"Ojalá no recordara las cosas malas que llegué a vivir... Ojalá no tuviera que vivir con ellas"
Uriel
Una semana después del incidente, ambos jóvenes hablaban, pero fugazmente. Era como si Uriel todavía no se sintiera cómodo después del beso en el callejón con Erin, pero se sentía así porque necesitaba contárselo a ella.
Era un sentimiento que cada día iba a más, como si su pecho se inflara cada vez que la veía, como su nerviosismo aparecía y ese recuerdo volvía una y otra vez.
Ese era el sentimiento de la necesidad de sacarlo, de sacar aquel mal recuerdo y Erin le trasmitía paz. Mucha paz.
Ese día Uriel hablaba con Maya, la joven rubia que iba a clase de su amigo Will. Necesitaba saber si era ella, pero no se atrevía a preguntarle directamente. Por ello comenzaba a intimar con ella, formando una pequeña amistad hasta poder preguntarle un día.
Lo que esa cercanía hizo que Erin, la joven que se acercaba caminando con 2 compañeras, observaba de lejos la situación, viendo diferente a ese Uriel frío y serio el cual le costó conseguir que se abriera un poco.
Erin sintió algo de celos al verlos y eso no le gustó, no le gustó sentirlo.
—Buenos días —dijo Uriel al entrar a la clase y chocarse suavemente con Erin.
Estaba algo contento ese día ese muchacho y se le notaba en la mirada.
—Hola... Veo que te llevas muy bien con Maya —contestó ella, no tan contenta como él.
La joven dejó su mochila sobre la mesa y se sentó, haciendo que Uriel se sentase a su lado sin quitarle la vista de encima y jurando que le gustaba los morritos que ella estaba poniendo.
—¿Celosa? —La voz divertida de Uriel hizo cabrear aún más a Erin.
—¿Yo? Jamás he estado celosa por nadie —contestó y no lo miró mientras que utilizaba su mochila para evitar mirarlo.
—Quizás las cosas cambien... Siempre hay una primera vez para todo; hasta para mí —contestó él, refiriéndose a Erin.
Ella le sonrió, pero no con naturalidad, sino forzadamente. Amaba sonreír, era su medio de terapia, pero sabía que empezaba a sentir cosas por Uriel para el poco tiempo que le quedaba vivir ahí. Todo cambiaría bruscamente en pocos meses, su vida sería distinta y su futuro estaba predestinado a lo que los padres de ella la obligarían hacer.
Negó la cabeza, intentando dejar de pensar en todas esas cosas y vivir el presente. Entonces, fue ahí cuando vio a Uriel restregándose el ojo, como si algo le molestase.
—¿Estás bien? ¿Qué te ocurre en el ojo? —preguntó ella.
A lo que él le respondió;
—Nada. Boberías.
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Déjame amarte [+18] ✔️ (COMPLETA)
Romance🏆Historia finalista de los premios Wattys 2021🏆 Uriel, un hombre reservado y con problemas tanto familiares como económicos, empieza su primer año de carrera universitaria a pesar de esa complicada situación en la que vive. Se encerrará en su mund...