. Todo lo que tenga que ver con él, es mi hogar. Y no hay sueño que supere ese sentimiento.

AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora