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Aome y Sango no podían hablar de la emoción, había sido emocionante el hecho de haber encontrado la tumba del Perro Plateado, pero esto, esto era aún más emocionante.
Por las piezas de oro que se encontraban junto a los restos podían deducir que la persona ahí enterrada era igual de importante que el antiguo gobernante, el único problema era que no tenían idea de quién podían ser.

— ¿Que piensas Aome? — preguntó Sango a la azabache — ¿A quien crees que corresponden estos restos?

Aome encogió los hombros, le gustaría saber quién era tan importante para Sesshumaru. Quien quiera que haya sido la persona debió ser amada por el peliplata, porque después de su muerte quiso estar a su lado, para protegerla tal vez, ya que la tumba de Sesshumaru estaba justo encima de la otra.

— No lo sé, tal vez sea… — dijo Aome sin poder continuar.

— Su pareja o…su esposa — terminó Sango, sabiendo que eso era muy doloroso para la azabache.

Aome solamente asintió, después de su partida era obvio que Sesshumaru volvería a enamorarse y no lo culpaba ni lo odiaba por eso, lo que la incomodaba era el hecho de que ella no tuvo el valor de regresar a su lado.

— Debemos informar de este hallazgo — dijo Aome caminando rumbo a la salida, encontrar esos restos le habían afectado demasiado, le dolía imaginar a Sesshumaru con otra mujer.

— Aome pero… — gritó Sango deteniendo el andar de su amiga — ¿No quieres estudiar los restos?

Aome negó con la cabeza, pensó que tal vez Sesshumaru le había dejado una pista o al menos un consuelo en su tumba, pero tal vez el hallazgo de esos restos solamente querían decir que sus destinos no estarían unidos nuevamente. Sango se quedó ahí solamente mirando los restos que habían puesto tan mal a su amiga, si no los hubiera encontrado Aome aún seguiría llena de ilusión de poder volver al lado de Sesshumaru, pero ahora estaba más deprimida que antes.
Aome salió de la tumba, estaba cansada y lo único que quería ahora era olvidar a Sesshumaru, quería volver al inicio, a ese día en que llegó a ese pueblo emocionada por encontrar la tumba más famosa de esas pirámides, pero ahora, ahora caminaba hacia su casa con su cabeza llena de recuerdos y un corazón roto.

— ¿Encontraste la otra tumba?

Aome se detuvo al escuchar la voz, busco a la persona que había hablado pero no sé sorprendió al descubrir quién era.

— ¿Usted sabía de la otra tumba? —; preguntó Aome — Porque no me sorprende — dijo la azabache con una triste sonrisa.

— Siempre ha sido mi trabajo — respondió — se todo sobre esa tumba, tardaste demasiado en encontrala.

— Si, ya la encontré pero no será mi deber estudiarla — respondió Aome mientras comenzaba nuevamente su andar — creo que lo mejor será irme del pueblo, tal vez nunca debí venir en primer lugar.

— ¡Pero está en tu destino!

— Anciana Kaede, el destino no existe — dijo Aome con lágrimas en los ojos — son solamente coincidencias, cada persona es capaz de decidir su futuro.

La anciana Kaede se acercó a Aome y la miró con ternura — ¿Lo amas no es así?

— Con toda el alma — respondió Aome.

— Entonces ¿Por qué no vuelves a su lado?

— No creo que sea el momento — respondió con tristeza Aome.

La anciana sonrió — Tal vez esto te ayude a averiguar cuando será el momento — dijo la anciana sacando de entre sus ropas un rollo de papel gastado.

QUÉDATE A MI LADO 💞💞💞(Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora