La historia se basa en el momento en el que la protagonista (Tú) ingresa por medio de una beca a la academia de la Verdadera cruz para ser exorcista...
En el proceso te das cuenta de que el curioso director se siente atraído por ti, que tu vida camb...
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Abriste los ojos, eran aproximadamente las siete de la mañana, no te preocupaste por la hora, ya que ya no vas a la preparatoria, tu única preocupación en este momento eran las clases de exorcista.
Al despertar encuentras un mensaje de Samael en tu teléfono:
"Buenos días querida (t/n), hoy hay un magnífico día por disfrutar, me preguntaba si estarías disponible a pasar el desayuno conmigo. Si tu respuesta es si, te espero en mi oficina a las 7:20.
Saludos, Mephisto"
En cuanto acabaste de leer el mensaje te asustaste, viste la hora en que lo había mandado y fue hace una hora, te levantaste como una bala y te diste un a ducha rápida para luego ponerte el uniforme y salir corriendo, si corrías a toda velocidad lograrías abandonar la gran residencia estudiantil y llegar a tiempo a su oficina.
En el camino pensaste "¿Por qué me importa tanto esto?", pero recordaste también las advertencias de la gente, y de los sacerdotes que te indujeron al camino del exorcismo "ten cuidado con el Señor Pheles", una manera de tener cuidado era no negándote a sus peticiones ¿no es así?
A pesar de que trataras de justificarte, en tu interior deseabas volver a estar cerca del joven director.
Llegaste con apenas un minuto de antelación.
Soltaste un fuerte suspiro y antes de siquiera poder tocar la puerta se abrió mágicamente, dejando ver a un comedor lleno de comida, había huevos en bandejas, además de algunos tipos de carne, vegetales y jugos de fruta, de todo para escoger.
Todo eso frente a su gran escritorio, de hecho los sillones servían como sillas para esta mesa.
Antes de poder decir una palabra te percataste de que Samael se encontraba sentado y estaba acomodando una elegante servilleta de tela en su traje de bufón, para no mancharse. El de inmediato te dijo:
-¡Buenos días señorita (t/n)! Me deleita con su presencia esta mañana ¿gusta tomar asiento? *dijo mientras se levantaba a recorrer la silla*
Tu un poco apenada accediste y te sentaste con timidez, pero tratando de ser lo más educada posible.
De la nada apreció una servilleta rosa en su mano y te la ofreció, aceptaste por supuesto y al igual que él te la pusiste para no mancharte.
-Imagino que debes estar hambrienta, así que no pretendo entretenerte con palabras ¡Buen provecho! *dijo Mephisto con un gesto de elegancia como siempre*
-No me molestan sus ilustres palabras de igual forma, caballero *dijiste viéndolo con una sonrisa* las dice usted con tal distinción que son un deleite para los oídos *dijiste tratando de no reírte*
-Me alegra que además de ser una señorita inteligente, seas elocuente al hablar *dijo mientras hacía aparecer un plato frente a ti*
-Por supuesto *dijiste todavía con tu sonrisa triunfal* y cuéntame ¿sueles tener un desayuno así de completo todas las mañanas? *mencionaste mientras tomabas una manzana*