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Hacía una semana que Sesshumaru había partido para defender sus territorios, la tarea de él y sus guerreros no era solo defender un pedazo de tierra; ellos defendían lo que había ahí, las personas eran lo mas valioso para mantener a flote su imperio. Sesshumaru había sido un buen gobernante siempre había estado al pendiente de las necesidades que se presentaban entre los habitantes de su imperio.
El y sus mejores guerreros habían ido a asegurar la libertad de todas las personas.

— La aprendiz de la sacerdotisa Kikio es un poco rebelde, ¿No cree lo mismo Señor? — dijo Bankotsu mientras descansaban cerca de una fogata, ese día había sido demasiado agotador se habían encargado de la mayoría de los invasores, ahora solamente esperaban a ver qué era lo que hacían los pocos que habían quedado.

— A mi ver es demasiado irrespetuosa, no la he visto reverenciar a mi hermano — respondió Inuyasha.

Sesshumaru los miró seriamente dándoles a entender que ese tema no debería de tocarse, pero como buenos amigos querían saber que tanta información podían sacar de su gobernante, en especial Bankotsu que ya había notado las extrañas salidas de su Señor, las cuales coincidían con las continúas caminatas de la joven aprendiz.

— No nos mire de esa manera, es solamente que estamos preocupados, cualquier persona que no le haga reverencia debería de ser castigada — dijo Bankotsu, estaba jugando con fuego pero no le importaba salir quemado siempre y cuando averiguara lo que se traía su gobernante.

— Yo me encargaré de ella — dijo Sesshumaru mirando fijamente a la flama de la fogata — ella tiene un espíritu demasiado rebelde, para mí será un desafío doblegarla.

— ¿Y crees poder hermano? — preguntó Inuyasha — ella se ve débil, pero al no temer al gran Sesshumaru significa que no es tan débil como pensamos.

— Tienes razón — dijo Sesshumaru — lo que más me intriga de ella es que no se de dónde viene.

— Podemos investigar eso para usted en cuanto regresemos — se ofreció Bankotsu, pero su mirada se puso sería, era verdad que era amigo y compañero de Sesshumaru pero también era su mejor consejero — pero con todo respeto Señor no olvide que ella será una sacerdotisa y guardiana.

— Lo sé, solamente quiero saber de dónde viene, a dónde pertenece — respondió Sesshumaru poniéndose de pie y alejándose de ellos.

— ¿Creés que siente algo por ella? — preguntó Inuyasha.

— Espero que no, enamorarse de una sacerdotisa es lo peor que puede hacer — respondió Bankotsu — y tú lo sabes mejor que nadie.

Un silencio se formó entre ellos, un silencio que le daba la razón a Bankotsu, de pronto ese silencio fue sustituido por un grito tan desgarrador.

— ¡Nos atacan! — gritó uno de los hombres de Sesshumaru.

—Son demasiados, ¡Protejan al Señor Sesshumaru!.

[…]

Aome caminaba de un lado a otro, tenía un mal presentimiento, hacía poco más de una semana que el se había ido, demasiados días sin saber nada de él, aunque se negara a aceptarlo ella comenzaba a extrañarlo, extrañaba sentarse al lado del río y poder sentir su mirada sobre ella, extrañaba tanto esos ojos dorados y poder reflejarse en ellos.
Había notado a Kikio algo extraña se notaba preocupada y distraída, Aome sospechaba que seguramente se debía al joven de cabellos plateados pero a pesar de tener sus sospechas no se sentía con el derecho a interrogar a Kikio.

— ¿Han sabido algo de ellos? — preguntó Aome a Kikio que recién entraba a su humilde casa.

— No, el último mensajero solamente dijo que no tardaban en regresar según tengo entendido ya habían expulsado a la mayoría de los invasores, pero si eso fue cierto ya deberían de haber llegado — dijo Kikio con preocupación.

QUÉDATE A MI LADO 💞💞💞(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora