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— Señor, hemos intentado de muchas maneras atravesar el portal pero, lamento decirle que ninguna ha resultado eficaz.

— Bankotsu, ella debe volver, su lugar está a mi lado, ¡Mi vida es ella! — decía Sesshumaru apretando sus puños de frustración, había buscado por todos lados, a un sacerdote o sacerdotisa que pudiera ayudarle a traer de regreso a Aome, pero todo había sido en vano, ninguno había sido capaz de regresarle a su azabache.

— ¡Kikio! — gritó enfurecido — ¡Debes de traerla de vuelta a mi lado! — dijo caminando hacia la sacerdotisa — Tu fuiste quién me dijo que le dejara ir, ahora te pido de favor que la devuelvas, quiero tenerla a mi lado — la mirada del peliplata que segundos antes estaba llena de enojo, ahora miraba de manera enternecida a la sacerdotisa frente a él.

Había pasado casi un año desde que la azabache había desaparecido en esa obscura cueva, desde entonces no había parado de buscar la manera de volver a verla, no entendía como un lugar tan frío pudiera ser la causa de la separación de su amada, Bankotsu le había dicho que talvez ni siquiera había sobrevivido, pero él en el fondo sabía que ella era más fuerte de lo que todos pensaban.

— Señor Sesshumaru — dijo Kikio haciendo una reverencia, le dolía ver el estado en el que se encontraba el gobernante, y no solo eso Inuyasha también se había visto afectado por la situación, se pasaba los días preocupado por el bienestar de su hermano — por favor, me gustaría hablar a solas con usted.

Las demás personas se miraron entre sí, les parecía demasiado extraño que la sacerdotisa pidiera una audiencia a solas con su líder, pero al ver que el peliplata les hacía una señal para que abandonaran el lugar, solamente se retiraron sin decir una sola palabra, Inuyasha antes de salir dirigió su mirada a Kikio, ella al sentirse observada por él solamente asintió.
Al estar solos Kikio respiró hondo y comenzó a hablar, había encontrado una solución pero tenía que ser aprobada y aceptada por Sesshumaru.

— Mi señor, debe de saber que yo estoy igual de interesada en el regreso de Aome — dijo Kikio.

— ¿Por qué lo estarías? Yo la amo — dijo Sesshumaru levantando una ceja.

— Lo se Señor, pero mi destino y  mi felicidad dependen de su regreso — Sesshumaru miró a Kikio con curiosidad lo que motivó a la sacerdotisa a seguir — Cuando fui nombrada sacerdotisa, me entregaron la misión de ser la guardiana de la cueva, según mi antecesora la cueva transportaría a la mujer que haría feliz al emperador, pero no solo eso esa mujer ayudaría en la prosperidad de nuestro pueblo, la elegida vendría de una época distinta trayendo con ella conocimientos, con su venida el flujo del tiempo no se vería afectado ya que es su destino, Aome vino con esa misión y de igual manera tenía que volver, nuestra misión es traerla de regreso, ella tiene dudas y no volverá al menos de que esté segura de que su presencia aquí no afectará a nadie.

— Ella nunca causaría daños — respondió Sesshumaru con tristeza.

— Lo se señor, si ella regresa todos estaríamos mejor, usted sería feliz y yo…yo tendría mi libertad, cuando ella regrese lo predicho será cumplido y ya no habrá cueva que proteger, yo podría ser una mujer con una vida normal, al lado de…

— Inuyasha — dijo Sesshumaru con una sonrisa — he visto como se miran.

Las mejillas de Kikio se sonrojaron al escuchar las palabras de Sesshumaru, había intentado ser discreta respecto a sus sentimientos por Inuyasha, no era bien visto que una sacerdotisa se enmorara.

— Señor, le pido que eso quede entre nosotros — dijo apenada Kikio.

— No tienes que pedirlo, yo sé muy bien lo que debo hacer — dijo con una sonrisa Sesshumaru, una de pocas desde que la azabache se había ido.

QUÉDATE A MI LADO 💞💞💞(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora