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Doy el ultimo sorbo de cafe bajo la atenta mirada de Hugo que desayuna tambien en silencio.

- ¿Mañana trabajas por la tarde? - pregunto.

- No, por la mañana, ¿por que? - me mira con su tostada en la mano.

- Porque necesito el salón, va a venir Marcos a ensayar la obra - explico.

- Otra vez el pinpinela ese aqui - resopla rodando los ojos.

- ¿Y a ti que mas te da? - pregunto enfadada dejando la taza en el fregadero.

- A mi me la suda - dice borde sin mirarme

- Pues no lo parece - me acerco a él para encararle pero sigue sin mirarme - Hugo - le llamo para que me mire pero sigue sin hacerme caso.

Resoplo y salgo de la cocina para dirigirme a mi habitación. Ha pasado ya mas de una semana desde la ultima vez que dormimos juntos, no ha vuelto a pasar nada, pero ha habido varios encontronazos donde la tension sexual reinaba en donde estuviesemos. Nuestros piques y enfados tampoco han desaparecido, pero no son iguales que cuando llego aquí, ahora incluso me pone enfadarme con él.

Suena el sonido del pomo girar, miro hacia allí sabiendo quien es la persona, porque no hay nadie mas en casa.

- ¿Puedo pasar? - asoma la cabeza y yo sonrio y asiento.

Se sienta en la cama a mi lado mirando hacia abajo. Espero a que sea él, el que tome la palabra primero.

- Perdon, por lo de la cocina. No he tenido un buen despertar que digamos y lo he pagado contigo - no levanta la cabeza y a mi se me encoje el corazón de lo pequeñito que parece ahora.

- No pasa nada, pero, ¿que te ha pasado? - me mira y me asombro cuando veo sus ojos inyectados en sangre. - Hugo - le cojo de las manos y lo acerco a mi para fundirnos en un abrazo.

Acabamos tumbados en la cama pero esta vez no es como el resto de veces, su cabeza esta apoyada en mi pecho y sus manos se aferran a mi cintura rodeandola. Un silencio invade la habitación mientras yo le toco el pelo para que se relaje.

- ¿Estas mejor? - susurro acariciandole la cara sin encontrar ni una lagrima, no entiendo como hasta en los momentos que lo necesita, no llora.

- Si, gracias. - se levanta de mi pecho y apoya la cabeza al lado de la mia pero su mano se conserva en mi barriga donde con el dedo dibuja circulos.

No le pregunto más, se que necesita su espacio y es muy cerrado para esas cosas, supongo que cuando llegue Samantha se lo contará. Nuestras miradas se quedan intactas observandonos mutuamente. En un momento la mano de Hugo que estaba acariciandome la barriga sube para acariciarme el labio poniendome el corazón a mil. Mueve la cabeza para acercarse más haciendo que trague saliva nerviosa.

- Hugo - le advierto firme.

- Tienes las mismas ganas que yo, y lo sabes. - me dice cuando esta ya casi rozando mis labios.

- Pues llevas razón, ya tendre tiempo de arrepentirme - una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro para segundos despues unir los labios en un salvaje beso con asias.

Me separo de sus labios un segundo manteniendo mi mano en su mejilla acariciandola y le sonrio tiernamente.

- Quiero decirte una cosa - le digo timida.

- Dime. - posa su mano sobre mi cintura.

- Se que no estas bien Hugo - su sonrisa se quita de su cara - no me hace falta conocerte de años para darme cuenta de que algo te pasa, no se lo que es, ni busco saberlo. Solo quiero que sepas que estoy aqui para lo que necesites, y aunque se que te cuesta ablandar ese corazoncito - le señalo la parte izquierda del pecho - tambien se que lo necesitas - tomo un silencio para cojer aire observando como me mira triste - necesitas contar lo que llevas ahi dentro y dejar que te ayuden, no puedes querer llevarlo todo para adelante tu solo. Con esto no te digo que sea a mi a quien me lo tengas que contar y desahogarte, solo te digo que te escucharia encantada y te ayudaria, pero tanto yo como cualquier persona que te quiera. - silencio - Es tu eleccion Hugo.

Me mantengo en silencio esperando alguna respuesta por su parte, pero en vez de ello, me hace una mueca con la cara y se echa a mis brazos abrazandome, sin pronunciar ni una palabra.

- Muchas gracias - susurra aun aferrado a mi cuello. Sonrio acariciandole el pelo.

Se levanta apartando su cabeza de mi cuello colocando cada mano a un lado de mi cuerpo quedando encerrada por su cuerpo, su cara enfrente de la mia me mira con ternura.

- Te prometo que en cuanto pueda, te lo contare todo - voy a hablar pero me pone una mano en la boca - a ti, quiero desahogarme contigo - sonrio mirando sus labios que poco tardan en unirlos con los mios.

Sus manos se deslizan en el interior de mi camiseta para arrancarmela rapidamente dejandome completamente desnuda. Es increible en unos meses lo que cambia todo, y mas como te puede hacer cambiar una persona. Hugo sin saberlo ha hecho que el miedo que les tenia a mis complejos, poco a poco vayan desapareciendo. Al menos con él. No tengo ningun tipo de verguenza en que me vea desnuda, y eso que solo es la tercera vez que me ve.

- ¿A donde nos lleva esto Hugo? - le pregunto cuando caemos exahustos uno al lado del otro con las respiraciones agitadas.

- No lo se - respira profundo intentando conseguir aire para hablar, se gira para quedar cara a cara.

- Pero...

- Lo se Eva - me corta - se que para ti todo esto es muy confuso, te entiendo. Pero es que estoy igual que tu, no se que significa todo esto que esta pasando entre nosotros y tampoco se como pararlo. - confiesa.

- ¿Quieres pararlo? - le miro confusa.

- No, y ahí esta el problema, Eva.

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