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- ¿Preparada para darlo todo esta noche? - pregunta Sam entrando a mi habitación con un vestido corto precioso con un marcado escote. - joder eva, ¿todavia estas así?

Es viernes. Le prometí a Sam que saldría de fiesta con ella hoy, nos apetecía bastante a las dos. El problema llegó a la hora de elegir el atuendo para esta noche. Sam tiene un cuerpazo y todo le queda bien. Mi manera de vestir es un tanto distinta a la suya, pero ella se ha empeñado en que esta noche me ponga algo mas "provocativo", no me gusta nada la idea pero por otra parte, creo que va siendo hora de que me vaya quitando algunas inseguridades que tengo.
Tampoco quiero ir incomoda y no estar agusto, empezare con algo mas básico.

- Mmm, dejame ver que tienes por ahí, sino te dejo algo mio - dice abriendose paso hacia mi armario.

Después de una larga media hora, Sam tiene el conjunto perfecto para mi esta noche. He de decir que no me disgusta, incluso me gusta como me queda. Un top de encaje negro y unos pantalones camapana negros, perfecto.

- Estas preciosa Eva - me dice Samantha mirandonos en el espejo.

- Tu tambien.

Cogimos las ultimas cosas necesarias y nos disponemos a salir pero antes nos paramos en el salón para avisar a Hugo de nuestra salida.

- Hugo, nos vamos de fiesta. No se a que hora llegaremos. Tienes casa sola, puedes traerte a quien quieras - dice guiñandole un ojo y el rie - nose si nosotras lo haremos - dice mirandome y yo niego con la cabeza riendo.

- Pasadlo bien - dice Hugo con una sonrisa sincera en la cara.

Sam sale primero del salón, yo le dedico una ultima mirada al rubio, pillandole como me mira de arriba abajo acabando en mis ojos que le miran con una ceja alzada, suelta una risa y se despide de mi con un gesto de mano, le sonrio y sigo a Samantha que ya me espera chillandome en la puerta.

La musica retumababa de tal manera que no lograba escuchar lo que Samantha me estaba diciendo.

- Vamos a la barra a pedir algo - escucho porfin cuando se acerca a mi oido chillando.
Asiento y vamos hacia la barra donde nos ponen dos beefeater con fanta de limón.

Con nuestra copa en la manos vamos hacia la pista, la gente se mueve al ritmo de todas las canciones de reggaeton. Samantha tira de mi para terminar bailando juntas dandolo todo, sin importarnos quien nos mire.

Tres copas después se nos acercan dos chicos a hablar con nosotras, pero debido a la musica no escuchamos nada. Uno de ellos le dice algo al oído a Samantha, lo que ella mueve la cabeza afirmativamente sonriendo, me coje del brazo y seguimos a los chicos.

- ¿Quienes son? - le digo gritando.

- No lo se, pero nos han invitado a un reservado con una botella gratis. ¡Habra que aprovechar! - dice contenta.

En una situación normal, ni de coña le diría a Samantha que sí, no los conozco de nada. Pero el grado de alcohol que llevo en mi cuerpo habla por mi.
En el reservado estaban ellos dos solos, me esperaba que viniesen con más amigos, pero claro, esta claro a lo que vienen.
He de decir que los chicos eran guapos, ambos eran morenos, uno mas alto que el otro. Vestían los dos con unos polos y unos pantalones ajustados. No son mi rollo que digamos.

Nos sentamos en el sofá y uno de los chicos se sienta a mi lado y el otro al lado de Sam.

- Hola - me dice el más bajito de los dos que está sentado a mi lado.

- Hola.

- Soy Dani, ¿tu eres? - me dice poniendo la mano sobre mi muslo.

- Eva. - bajo la mirada hacia su mano para que la quitase, pero en vez de eso comienza a acariciar la pierna de arriba a abajo.

- Bonito nombre.

Hago caso omiso a su comentario y me giro para mirar a Sam, aunque mejor no haber mirado. Se esta comiendo la boca con el otro chico.

- ¡Sam! - le chillo. Se separa del chico y me mira.

- ¿Que pasa?

- ¿Y Flavio? - le susurro en el oido.

- No somos nada todavía. Ni si quiera nos hemos besado - dicho eso se gira y vuelve al asunto en el que estaba.

- Podríamos estar igual - me dice Dani en el oído haciendo que se me estremezca la piel por su grave voz.

Sus labios impactan sobre los mios sin darme a penas cuenta, y yo en vez de apartarlo rapidamente de mi, lo recibo con ansias enredando mis manos en su pelo y acercandolo a mi exageradamente.

Este acto es muy poco visto en mi, no soy de las tipicas personas que se lian con cualquiera sin conocerla. Pero no se si es por el mero echo de que voy bastante bebida o porque llevo mucho tiempo sin besar a nadie.
La ultima relación que tuve fue hace dos años, no acabo muy bien, siempre por el mismo tema. Me decía que era una estirada por el simple echo de que no quería acostarme con él, pero, ¡llevabamos solo dos meses! Mucha gente le parecere una exagerada y pensará que dos meses son suficientes para acostarse con alguien. Lo siento pero yo no pienso así, y mas siendo tan insegura con mi cuerpo, asi que preferí dejar esa relación a tener que hacer algo de lo que no estaba segura.

Después de esa relación, me vine a Madrid, y en el tiempo que llevo aquí solo me he liado con un chico hace poco mas de un año. Fue en una fiesta que hizo Flavio en su casa y trajo a un primo suyo que pasaba el finde con él. Pero solo fue un lio tonto sin importancia, como el de ahora con este chico, Dani.

Me separo de sus labios cuando veo que su mano se acerca a terreno peligroso. Me mira con una expresión interrogante y cojo su mano que se deslizaba por el filo del pantalon y se la aparto.

- Lo siento, me tengo que ir - cojo el bolso y aviso a Sam por si se viene o se quiere quedar más rato. - Sam, me voy ya. ¿Vienes o te quedas?

Se dirije a mi con una carcajada comprobando que ha bebido más de lo que creo que su cuerpo aguanta.

- Venga anda que ya vas bastante mal, vamonos - le agarre del brazo tirando de ella.

- Ay Evi, vamos a quedarnos un rato más - iba haciendo eses mientras nos alejabamos del reservado donde se encontraban los chicos impactados ante nuestra marcha repentina.

Hago caso omiso al comentario de Sam y sigo tirando de ella hasta salir de la discoteca. Me va a ser dificil conducirla hasta casa, basicamente porque yo tambien he bebido y aunque vaya bastante mejor que la rubia tambien me da vueltas todas las calles de Madrid.

- Shh, calla. Que seguro que tu hermano esta dormido ya - dije una vez llegamos a casa metiendo la llave con cuidado de no hacer ruido. Son las 4:38 de la mañana, no creo que haya un alma despierta en esta casa.

AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora