o n c e | p r e o c u p a c i ó n

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"Ni yo me entendía; un día le decía que la quería lejos de mi vida y el otro me preocupaba por ella

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"Ni yo me entendía; un día le decía que la quería lejos de mi vida y el otro me preocupaba por ella... ¿Qué me estaba pasando contigo, Erin?"

Uriel

Un joven no paraba de dar fuertes puñetazos al saco de boxeo en el gimnasio, mientras que su mal genio salía a la luz. Llevaba rato dejándose los puños en el saco, teniendo ya los nudillos rojos por los golpes, pero a él le daba igual.

Su mente no podía dejar de pensar en ella, en lo mal que lo había hecho y en lo mierda que se sentía cada vez que pensaba en ese beso. Por un lado se arrepentía por ello, porque él no debía tener una relación, no podía enamorarse de una mujer por su pasado, por aquella mala experiencia que tuvo, pero por el otro no dejaba de sentirse en una jodida nube cada vez que la recordaba.

Erin... Esa chica que le había quitado el sueño algunas noches y de la que no dejaba de pensar.

¿Quizás se sentía más que atraído por ella? ¿Quizás se estaba enamorando de ella?

"No, no puede ser" —se dijo a sí mismo, pero lo cierto es que estaba negando lo que sus sentimientos quería admitir.

Y lo peor no era eso, sino lo mierda que se sentía al tratarla como si aquello no hubiera pasado y demostrarle que eso era simplemente un error de ambos. Porque Uriel, por la mirada de ella, sabía que Erin no sentía que era un error. Y lo peor es que en el fondo él sentía lo mismo.

Negó con la cabeza y luego no dejó de mirar a su mochila una vez paró para poder pensar si la llamaba. Se había preocupado porque ese día ella ni siquiera había aparecido en clase y eso, en Erin, era extraño.

¿Se preocupaba demasiado por ella? ¿Por qué?

Negó con la cabeza y volvió a preocuparse más y más por esa chica y pensó en llamarla, aunque tuviese que tragarse su orgullo.

¿Por qué no había ido ese día a clase? ¿Le había pasado algo? ¿Estaba demasiado enfadada como para no verle? ¿O le había pasado algo y estaba enferma? Negó y negó mientras ignoraba aquellas ganas de llamarla y comenzó otra sesión de golpes con el saco de boxeo mientras echaba hacia fuera toda aquella tensión que tenía.

—¿Qué te pasa? —preguntó Will, apareciendo en la vista de aquel chico que ya estaba completamente sudado por el deporte. Uriel dejó de pegarle al saco y lo miró con cara de mala hostia—. Tienes cara de no haber follado bien.

—¿Tu solo piensas en el sexo o qué? —preguntó Uriel, quitándose la poca protección de sus manos y tirándolos en su mochila con rabia.

Will sonrió mientras, con los brazos cruzados, sonreía con chulería por ver a su amigo así.

—¿Algún problema por ello? Disfruto mucho y seguro que tú también si lo probases más a menudo —sugirió mientras se burlaba un poco de Uriel—. Quizás deberías llamar a Erin para que te levante alguna cosilla...—Entonces vio como los ojos de Uriel cambiaban a un color más oscuro y Will lo supo. Sonriendo dijo. —¡Oh, venga ya! Tienes esa cara por Erin —gritó casi eufórico—. Ahí ha habido tema.

Déjame amarte [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora