El frío de la noche me recordaba lo diferente que es el clima aquí, cuando en Las Vegas en este punto del año la temperatura mínima era de 20º centígrados, en New Jersey estábamos a 11º, me abrigué con un suéter que había dejado en mi bolsa, amo el frío, pero no era suficiente para cubrirme, cuando salimos ya con todas nuestras cosas nos encontramos con mis padres esperándonos. Me acerqué a ellos con dificultad y mi padre cortó el camino para ayudarme con mis maletas, no sin antes abrazarme fuerte.
—Padre —me aferré a su abrazo, respiré sobre su hombro el inconfundible olor del suavizante que usa mamá para la ropa, y el olor de su colonia como a menta y madera, lo extrañaba—. Te extrañé mucho.
—Yo a ti hija —nos separamos, él rápidamente me cubrió con una cazadora poniendola solo sobre mis hombros, llegamos a mamá y la abracé fuerte.
—Mamá —besé su mejilla mientras la abrazo, el olor era similar al de papá por el suavizante de la ropa, pero su perfume a vainilla y coco era único en ella—. No sabes cuanto los extrañé.
—Yo a ti mi niña —se separó, quitó un mechón de cabello que estaba sobre mi rostro—. Volvemos a estar juntos de nuevo —besó mi mejilla.
Mis padres de igual manera abrazaron a mis amigas, yo abrazada de mi madre caminamos a la camioneta de papá, nos ayudó a subir maletas en la parte trasera, y pasamos a dejar a mis amigas a su casa, me despedí de ellas planeando próximas reuniones antes de que finalizaran las vacaciones y "año sabático" ya que la próxima semana ellas regresaban a su trabajo y yo hasta en doce días. Mi madre desde el copiloto comenzó a preguntarme sobre el viaje.
—Cariño, ¿Qué tal la pasaste?, ¿no tuviste problema con nada? —interrogó mi madre.
—Mamá, estuvo fabuloso, alcancé a tomar algunas fotografías con la cámara que me mandaron y otras con mi celular, salimos mucho, conocimos a tres chicos muy amables, Trenton es uno de ellos, nos reencontramos con Nava, nos vimos con él en algunas ocasiones, fue un viaje muy loco y muy divertido —contesté a mi madre muy emocionada.
—Que bueno mi vida, gracias a Dios que regresaste con bien a casa —volteó hacia atrás para mirarme, estiró su mano hacia a mí, tomé su mano, estrechándola con calidez.
Una vez llegando a casa, mi padre y yo bajamos mis cosas y me ayudó a subirlas a mi habitación, mi madre tenía cena hecha, todos nos lavamos las manos para sentarnos a cenar, mis padres no querían que hiciera nada, me tenían sentada, sirviéndome y acercándome todo, ya los tres sentados comenzamos a cenar, estofado de res con arroz blanco y puré de patatas, era de mis comidas favoritas. Terminando de cenar mi padre levantó la mesa, dejándome con mi madre a solas.
—Ahora si, quiero saber lo que pasó con Trenton, porque tu cara es muy diferente a cuando te fuiste —acercó su silla a la mía y sobre la mesa tomó una de mis manos, animando a hablar con ella. Suspiré.
—Bueno, te contaré todo, amm..
»Lo conocí un día después de llegar a Nevada de hecho, se acercó, nos invitó un trago, luego me invitó a cenar ahí mismo al restaurante del hotel, dudé pero acepté, fue muy insistente ese día, decía que quería seguir viéndome, y me negué, al día siguiente lo encontré en Cardenas Market, me ayudo con todos los víveres que había comprado, y ahí acepté su cita, salimos a cenar, pasaron los días y nos propusimos salir en lo que duraba mi estadía ahí, y así fue, todo fue genial pero los últimos días fueron mágicos, me llevó a California, conocí Santa Monica, Los Angeles, Beverly Hills, una vinería preciosa, armó una velada romántica entre infinidad de vinos, y no sé si estuvo bien, pero tuve intimidad con él, tal vez esté mal porque somos como desconocidos pero, no sé, fue muy pronto y rápido todo.
Solté de nuevo un suspiro, y mi madre no quitaba su sonrisa, se veía feliz con todo lo que le contaba.
—A ver mi amor, ¿tú lo disfrutaste?, ¿te sentiste bien con eso?, no hablo solo por la aventura, si no por la parte intima con él —indagó mi mamá, no con morbo, ella estaba fascinada con mi resumen vacacional y con la enorme confianza que le tengo desde siempre.
—Sí, muchísimo, me sentí genial en todo aspecto, durante y después.
— ¿Te lastimó? O ¿te trató mal? —siguió con su interrogatorio.
—No, para nada, fue muy lindo todo el tiempo —respondí contenta.
—Entonces ¿Por qué piensas que estuvo mal?, mientras tu te sientas bien y estés contenta con ello nada más importa —hizo una pausa—. Él es guapísimo cariño, se ve que es educado, y agradezco que me haya ayudado a regresarme a mi Lizy de antes, feliz, divertida, segura de ti, porque hasta en tu vestimenta lo reflejas, ahora emanas esa luz de siempre y que por un tiempo se apagó.
—Ay mamá, él se portó muy bien, ahora estamos a kilómetros —comenté nostálgica.
—Cielo, desearía que no fuera así, pero si tu quisieras un día regresar allá y ver si lo que tenían vale la pena sabes que te apoyamos, queremos verte feliz y plena —acarició mi mejilla.
—Gracias mamá, pero me hicieron mucha falta estando lejos, no lo soportaría —comenté, ella se quedó mirándome, descifrándome como siempre lo hacia.
—Oh por Dios, Lizy, no solo estás enamorada, lo quieres ¿no es asi? —me descubrió, solté una risita.
—Resulta que antes de subir, gritó mi nombre en el aeropuerto llamando mi atención y cuando volteé a él, gritó «te quiero» —de nuevo me salió una risa y no podía dejar de sonreír—. ¿Te das cuenta mamá?, me dijo eso cuando yo casi tenía un pie arriba del avión, minutos antes nos despedimos y lo omitió.
— ¿Y tú que le dijiste? —preguntó más emocionada.
—Nada, solo le sonreí, me quedé en shock y enmudecida en ese momento, pero le dejé un mensaje —recordé que tenia apagado mi celular—. Ay no, mi celular —me levanté rápidamente, salí del comedor y subí a mi habitación para buscar entre mi bolsa, en cuanto lo vi oprimí el botón de bloqueo para encenderlo.
Salí de la habitación sin dejar de ver la pantalla de mi celular, al encenderse comienza a cargar todo, ya conectado a la red comenzaron a llegar mensajes y notificaciones, tenia algunas de Instagram, Facebook y WhatsApp, esta ultima app es la que me importaba, así que primero abrí esa y el chat de Trenton estaba arriba.
Trenton: 😚
Trenton: ¿Ya llegaste a casa?
Yo: Sí, siento haberme tardado, apagué el celular y con la emoción de ver a mis padres en el aeropuerto, me perdí.
Trenton: No tienes que explicar, yo sé que los extrañaste.
Yo: Demasiado ☹ ¿Ya cenaste?
Trenton: No, en un rato voy a salir a buscar algo para cenar ¿tú?.
Yo: Ya, mi madre me recibió con mi comida favorita.
Comencé a bajar las escaleras, pisé el último escalón y escuché a mi padre:
—Asi que Trenton eh —volteé y ahí estaba viéndome, con una expresión desagradable, mi madre estaba sentada en el sofá, ella me mira divertida.
—Nos escucho —afirmé yo sola, regresé la vista a él—. Papá, yo...
—Lizy, eres mayor de edad, no vamos a juzgarte ni criticarte, mucho menos regañarte, nunca lo hicimos, solos nos aseguramos de enseñarles valores, estudiar, trabajar, lo bueno y lo malo, no tienes porque poner esa cara, ¿o te he dado motivos para no confiar en mí?
—No, para nada papá, sabes que le cuento todo a ambos —me acerqué a ellos y me senté entre los dos—. Me da pena porque, lo que siento ahora es prácticamente nuevo.
—Estoy de acuerdo con tu madre, si tu quieres regresar para comprobar que lo que pasaste con ese muchacho no es pasajero, te apoyamos, y si no resulta ser yo mismo lo mato con mis propias manos y..
— ¡Papá! —exclamé.
— ¡Edward! Tranquilo, no hay necesidad de eso —se dirigió a mi padre luego volteó conmigo—. Mi amor, si resulta ser algo que no esperabas, vamos a apoyarte, en todo momento ¿verdad Ed?.
—Si —refunfuñó mi padre, pasó su brazo detrás de mis hombros, rodeándome.
Mi madre puso su mano sobre la mía, en eso mi celular timbró en mi otra mano, reviso la pantalla, decía "Trenton", su numero debajo del nombre, miré a mis padres, sonrieron y me soltaron.
—Ya vuelvo —subiendo las escaleras contesté la llamada—. Hola.
—Hola ¿no interrumpo algo o si? —indagó.
—No, no te preocupes, veíamos la televisión —entré a mi cuarto y cerré la puerta.
— ¿Qué tal New Jersey?
—Fresco, más frío que fresco, ¿qué tal Las Vegas?.
—Aburrido, estoy esperando mi cena.
— ¿Y tus amigos? —pregunté y me dejé caer en la cama esperando su respuesta.
—En el hotel, yo necesito descansar, el lunes regreso a la oficina.
— ¿Tan rápido?, yo regreso en algunos doce o diez días, ya perdí la cuenta, mañana revisaré eso.
—Genial —hubo un silencio entre los dos, pero este extrañamente ya no se sentía incomodo—. Liz —rompió el silencio—, quería consultarte algo.
—Claro, dime —accedí.
— ¿Crees que podamos seguir hablando ahora que estás lejos? —su pregunta me causó ternura, una sonrisa se dibujó en mi rostro.
—Pensé que no me lo preguntarías nunca —reímos—, pero sí, me encantaría.
—Bien, oye, te dejo, allá son tres horas más tarde y debes estar cansada —comentó.
—Un poco por el viaje, pero está bien, hablamos después —suspiré—, descansa Trenton.
—Descansa linda —colgamos la llamada.
De mí no dejaban de salir suspiros, algo que me tenía desconcertada, estuve enamorada de Nava todo este tiempo, salí con Paul, y tuve una experiencia muy mala con él, en la relación era indiferente, toxico, en lo sexual nunca me sentí bien, solo era satisfacción para él. En cambio, ahora es muy diferente mi vida íntima y eso me encantaba, digo, ¿a quién no?
Dejé mi celular sobre la cama y me levanté de la cama con pesadez, me dediqué a desempacar y acomodar mis cosas, me dio la media noche, en el tiempo que estuve desempacando y acomodando todo me llegaron muchos mensajes, suponía era el grupo que tengo con mis amigas, por lo que decidí no distraerme y revisar en cuanto terminara, antes de hacerlo me puse mi pijama y fui con mis padres a desearles buenas noches. Me acosté y comencé a revisar las notificaciones, en efecto mis amigas me habían mensajeado por el grupo, pero solo eran unos cuantos mensajes, el chat de Trenton marcaba más de diez mensajes, abrí y eran todas las fotografías que me tomó con el celular, sonreí al ver las que nos tomamos en la Vinería San Antonio, lo ví en línea y respondí.
Yo: Me encantan esas fotografías 🤭
Trenton: A mi igual.
Trenton: Todo lo que usas se ve hermoso en ti.
Yo: 🤭 Gracias, y gracias por tomarnos tan buenas fotos.
Trenton: Ahora tu pásame las que tomaste en Santa Mónica en la rueda de la fortuna.
Yo: Siiii
Busqué las fotografías y se las mandé, mi cuerpo y mi mente no pudieron más, me había quedado dormida.
A la mañana siguiente desperté a eso de las 10 am, Salí al pasillo y me dirigí al baño, hice mis necesidades, enjuagué mi boca, desmaquillé y lavé mi cara, había olvidado hacer eso por la noche. Bajé a la estancia y desde las escaleras pude percibir un olor delicioso, me adentré a la cocina encontrándome con mi madre.
—Buenos días ma' —besé su mejilla—, ¿te ayudo con algo?
—Solo pon los platos, ya está, hice chilaquiles —me informó sobre nuestro almuerzo.
— ¿Y papá? —tomé platos, vasos y cubiertos, los acomodé sobre la mesa.
—Mm no tengo idea, recibió una llamada de Alejandro y parece que le pidió un favor —respondió mi madre como si nada. Yo bufé, sabía que lo hizo salir para hablar por teléfono sobre lo de Paul.
—Ya nos contará —nos sentamos y almorzamos juntas.
Ese día por la tarde mi padre había llegado como si nada, la duda carcomía mi alma por dentro, pero decidí no preguntarle nada. Pasaron los días, regresé a mi trabajo lo cual ya extrañaba, no podía estar tanto tiempo sin hacer nada, el mes se fue volando, en un abrir y cerrar de ojos ya habíamos pasado Halloween, ese día salimos mis amigas y yo a un club, estuve tan ocupada que no tuve tiempo de armar mi disfraz, solo me vestí normal con una falda cuadrada en tonos grises, una blusa negra translúcida estilo red, debajo usé un brasier con encaje del mismo color al final era todo de disfraces y solo había conseguido una diadema con cuernos la cual me puse al llegar al club. Hanna usó un vestido negro hermoso simulando al cisne negro, y Ariana de Harley Quinn en negro y rojo, hasta el gorrito se puso y yo un intento de diablilla en color negro.
Sobre Trenton, él y yo hablábamos todos los días, en ocasiones hacíamos video llamadas, le mandé fotos de mi intento de disfraz y según él le fascinaron todas las fotografías que le mandé. Estábamos a siete de noviembre, el clima era ligeramente más frío conforme transcurrían los días. Un día mis padres saldrían a hacer las compras de la casa, los dos iban sonrientes hablando sobre que prepararían en la cena de Acción de Gracias, mi madre dictando una lista mental de todas las cosas que mi padre olvidaba antes de salir, "la lista de las compras, billetera, llaves de la casa, llaves de la camioneta", etcétera, etcétera, mi padre contestando "sí" a todo. Salieron de casa, era viernes por la noche, usualmente los acompañaba pero hoy acababa de llegar del trabajo, tenía que dar el debido mantenimiento a unas paginas web de las cuales soy encargada y hoy estaba agotada. Iba a las escaleras cuando mi padre entra de nuevo.
—Olvidé la cazadora, está algo frío —me informó sobre lo que ahora había olvidado. Yo sonreí y le dije que yo subía para buscarla y dársela. Subí corriendo, entré a su habitación y tomé la cazadora del closet, al bajar me sentenció con la mirada—. Tú y yo tenemos que hablar, cuando regresaste Alejandro me informo sobre lo de Paul, entendía que para ti era duro hablarlo por eso prefirió decírmelo él a mí.
—Papá, no quiero que vuelvas a preocuparte...
—Lizy, ¿crees que saber lo que ese imbécil te hizo y te pudo haber hecho es muy reconfortante para mí?, no —los ojos de mi padre que abarrotaron—. Lamento tanto que hayas pasado por todo esto sola, no haber estado contigo me parte el alma, si yo pudiera lo mataría con mis manos.
—No fue nada papá, por favor, dejemos todo ese infierno que viví en el pasado, él no va a volver a ponerme ni una mano encima y va a pagar por la muerte de mi hermana...
— ¿Paul te hizo daño? —escuchamos decir a mi madre desde el marco de la puerta principal.
Todo se tornó a escenas en cámara lenta, mi madre se tocó el pecho queriendo desvanecerse sobre el piso, mi padre la tomó entre sus brazos y subimos a la camioneta, condujo rápidamente al hospital, en camino llamé al doctor Laurie, era él quien atendía a mi madre siempre, estaba en su turno por lo que estaba disponible para nosotros. Las cosas pasaron frente a mi en un parpadeo, ya me encontraba en la sala de espera tomada de la mano de mi padre, con mi corazón hundido esperando noticias de mi madre.
Mi teléfono sonó en uno de los bolsillos traseros de mi pantalón, en la pantalla estaba el nombre de Trenton, desvié la llamada, no tenía tiempo ni cabeza para hablar con nadie, solo quería que el doctor viniera y dijera que estaba fuera de peligro. Pasando un rato el doctor Laurie nos informó que el estado de mi madre era muy delicado, estuvo a punto de tener un infarto y era mejor dejarla en observación por unos días, por el momento no teníamos permitido verla.
—Cariño, deberías de ir a descansar a casa, tuviste un día muy cansado...
—Tú también trabajas y tienes días cansados papá —dije interrumpiéndolo—. Yo no me muevo de aquí hasta ver a mi mamá.
—Yo tampoco —murmuró con su voz átona. Nos sonreímos, él me rodeo con su brazo derecho mi espalda tratando de confortarme.
Mi padre y yo estuvimos ahí esperando durante horas, hasta el amanecer, el doctor autorizó verla solo una persona por unos pocos minutos, dejé que mi padre entrara con ella, minutos después venía con sus ojos cristalizados, señal que me decía a gritos que mi madre si estaba mal. Mi padre sin decir nada sobre ella, me propuso ir a tomar una ducha y comer algo, pero me negué.
—Lizy, tienes que ir a descansar y comer, ella nos necesita fuertes —dijo mi padre.
—Ya te dije que no me iré de aquí hasta verla, ve tú papá, toma una ducha, come algo y descansa, yo espero aquí —le propuse sosteniendo su mano.
—No quiero dejarte sola, no de nuevo —hizo una mueca.
—Estaré bien —beso su mejilla—, anda ve.
Él me sonrió, asintió y se fue, yo me senté ahí, tenía mensajes en el grupo de mis amigas, algunos de Trenton y otros de Nava, no quería hablar con nadie, no tenía ganas de nada, era como si una roca invisible estuviera aplastando mi alma, corazón y cuerpo y no pudiera levantarme. Algunas horas más tardes una enfermera me dio actualización sobre mi mamá, pero ninguna buena ni mala noticia, mis ojos estaban comenzando a sentirse igual de pesados que todo mi cuerpo, hasta que un sonido hizo que me sobresaltara, era una llamada de Ariana, dudé pero terminé contestando.
— ¿Aló?
—Liz, amiga, ¿estás bien?, perdón por molestar, pero mi hermana y yo tenemos este feeling de que algo no está bien —pensaba no preocuparlas ni decirles nada, ellas adoran a mi madre, pero la voz afligida de Ariana al otro lado del teléfono me debilitó.
—Ari, estoy en el hospital —solté de golpe—, mi madre esta internada.
—No me digas eso, ay no, amiga, vamos para allá, ¿es en el Englewood? —consultó Ariana.
—Sí
—Okay, vamos para allá —colgamos la llamada.
Respiré hondo, todo lo que he pasado se junta con esto, fue una estupidez hablar del tema con mi padre y más siendo en la casa, mi madre no tenía porque enterarse de nada, pero todo se fue de nuestras manos cuando lo mencionamos pensando que ella esperaba en la camioneta. Ahora ya no hay vuelta atrás, teníamos que aclararle lo que escuchó.
Quince minutos después vi como mis amigas venían por el pasillo adentrándose a la sala de espera.
—Amiga —Hanna se adelantó y me dio un fuerte abrazo. Ariana hizo lo mismo.
— ¿Ya te dijeron algo sobre el estado de Laura? —preguntó Ari.
—Solo que está delicada y no podemos entrar a verla, está inconsciente —tomé fuerte la mano de mi amiga.
—Pero ¿Cómo pasó? —preguntó Hanna.
—Mis padres se iban a ir a comprar cosas para la despensa de la casa, mi padre regresó por algo para abrigarse bien y en cuanto yo bajé, mencionamos algo de lo sucedido con Paul, mi madre escuchó, se puso mal y aquí estamos —nos sentamos juntas—. Estoy aterrada, tengo miedo de que le pase algo.
—Laura es fuerte, vas a ver que va a salir rápido de esto —Ariana descansó su mano sobre mi espalda, acariciándome.
—No les avisé anoche porque no quería preocuparlas, ya pasaron suficiente con lo de Paul, no quería tener que hacerlas venir aquí y perder tiempo —dije a mis amigas.
—No digas eso, no es perdida de tiempo, nosotras y mis padres queremos muchísimo a Laura, ha sido un amor con todos siempre —dijo Hanna escuchándose triste. Nos quedamos un rato en silencio—. Liz ¿ya comiste algo?
—La verdad no he comido nada desde ayer, no tengo hambre y no planeo irme a casa hasta que me dejen ver a mi mamá —les advertí antes de que propusieran llevarme a casa—. Le dije a mi padre que él fuera y descansara un poco.
—Cariño, hay una cafetería aquí, vamos para que comas algo y regresamos ¿sí? —sugirió Ariana—, Laura te necesita fuerte —agregó.
Acepté la sugerencia de mi amiga, y acompañada de las dos fuimos a la cafetería que estaba un piso abajo, me pidieron unos sándwiches y un agua de limón embotellada, se sentaron conmigo acompañándome con un café, apenas y comí un sándwich. Cuando íbamos en el elevador recibí un mensaje de mi padre que ya venia en camino, ya en la sala de espera entró de nuevo una llamada de Trenton, pero al igual que a mis amigas, no quería que estuviera preocupado, se arriesgó a lo de Paul y no quería atormentarlo con mis cosas ahora que ya regresó a sus responsabilidades laborales, era mejor mantenerlo fuera de más problemas, con los suyos le bastaba y sobraba.***
Hola bebesaurias, espero les haya gustado el capítulo. Si tengo chansa actualizo de nuevo en unos días.
¿Que creen que pase con la mamá de Elizabeth?, ¿creen que se salve?. Déjenme saber sus opiniones y teorías sobre la historia, me encanta leerlas.
Les deseo un bonito fin de semana. Las adoro!! 😘💖
-Lu Madarame ❄️
ESTÁS LEYENDO
La Gran Apuesta | Completa
عاطفيةLiz huye de un pasado turbio; Trenton busca cumplir una apuesta. Ambos se dejan envolver por la pasión & la perdición que Las Vegas ofrece. * Huyendo de un pasado turbio y pesado, de sus caídas, pérdidas y de más, Elizabeth: determinada y fuerte gra...