Apariencias

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A lo tonto ya había pasado una semana desde que empeze las clases y habían pasado dos desde que los cordobeses habían llegado.
La obra me tocó hacerla con un compañero de clase, se llama Marcos, habré hablado dos veces contadas con él en los dos años que llevo aquí, aunque he de decir que la semama que llevamos me ha caído bien. Ivan nos ha dicho que tenemos que inventarnos la obra, un dialogo completamente nuestro. Es por eso este cambio de la obra al primer trimestre, ya que es el más largo y para que lo tengamos más preparado.
Esta semana Marcos y yo nos hemos dedicado a hacer el guión en clase, aunque vamos un poco atrasados y seguramente tengamos que quedar alguna tarde.

- Evi, he quedado con Flavio esta noche, no se a  que hora volveré, seguramente tarde porque mañana es domingo. - dice sonriente entrando por la puerta.

Ya han quedado un par de veces y aunque todavía no ha pasado nada entre ellos, estoy segura que en algun momento pasará. Son muy diferentes, pero nose, a mi parecer conectan muy bien.

Esta semana Hugo ha estado más simpático que la anterior, cosa que agradezco aunque siempre hay alguna pelea durante el día. Tener que cenar hoy con él a solas no es que me haga mucha gracia, pero todo sea por Sam.

- Hugo.

Abro la puerta de su habitación encontrandome a cierto rubio en el suelo haciendo abdominales.
Mi mirada recorre su torso desnudo lleno de sudor. En cuanto me doy cuenta de en que dirección estaba mi mirada la redirijo a sus ojos que me miran sonriendo con una ceja alzada.
Mi cuerpo se llena de nervios por lo que haya podido pensar por la manera en la que lo he mirado pero esque, joder, como esta el amigo.

- ¿Te pasa algo Evita? - me dice con voz pícara y yo me obligo para que una milesima de aire pueda salir de mi boca.

- Para nada - digo seria - Sam ha quedado con Fla, cenamos solos - cierro la puerta sin esperar una contestación por su parte.

Lo nerviosa que me ha puesto su presencia no ha sido normal, y me culpo por ello.

Hasta ahora todo iba bien, hicimos la cena en silencio, era un tanto incomodo pero preferia eso a que soltara sus tipicos comentarios molestos. La cena estaba pasando tambien en completo silencio, pero claro, es Hugo, sabia que en cualquier momento iba a soltar lo que sea.

- Te has puesto nerviosa eh - levanto la mirada extrañada.

- ¿Que dices?

- No te hagas la tonta, te he visto como me mirabas - abro los ojos sorprendida, ¿como se puede tener tanto ego?

- Eres un flipado - rio irónica.

- Si si - rie bajando la mirada a su yougurt y me vuelve a mirar desafiante - mira el lado positivo, yo te vi medio desnuda y ahora tu a mi. Estamos en paz, ¿no? - se queda con una sonrisa triunfante en la cara y yo resoplo.

- No te soporto - solte y sali de la cocina sin terminar ni siquiera de cenar.

Odiaba que me repitiera tantas veces lo que ocurrió hace una semana, me da demasiada verguenza. ¡A saber que penso de mi cuerpo! Es que no, no me gusta que este todo el dia con el temita en la boca.

Sofa y serie. Es lo único que necesitaba ahora para que se me quitara el cabreo que me producía el rubito de las narices. No se en que momento tuve la gran idea de aceptarlo en mi casa, si no fuese por Samantha...
Le doy al play a friends y no pasan ni 5 minutos cuando ya esta Hugo entrando por la puerta. ¿Tiene ganas de dar por culo hoy o que?

- ¿Que coño quieres? - le recrimino antes de que pueda decir alguna palabra.

- Uy, tranquila. Bajate los humitos - encima me vacila el imbecil. - solo quiero sentarme aquí.