•13• La trampa.

6.5K 462 90
                                    

Despierto de a poco, conforme la luz del día comienza a intensificarse más, chocando en mi rostro algunos rayos del sol; me doy cuenta de que Trenton no está a mi lado, lo veo a él sentado en un pequeño sofá cerca de la puerta, aún está en pijama, pero no parece que acabe de levantarse. Me estiro con algo de ánimo en mi ser y me siento sobre el mismo lugar en el que estoy.

—Buenos días —saludo al chico que ven mis ojos, pero no obtengo respuesta de él— ¿Trenton, todo bien? —él se sobresalta, como reaccionando y sube su mirada a mí.

—Perdón, no vi que despertaste —se disculpa queriendo sonreír; aunque su cara me dice todo lo contrario, esta serio, algo le pasa.

—¿Estás bien? —indago y me mantengo atenta a su respuesta.

—Sí —responde, a secas.

—Mmh.

—Te estas mordiendo los labios, eso me dice que quieres preguntarme algo —expone. Me resulta tierno, raro y gracioso que note ese tipo de cosas, cosas muy mías.

—No. Bueno sí. Bueno, es solo que, te noto preocupado, serio —revoleo mis ojos—, más de lo normal obvio —trato de hacer el momento más ameno, pero él se limita a tratar de sonreírme, agacha un poco su mirada. Sin pensarlo un segundo más me levanto de la cama y me pongo de rodillas, justo delante suyo buscando su mirada—. Trenton ¿Qué pasa? me estás preocupando —pongo mi mano sobre su mejilla y hago que me vea.

—¿Ahora me entiendes? —pregunta; pero yo no entendía a que se refería— yo estoy preocupado por lo que pasa contigo, y ahora tú te preocupas solo por mi cara fea —dice, intentando bromear.

—Trenton, no juegues, no estamos hablando de mí ahora —replico. Él me mira, asiente con su cabeza, veo que toma fuerzas.

—Mi mamá y mi hermana, no quieren saber nada de mí, bueno, mi hermana —suelta en seco.

—Pero, puedes ir a hablar con ellas, tienes ese pendiente hoy, que no se te olvide —tomo su mano y la muevo, tal y como hace el conmigo en mis momentos.

—No puedo —traga saliva, hace una pausa y yo espero atenta—. Ellas se fueron de Nevada.

Un nudo en la garganta amenaza con formarse junto con un hueco en mi estómago —y no, no es de hambre—, su mirada me dice todo, está triste, y pienso que en cualquier momento va a llorar, más no me gustaría que lo haga, detesto ver así a las personas que me importan.

Me levanto y lo abrazo fuerte, trato de transmitirle energías positivas; pero creo la situación si está un poco complicada con él. Siento como sus brazos me rodean aferrándose a mi torso, hunde su cabeza en la curva de mi cuello. Hace un poco de fuerza bajando sus manos a mis piernas y así sentarme sobre él. Al tenerme sentada sobre su regazo de nuevo se aferra a mi torso y esconde su rostro.

—Trent, no sé qué decirte —susurro cerca de su oído, hago un enorme esfuerzo porque mi voz no se me entrecorte.

—No hace falta decir algo, solo no me sueltes por favor —su voz quebrada me desmorona.

 

«Escuchar a un hombre así, me parte el corazón».

—No lo haré, aquí estoy. —Aplico un poco más de fuerza al abrazo para reconfortarlo.

Lo escucho sollozar, me dan ganas de llorar con él. Con esto me voy cuenta de lo mucho que ama a su familia, y ahora que ellas se alejan veo como le afecta demasiado la situación, entiendo la posición de ellas, pero también la de Trenton. Él me necesita al menos para desahogarse, así que me mantengo firme.

La Gran Apuesta | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora