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"Empezaba a entenderle y sabía que ella me entendía a mí con una simple mirada"

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"Empezaba a entenderle y sabía que ella me entendía a mí con una simple mirada"

Uriel

—Uriel, eso debes ponerlo arriba —dijo Erin cuando pasó a su lado para ver cómo estaba trabajando Uriel.

Habían pasado dos días y aún las cosas entre ellos seguían algo tensas, lejos de la tensión sexual que también sentían.

El joven observó los productos que estaba colocando en la estantería de arriba y luego observó a aquella joven que, incluso con aquella ropa de trabajo, estaba tan hermosa como la primera vez que la vio.

—¿No es más cómodo abajo?

Erin movió los hombros, sabiendo que él tenía razón, pero que esa no era opción de ellos poner los productos donde ellos deseaban.

—Lo es, pero si la jefa lo quiere ahí, hay que dejarlo ahí —aclaró.

Cuando se giró para colocar cosas de la estantería que había frente a ellos, Uriel aprovechó que la tienda aún no se había abierto y que su jefa había salido un momento.

—Hoy no me has dirigido la palabra en todo el día —dijo, haciendo que Erin dejara de colocar cosas para mirar a un punto fijo—. Sé que estás enfadada conmigo y que llevas días así, pero creo que, ya que somos compañeros de clase y de trabajo, deberíamos comunicarnos más —murmuró.

Y fue ahí cuando Erin lo miró al escuchar aquellas frases y se sintió realmente mal. Porque odiaba enfadarse y porque sabía que era muy infantil por su parte. Era lo suficientemente madura como para no ponerse así y menos por alguien cual su manera para defenderse era contestarla mal.

Negó con la cabeza al mirarlo a los ojos y dijo;

—No estoy enfadada contigo, Uriel —susurró porque, lejos de que fuese un disparate, era cierto que no estaba enfadada con él. Aunque no le gustase como la trataba en ciertos momentos.

Pero Uriel no la creyó.

—Si... Y las vacas vuelan.

Hubo un silencio. Erin no le gustaba entrar en discusiones con nadie, odiaba discutir y las veces que lo había hecho fueron con unas personas que le dictaban su día a día e, incluso, sobre su futuro.

Y esas veces que discutía, había tenido muy mala experiencia, por lo que prefirió no contestarle a Uriel por ese tema.

Pero Uriel tenía otros planes y sus ojos expresaban lo que realmente necesitaba hacer en ese momento, tragándose todo su orgullo y toda esa cobardía que tenía la gran mayoría de las veces.

—Por favor, hablemos —dijo desesperado.

Erin dejó todas las cosas de lado y se giró para mirarlo a los ojos. Se acercó peligrosamente a él, dejando nervioso a aquel hombre tan alto y fuerte que tenía Erin frente a ella. Y con delicadeza, con esa voz delicada y tierna que poseía Erin, habló;

Déjame amarte [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora