CAPÍTULO 18

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—JIN—

—Lo he estado pensando y creo que hay algo malo con tu perro —dijo Mark. Él estaba sentado en un taburete de la barra de la cocina, pintándose sus uñas, una manía que tenía este chico. Panqueques inmediatamente tomó de vuelta su lugar en el sofá al segundo que Mark se había levantado, acostándose sobre su espalda con sus patas abiertas y su lengua colgando del lado de su hocico.

—Es un coyote —lo corregí.

Él arrugó su nariz.

— Bueno, eso sería lo que está mal con tu perro entonces. ¿Sabes qué tipos de enfermedades cargan los perros? Ni que decir de los coyotes. Una vez escuché que algunos perros pueden llevar ETS* en sus lenguas y con un pequeño lengüetazo en la boca... —Mark hizo un gesto de explosión con su mano que acababa de pintar—. Boom. Herpes.

Yo estaba sólo poniendo media atención, mi mente y mi cuerpo todavía zumbando por mi noche, y mi mañana, con R.M.

— No creo que eso sea verdad.

—No lo sé, tal vez eran los periquitos. ¿No crees que esa cosa puede ser agresiva? Sabes que un coyote no es la misma cosa que un perro.

—Mark, te he escuchado decir la misma cosa cada día por seis meses — señalé a Panqueques quien rápidamente se quedó dormido al revés, aunque ahora él estaba casi fuera del sofá, moviéndose más y más hacia el piso con cada pequeño ronquido—. ¿Eso luce agresivo para ti?

—¿Y yo? —preguntó Mark, soplando en sus uñas y dándome su blanca sonrisa de celebridad.

—Buen punto.

—¿Puedo preguntarte algo? —preguntó Mark, levantándose y vagando por la sala mientras examinaba las fotografías en la pared como si no las hubiera estado viendo cada día por meses—. Bueno, tú me drogaste, así que técnicamente me debes una respuesta.

—Prefiero pensar en ello como darte un muy necesitado descanso — batallaba con la tapa de un frasco de mantequilla de maní y estaba a punto de usar mi viejo truco de 'golpéalo contra el mostrador hasta que esté sometido' cuando Mark se acercó y me lo quitó de la mano.

—Oye, yo—comencé, pero me detuve abruptamente cuando Mark la giró en un solo intento sin poner ningún esfuerzo en ello, mientras que por el otro lado, estaba al borde de brotar un vaso sanguíneo de mi ojo cuando yo lo había intentado.

Él me entregó el frasco y continuó su ronda.

— Tú y R.M... Tú... él fue... —él suspiró y no sabía si él estaba avergonzado de preguntarme o si él no encontraba las palabras para preguntar.

—¿Es una pregunta sobre sexo? —pregunté, casual, tratando de hacerlo menos incómodo para él.

—Sí —el contestó, levantando una foto de la mesita de noche de mí y mi papá cuando yo todavía estaba en pañales. Él me sostenía en brazos y yo estaba estirándome por una naranja del árbol. Él la bajó de nuevo.

—¿Qué quieres saber? —pregunté. Panqueques se cayó al piso y se despertó por el sobresalto. Él miró alrededor como si estuviera buscando por lo que sea que lo haya empujado del sofá. En segundos él estaba de vuelta arriba y dormido.

—¿Él fue tu primera vez? —preguntó Mark aclarándose la garganta.

—Sí, lo fue —dije, lamiendo el maní restante del cuchillo y arrojándolo al lavaplatos. Le entregué a Mark su emparedado de maní y mermelada y me senté junto a Panqueques cuyas patas estaban moviéndose como si él estuviera persiguiendo algo en su sueño.

04. SIN ALMA ||NAMJIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora