La mesa de nuestro salón está decorada con un mantel rojo brillante y muchos platos de comida encima de ella. Siempre me ha gustado la Navidad, me parece una época preciosa para disfrutar con la familia, y aunque en mi caso este año no vaya a poder estar con ellos, tampoco estoy mal acompañada. Todo lo contrario. Sam, Hugo, Mai, Flavio y Anne son la mejor compañía que podría tener ahora mismo.
Los rubios y yo hemos preparado todo mientras esperábamos a los demás. Bruno no ha podido venir, porque iba a cenar con sus padres, así que cuando pasen las fiestas ya organizaremos otra comida para celebrarlo también con él.
- Por fin llegáis - escuchamos a Samantha abrir la puerta mientras Hugo y yo preparamos los últimos platos de comida.
Entran a saludarnos todos a la cocina hasta que Samantha se los lleva de nuevo al salón para que se sienten en sus respectivas sillas a esperar a que llevemos el entrante.
- Tengo una sorpresa para ti esta noche - me susurra Hugo en el oído colocándose en mi espalda, apoyando su cabeza en mi hombro y acariciando mi cintura hasta llegar al filo del vestido, mientras me daba besos en el cuello.
- Hugo, Hugo - le advertí dándome la vuelta para quedar cara a cara.
- ¡Oye! Que no es lo que estas pensando, mal pensada - dice riendo.
- ¿Ah no? - le miro alzando una ceja y sonriendo.
- Bueno ,noche movidita también habrá, pero no es esa la sorpresa que te tengo - dice orgulloso sin separar las manos de mi cintura.
- ¿Y que es? - digo intrigada.
Justo en ese momento escuchamos un carraspeo en la puerta y al girarnos vemos a mi rubia favorita y mi flequillo favorito mirándonos de brazos cruzados.
- Cuando veáis venís eh - nos recrimina Sam - que por allí vamos teniendo hambre.
- Si si, esto ya esta , en seguida vamos - dice Hugo sin moverse de su posición.
Sam y Mai ruedan los ojos y salen de la cocina tal y como han llegado. Le cojo las manos a Hugo para apartarlas y así poder salir de su cuerpo, pero me vuelve a pegar más a él acercándose a mi oído.
- Lo sabrás esta noche - me susurra para después dejarme un beso en los labios y salir de ahí con dos platos de ensalada en la mano.
Me muerdo el labio viendo como sale de ahí con sus pantalones negros estrechos y su camisa blanca que deja todo su pecho al descubierto. Tengo ganas de que llegue esta noche pero no se que sorpresa de Hugo me apetece más. Bueno, si lo se.
Al poco tiempo de empezar a comer entre anécdotas de todos, sobre todos de los rubios, e informarnos un poco sobre que tal nos va a todos, mi teléfono empieza a sonar. Me extraño un poco al ver que es un numero oculto y aun me extraña más que me llamen en Navidad. Me disculpo con todos mientras voy a paso ligero a mi habitación a descolgar la llamada.
- ¿Si? - descuelgo.
- Buenas noches, ¿Hablo con Eva Barreiro? - Una voz grave de un señor suena al otro lado de la línea haciendo que me asuste.
- Si, soy yo - a penas un hilo de voz suena de mi.
- Encantado Eva, soy Manuel Díaz. Soy productor de cine - abro los ojos y tengo que sentarme porque empiezo a notar como mis piernas tiemblan - estoy buscando actrices para un papel para una película en la que estamos trabajado. Te vi en la obra en la escuela de teatro, y me apunte tu numero. Encajas a la perfección con lo que estamos buscando.
- ¿Es-es enserio? - es lo único que me salió decir, no me lo podía creer. Al fin y al cabo es mi sueño. Escucho como ríe.
- Y tan enserio. Luego te mandaré toda la información que necesitas saber y si decides aceptar, te mantendré informada sobre el día en el que tendrías que venir a Barcelona para firmar y empezar a grabar. - me pongo seria y me tenso al instante.
¿Barcelona?
- ¿Perdón? ¿Barcelona? - me cuesta que me salga la voz debido al impacto. No quiero tener que irme a Barcelona.
- Sí. Se grabaría allí. - silencio - piénsatelo, tienes hasta el tres de enero para confirmar.
- Vale, muchas gracias.
Suspiro después de colgar. Es una oportunidad enorme para mi, seguramente nunca más me vaya a pasar eso en mi vida. Pero ¿Por qué tiene que ser en Barcelona? Justo ahora que estoy en el mejor momento de mi vida. No quiero separarme de Hugo. No puedo.
- ¿Eva? - la voz de mi rubio suena al igual que el pomo de la puerta abrirse.
Me seco las lágrimas que sin darme cuenta estaban bajando por mis mejillas y me pongo de pie.
- Dime - le sonrío aparentando que no pasa nada.
- ¿Todo bien? Estabas tardando mucho - se acerca a mi.
- Sí, solo me ha llamado mi madre para ver que tal iba todo - miento sonriendo.
No me gusta tener que mentirle pero se que si se lo cuento me va a decir que diga que si, y que no me lo piense. No puedo permitir eso, necesito pensarlo sola.
Deposita un beso en mis labios y vamos de la mano de nuevo a la mesa, donde siguen todos comiendo y dialogando.
[...]
La noche pasó divertida, íbamos todos con unas copas de más. Hasta que decidieron que ya era hora de irse cada uno a su casa, excepto Flavio que se quedó a dormir con Samantha. Recogimos las cosas entre los cuatro, y cuando ya estaba todo impecable, nos fuimos cada par a una habitación.
- ¿Quieres ver ya mi sorpresa? - me susurra en el oído para después dejar un beso en mi cuello.
- Claro que si, pero después quiero otro tipo de sorpresa - le miro con una ceja alzada y sonriendo, me acerco esta vez yo a su oído - en la cama - susurro.
- Como no pares al final adelantamos la sorpresa de la cama - me dice riendo.
Se va hacia su armario y saca de él una cajita azul con rayas blancas. Viene hacia mi sonriendo y yo con una cara de idiota le espero. Me tiende la caja y no puedo esperar más y la abro rápidamente.
- Hugo - susurro viendo el contenido de la caja - es precioso - digo admirando el colgante de plata finito con una cola de sirena pequeña en el medio.
- ¿Te gusta? Como tienes una sirena tatuada pensé que te gustaría. - me dice sonrojado, y yo me muero de ternura de verle así.
- Me encanta, pero yo no te he regalado nada - digo triste - lo siento.
- Ni falta que me hace - se acerca a mi rodeándome con sus manos mi cintura - tu eres mi mejor regalo.
De manera veloz hundo mis labios en los suyos, enredando mis manos en su pelo. Mis labios bajan hacia su cuello donde me entretengo bastante.
- ¿Podemos pasar ya a la sorpresa de la cama? - le digo separándome de sus labios.
- Lo siento, pero no - ríe - aun tengo otra sorpresa más para ti.
- Hugo, no, que ya bastante mal me siento por no haberte comprado nada - digo cruzándome de brazos mientras el ríe.
- Tranquila, esto no me ha costado dinero.
Se separa de nuevo de mi y va hacia su guitarra. La coge y se sienta en la cama, dando unos toquecitos a su lado para que me siente con él. Como me haya escrito una canción me muero en estos instantes.
- Al igual que te he regalado un colgante con una cola de sirena, te he compuesto una canción - se me encoje el corazón - que también se llama sirena. - baja la cabeza hacia su guitarra y comienzan a sonar los primeros acordes.
"Quiero empezar por tus manos,
acarician mi pelo, y me quedo calmado... "
ESTÁS LEYENDO
Apariencias
FanfictionSegun el dicho, las apariciencias engañan pero, ¿siempre? ¿Como saber si una persona de primeras aparentemente es así, o es un muro? Tendran que conocerse. Mas aun si son compañeros de piso.