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Unos fuertes ruidos hacen que me sobresalte del sueño profundo en el que estaba.
10:37. Mierda. Me da mucha rabia que haya vecinos que se pongan a estas horas de la mañana con las obras. Hay gente, como yo, que nos gusta levantarnos tarde.
Muy a mi pesar y resoplando voy a la cocina para meterme algo en el cuerpo antes de tomarme el ibuprofeno para la resaca de ayer.

Parece que el día va de mal en peor, ni una sola gota de leche sin lactosa y la nevera esta casi vacia. Supongo que tocara ir al supermecado.

Abri despacio la habitación de Samantha para ver si por las obras tambien esta despierta y pueda venir conmigo a comprar.

- ¿Samantha? - susurro con la puerta medio abierta.

La oscuridad y el silencio es roto por un fuerte ronquido que me asusta, rio asumiendo que sigue completamente dormida y salgo de la habitación.

Segunda y ultima opción. Hugo.

Tambien estaría la posibilidad de ir sola y no avisar a nadie. Pero eran demasiadas cosas las que hay que comprar y no creo que pueda con todas las bolsas.

Me dirijo hacia la habitación de Hugo, abro lentamente la puerta por si esta dormido, la luz procedente del pasillo innunda la habitación pudiendo observar dos cuerpos en la cama mirandome extrañados.

- Uy, perdon perdon. - cerre la puerta antes de que pudieran contestar.

No pude observar bien quien era la acompañante de Hugo, lo unico que he podido ver ha sido una melena marron a su lado. No sabía que se iba a tomar tan enserio cuando le dijimos que se podía traer a alguien en nuestra ausencia.

En fin, me tocara hacer la compra sola. Mientras hago la lista para que no se me olvide nada, una voz suena a mis espaldas.

- Perdona. - me giro. Un Hugo sin camiseta y con los ojos achinados recien despertado aparece por la puerta. - Debería haber avisado de que traía compañía.

- Da igual. Estabamos fuera, es normal que no avisaras - dije sin siquiera mirarle. - ¿Quien es? - mi curiosidad habla por mi y a él se le forma una sonrisa ladeada en la cara.

- ¿Quien es ahora la que esta celosa? - me pregunta sonriendo.

- Mas te gustaria chaval - una voz ronca y chula irreconocible en mi sale de mis labios.

- Uy, como se ha levantado la niña - ruedo los ojos pasando de él. - Es una compañera de trabajo. - me sorprende al contestarme a mi pregunta - ese trabajo al que te he invitado que vinieses y todavia no has venido eh - me reprocha.

- No he tenido tiempo, ya ire - sigo haciendo la lista de la compra sin mirarle.

Se queda un silencio en la sala, que sorprendentemente no me parece incomodo, aunque dura unos minutos ya que vuelve a hablar.

- ¿Para que habías entrado? - pregunta por fin.

- Hace falta ir al supermercado, se lo iba a decir a Sam para no ir sola por que son demasiadas cosas y no voy a poder con todo, pero esta dormida. Anoche llegamos bastante tarde. - le contesto volviendo a mirarle.

- Eso te iba a preguntar, ¿que tal ayer? ¿algun ligue? - me pregunta alzando una ceja y acercandose a mi.

- Bueno, algo hubo - digo quitandole hierro al asunto mientras el sonrie negando con la cabeza.

- Bueno pues me visto y nos vamos - me sorpenden sus palabras, ya que creía que estaba ocupado con la chica esa.

- No hace falta, no creo que a la chica le haga gracia que la dejes tirada ahí - rio.

- No tranquila, si se iba ya. - y como si de magia de tratase, la chica, ahora completamente vestida, aparece por la puerta.

Me detengo a observarla, ya que antes en el dormitorio no he podido. Es una chica de estatura mediana, con una melena marron ondulada. Va vestida con una falda de tubo que muestra su perfecta figura y una camiseta de manga larga blanca, tambien amoldada a su cuerpo a la perfección.

- Perdon. - dice al vernos hablar - Hugo, me tengo ir, ya hablamos - dice mirandole a él sonriendo.

Hugo me hace una seña, diciendome que va a despedirse de ella, asiento. En poco tiempo vuelve a aparecer por la puerta.

- ¿Puedo ir entonces contigo? - me rio por su suplica ante acompañarme.

- Anda tira a vestirte, no tardes - sonrie saltando y sale pitando a su habitación.

Creo que es la persona con mas versiones de personalidad que he visto en mi vida. Ya había conocido su lado chulo, su lado gilipollas vacilando y su lado algo amable, pero este lado mas infantil nunca lo había visto y he de reconocer que es hasta gracioso.

AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora