•34• Bésame.

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Chicas, gracias por todo el apoyo que han brindado a mi historia y a mí, por eso es que este capítulo se los dedico con mucho amor. 💖

No olviden dejar su voto, es muy importante para mí. Las adoro. 😘


La cheeseburger de «Five Guys» estuvo exquisita, tal como la imaginé: jugosita y con mucho quesito. Trenton reía con mis expresiones al comer tal delicia, entre bromas, besos fugaces y miradas coquetas terminamos de cenar. Por ahora dejé los vasos en el fregadero y antes de sentarme a trabajar, invité a Trenton subir al segundo piso para guiarlo a la que sería su habitación.



Abrí la puerta y suspiré hondo.



—Esta será tu habitación —Me adentré dirigiéndome al armario—. Aquí hay edredones y sabanas —roté hacia él—, amm, ¿trajiste ropa cómoda?



—Sí, tengo la maleta en el auto —se acercó a mí—, Liz no quiero incomodarlos, veo más viable ir a un hotel.



—Ya aceptaste —Revoloteé en el armario para sacar los edredones y sabanas, las cuales dejé sobre la cama—, ahora te aguantas.



Él soltó una risa nasal.



—Que ruda Acosta.



—Nada de eso —negué. Ahora yo me acerqué a él y descansé mis manos sobre sus hombros. Él automáticamente aprisionó mi cintura con las suyas.



— ¿Tus padres no piensan mal de que me quede? —rozó su nariz con la mía.



—No, ellos me conocen muy bien y saben que jamás haría algo indebido, nunca usaría su casa para tener sexo o algo así.



—Yo no hablaba sobre sexo —murmuró ahora rozando sus labios sobre los míos—, pero concuerdo contigo, este espacio es de ellos y tuyo, yo tampoco metí ni invité a nadie a la casa de mis padres —depositó un besito en mi boca—. Pero si puedo besarte ¿o no?



—Sí, bésame —demandé.



Mis ojos se cerraron cuando sentí como su boca hizo prisioneros a mis labios, aunque el beso era intenso; no dejaba de sentirlo tierno y pasional, el ligero smooch que reproducían nuestros labios al probarnos era satisfactorio, escucharlo era señal de un buen y rico beso. Me separé despacio y aun con mis ojos cerrados dije:



—Trent, eres mi invitado, y me da pena tener que ponerme a trabajar —confesé con pena.



Sentí su frente unirse a la mía.



—Haz lo que tengas que hacer, no te preocupes por mí, yo también tengo algo importante que hacer —susurró.



La Gran Apuesta | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora