— Así que, ¿ahora te sientes interesado por la gimnasia rítmica? — comenzó a atar sus cordones, sin perder la concentración, en la conversación que estaban llevando a cabo — Debo admitir, que antes de conocer a Akaashi, no me había llamado la atención, esa clase de disciplina
— Quizás, suena interesante — el sonido del velcro abriéndose, resonaba en el lugar, durante los segundos en silencio, los cuales duraron el colocarse una canillera —. Recuerdo que en la preparatoria, los equipos de animadoras hacían algunas piruetas. ¿Debe ser cómo lo mismo?
— No lo sé — se encogió de hombros, antes de preocuparse por su otra zapatilla —. Yo igual participé en esas actividades, y si bien, ingresaba dando una rueda, no recuerdo haber hecho algunos de esos saltos increíbles
— Bokuto — terminó de ajustar su otra canillera. Sus calcetas se mantenían arrugadas, sobre los tobillos, esperando ser estiradas sobre el duro plástico de sus canillas —, ¿tú vas en serio con ese chico? — el contrario dejó de tirar sus cordones, sentándose un poco recto, manteniendo toda su atención al locutor — Quiero decir, no es algo malo, todo lo contrario — se apresuró en corregir, al ver la ceja alzada de su compañero —. Solo que me sorprende, como haz ido adquiriendo interés por él, de repente. Recuerdo, que habías dicho, que te gustaban sus ojos
— Sí, sus ojos son preciosos — soltó un pequeño suspiro, cargando su espalda en la pared —, pero va más allá. Cuando lo vi ese día, fue muy de pasada, y el color de sus ojos fue lo que se quedó grabado en mi retina, en ese momento — procedió a agacharse, tomando las canilleras, acomodándolas sobre la parte baja de sus piernas —. Sin embargo, las veces que trataba de acercarme al gimnasio, era porque realmente quería conocerlo, se veía buena persona. Al momento que Akaashi me mostró una pequeña apertura, la tomé de inmediato, y comencé a conocerlo de a poco
— Entonces, pasaste de algo superficial, a querer conocerlo de verdad — imitó la acción del contrario, tomando el borde de sus calcetas, estirándolas hasta tope sobre su pierna —. Básicamente, te estás lanzando a un pozo, donde puedes terminar fijándote en él de otra forma, que no sea amistosa, sin saber como te recibirá el fondo de ese lugar
— Algo así — continuó en su labor, ajustando la tela sobre sus canilleras, notando como el pelinegro se incorporaba en la banca —. No puedo decir de forma precisa que él me guste, pero tampoco puedo negar que no sienta un interés de ese estilo — subió su pierna izquierda flectada de lado, posicionándola encima de la banca, y su pie, abajo de su otra pierna. Cargó su codo derecho sobre la rodilla, inclinándose de lado, mientras sujetaba su cabeza ladina sobre la palma de su mano, mirando atento al chico frente suyo —. Y sobre lo del pozo, es un riesgo que estoy dispuesto a tomar, aunque caiga en caída libre, de eso se trata el involucrarse con una persona nueva, a quien la tienes vista como un interés amoroso. Nunca sabrás que ocurrirá, si no lo intentas
— Supongo, que tienes razón — afirmó la cabeza contra la pared, mirando el techo, perdiéndose en la pequeña hélice girando, realizando el intercambio gaseoso —. Espero que te resulte con Akaashi
— Gracias Tobio — sacudió el cabello azabache —. En algún momento, te tocará a ti también
— Nah — alargó la a, moviendo su mano, restando importancia —, esas cosas no me suceden
— ¡Buenos días gente linda! — alzó la voz, abriendo la puerta hasta atrás, con una mano, golpeándola con el pequeño tope ubicado en el suelo — Ustedes dos, siempre son los que llegan más temprano
— Buenos días, bro — chocó puños con el chico —. Me gusta llegar antes, así observo un poco de la práctica de Akaashi junto a Hinata
— ¿Eeh? — soltó asombrado y alegre, sentándose al lado de Kageyama, quien hizo un movimiento con la cabeza, en señal de saludo. Su bolso lo dejó tirado a un lado, en el suelo — Que bueno saber eso, y que no te han puesto una orden de alejamiento aún — soltó una risotada, al sentir como una toalla caía sobre su cabeza, por parte de su mejor amigo —. Recuerdo haber visto alguna vez a Chibi-chan entrenando, me impresionaba los saltos que daba — estiró sus piernas, junto a sus brazos, como si fuese una estrella de mar, alargando sus extremidades a lo máximo posible, soltando un pequeño bostezo —. A veces, extraño esa época
ESTÁS LEYENDO
El lazo del destino 🧡 [KageHina] 💙
Ngẫu nhiên~ Shōyō Hinata se ha dedicado a la gimnasia rítmica desde niño, por eso viaja a una academia ubicada en Tokio persiguiendo sus sueños, ser el mejor del país. Sin embargo, no pensó que tendría de vecino a un arrogante futbolista. Como si los problema...