Capítulo XVII

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XXVII.

—Hola, Jan Di —la saludó Woo Bin dándole un fraternal abrazo en cuanto le abrieron la puerta, acto seguido, ella lo dejó pasar a su casa— huele delicioso.

—Gracias —sonrió sin demasiado ánimo mientras avanzaban por el pasillo. Ella ya había redecorado bastante la casa, tal como Ji Hoo lo había sugerido pensando en que podría ayudar a borrar malas memorias, pero, dios, esa casa era enorme, parecía que le tomaría el resto de su vida—. Estoy cocinando la comida favorita de Ji Hoo para llevársela al hospital en un rato, espero que cuando despierte tenga mucha hambre —detuvo su caminar por un segundo y ahogó un suspiro—, es mi ofrenda de paz...

—Todo va a estar bien, Jan Di —él la tomó del hombro antes de que reanudaran el camino y le sonrió con empatía—, te acostumbrarás a esta nueva vida y terminarás por apenas notarla...

—Sí, lo sé... —ella le devolvió la sonrisa pero su ánimo no mejoró— simplemente las cosas han estado muy tensas con el asunto de su brazo...

—¿Cómo va eso...? ¿Por qué no estás con él? —le preguntó ya sin poder ocultar su curiosidad— de hecho, antes de venir aquí pasé a buscarte al hospital, pero él ya había entrado a cirugía y el doctor Yoon me dijo que ya tenía rato que te habías marchado...

—Esta ya es su tercera cirugía, ¡sé que ha sido difícil! ¡claro que lo sé! —levantó un poco su tono— pero Ji Hoo dice que no tiene caso y que es mejor que ya le amputen el brazo entero, ¡argh! —sacudió la cabeza— ¿por qué tiene que ser tan extremista? Se va a recuperar, yo lo sé, el cirujano es un especialista que vino desde Estados Unidos, es el mejor —cada vez hablaba más rápido—, solo tiene que tener más paciencia y se lo dije, ¡entonces me acusó a mí de ser yo la que no tiene paciencia y me mandó a casa a "despejarme un rato"! —dio un golpe al suelo con la suela de su zapato y se giró hacia su amigo— Dime, Woo Bin, ¿Quién tiene la razón?

Woo Bin negó y se rió. Jan Di gruñó achicando los ojos.

—No me río porque me parezca graciosa la situación —le aclaró para defenderse de esa mirada acusadora—, es solo que... —una nueva risa— Mira, obviamente Ji Hoo no quiere perder el brazo, no podría seguir tocando música.... eso de que prefiere que le amputen el brazo no pudo haberlo dicho en serio.

—Joon Pyo dice que lo dijo en serio... —murmuró Jan Di desviando la mirada— Hey —dijo cambiando el tono de voz, impidiéndole a Woo Bin contestar— Pero mejor dime cómo estás tú, ¿Qué tal tu viaje a Alemania? ¿acabas de llegar, no? Deberías ir a descansar primero.

—No estoy cansado realmente aunque tantas horas de cambio me tienen por completo aturdido... —sonrió enseñando los dientes exagerando su gesto, agregándole un tono gracioso a su frase, pero luego volvió a su voz solemne—Todo en orden, dentro de lo que cabe. La situación con el Clan está muy calmada; han aceptado el cambio de líderes con bastante tranquilidad. De todas maneras han mantenido un perfil bajo por muchos años, la situación no cambiará radicalmente con ellos...

—¿Y tu padre...?—esto último lo preguntó con timidez— ¿aún está furioso?

—Claro que sigue furioso —se señaló el rostro, su mejilla estaba algo magullada por un golpe que ya estaba casi totalmente recuperado—. Me dio un buen puñetazo cuando le confesé que todo había sido un plan y que destruí a nuestro Clan a propósito... —bufó una risa— Pero también admitió que está orgulloso de mí y le gusta más ser el nuevo líder del Clan de Masaaki —se encogió de hombros—, así que... todo bien... jefa.

—Tratemos de no pensar en que yo soy tu jefa... —Jan Di agitó los cabellos como queriendo expulsar el pensamiento de su cabeza— Mientras menos sepa yo lo que ocurre, mucho mejor...

El libro de la Joya CoreanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora