15. Nadie sufre con tanta belleza.

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¡Hola! Bueno, sin muchos rodeos. A lo que voy. No soy de poner estas notas ni mucho menos, desde que comencé a escribir esta historia creo que toda la construcción ha dado pie para entender que esta hecha en un entorno vil e inadecuado, así que, para mí, no es sorpresa que muchas personas se hayan sentido perturbadas.

Sin embargo, me veo en la obligación de hacer este disclaimer. Este capítulo tiene escenas fuertes. A mí me costó días escribirlo e incluso me siento afectada, pero las historias tienen vida propia para mí y yo no puedo parar su curso.

Por último, es importante tener en cuenta que esta narración fue escrita desde el punto de vista de una persona con altos problemas psicológicos. Yo como persona no apoyo ni promuevo la violencia, las relaciones destructivas ni el abuso físico o mental.

Lamento el discurso, pero lo siento necesario. Gracias.




Eddie.

Las manos me picaban y por primera vez, estaba seguro de que algo en mi pecho se había resquebrajado como si alguna vez hubiese habido algo completo allí adentro.

Igor estaba parado junto al imbécil de Victor. Él tenía sus manos en su cuerpo, e Igor estaba tan tranquilo, cada escalera que bajaba me clarificaba la imagen, y al llegar abajo, Maurice me susurró algo al oído que jamás alcance a descifrar. Tampoco sé si realmente habló o yo me lo imaginé, solo sé que una ira extraña ardió dentro de mí.

—No, dulzura, no puedo ayudarte —murmuró el ruso, con una sonrisa afilada mientras me observaba por detrás de Igor. Este tipo siempre me había cabreado, me sacaba de quicio y ahora me había dado la excusa perfecta para acabar con él.

Pero Igor...Igor había estado recostado conmigo, yo le había pedido que me besara y él había respondido y hasta ahora me daba cuenta de que era un jodido farsante, de que estaba sordo, que no le importaba en lo más absoluto. Al principio, sus retos se habían vuelto agradables, la mirada dura acompañada de unos rasgos tan delicados. Había sido excitante sujetarlo mientras me decía que no le importaba que lo matará.

Pero ahora, era momento de extinguir esa llama. Yo tenía que recordarle quién tenía el control, quién se movía y quién obedecía.

Me sentí estúpido, enojado.

¿Cómo se atrevían a retarme ambos de esta manera?

Luego, Igor volteo a mirarme y se puso pálido. Muy bien, ahí estaba el miedo que siempre me había tenido, volvíamos a recordar que él siempre será mi presa y que soy muy buen cazador. Pero cuando le miré a los ojos, todo lo que desee fue romperle el cuello, y al mismo tiempo me moría por enterrar mi cara en él y cubrirle la piel de besos.

Estaba loco y lo sabía. Si había llegado descompuesto a este jodido infierno, Igor había terminado de perder todas mis piezas, pero ahora, yo lo obligaría a hacerse cargo.

Y de Victor...No tenía una sola puñetera idea de lo que le esperaba.

No sé como mantuve las manos quietas, los pies, la boca. Todo mi cuerpo ardía por romper estas paredes con la cabeza de Victor, quitar esa estúpida sonrisa, borrar del cuerpo de Igor el tacto de sus manos, aunque tuviera que limarle la piel hasta tenerla en carne viva...Quería, quería lastimarlos a ambos con una intensidad abrumadora.

Killing EddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora