v e i n t i c u a t r o | r e a l

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"Ya estaba aquí

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"Ya estaba aquí. Ya no había vuelta atrás"

Erin

Después de un viaje de 15 horas, Erin y Klaus llegaron a la casa donde vivían los padres de ella. Debían pasar primero a ver a sus padres para luego hacer otro viaje, esta vez de 3 horas, para vivir con sus abuelos.

En todas esas horas no pudo dejar de pensar en Uriel, quien no había tenido noticias de él. Le había escrito un mensaje porque apenas tenía silencio y tiempo para poder llamarlo, pero en esas horas que le había escrito ni siquiera había recibido ninguna noticia de él.

Pensaba que quizás estaba enfadado con ella, que no deseaba saber más nada de la muchacha después de todo y la joven sintió que lo había abandonado y lo había dejado en el peor momento. Pero, ¿qué podía hacer ella? No podía hacer nada y eso debía entenderlo Uriel, y es que él lo entendía.

Klaus, que estaba en el coche que había alquilado, miró a la muchacha mientras se acercaba a la valla de la gran casa de los padres de Erin. Recordando viejos tiempos no muy buenos para la joven que estaba a su lado, mirando pensativa hacia la ventana.

Tesla, mientras, no dejaba de ladrar hacia la casa con mal genio.

—Ya sabes cómo debes comportarte con tus padres, Erin. Sé que no quieres ni verlos, pero son tus padres, al fin y al cabo —dijo, antes de apretar el botón para llamar a la puerta.

Klaus, aunque le dijera esas cosas a Erin, en el fondo sabía que los padres de ella eran unos cabrones, pero no por eso debía ella comportarse como ellos, bajándose a su mismo nivel. Erin era toda una mujer y sabía comportarse.

Erin lo miró;

—Lo sé... Pero como vuelvan a hablarme como aquella vez que viajaron al pueblo que estuvimos viviendo durante años... —aseguró, recordando aquella noche en la que conoció a la madre de Uriel y el cual minutos antes se había ido de una cena con sus padres por lo mal que la estaban tratando. —No te prometo nada, Klaus.

Él asintió, regalándole una sonrisa a la muchacha y luego observando como uno de los guardas se acercaba al coche.

Y, sin ni siquiera saludar a los integrantes del coche, esperó a que Klaus bajase la ventanilla y mirase a Erin con seriedad.

—Buenos días. Soy Nikolaus Adler Müller, vengo con la señorita Erin Kissinger —dijo Klaus mientras esperaba con paciencia a que el guarda le dijese algo.

—Documentación —contestó él con una voz muy poco agradable.

Klaus apretó la mandíbula al ver lo mal educado que era, y Erin luego le dio su documentación junto con la de Klaus. Él se los entregó y luego el guarda comenzó a mirar detenidamente a Erin, hasta que dejó que pasaran después de entregarles los documentos.

Déjame amarte [+18] ✔️ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora