—JIN—
Apenas estamos desvestidos, simplemente movimos la ropa de las partes importantes. R.M empujó mis shorts y mis boxer hacia abajo, desabroché su cinturón y su bragueta sin bajar sus pantalones. Él se sentó en su moto y me jaló sobre él, follándome como si él estuviera solidificando todo lo que me acababa de decir.
—Espera, ¿qué es esto? —pregunté sin respiración, corriendo mis dedos sobre el nuevo tatuaje justo arriba de su oreja.
—¿Eso? Eso es sólo el nombre de mi chico —dijo R.M moliéndome arriba de su regazo, provocando que gritara. Se puso de pie y me llevó con él, sólo cortando nuestra conexión lo suficiente para voltearme—. Manos en el asiento —él ordenó, estampándose en mí.
Quiero su por siempre.
Él era mío.
Él nunca iba dejarme ir.
Él me amaba.
—Mira —él gimió en mi oreja, jalando de mi cabello así no tenía opción más que mirar la casa que odiaba quemarse hasta las cenizas mientras R.M me follaba de espaldas. Para el momento que el techo colapsó, me estaba viniendo, gritando el nombre de R.M en un grito gutural hasta que él me siguió, prácticamente rugiendo mientras bombeaba su liberación muy dentro de mí.
Hicimos nuestro camino de regreso a GwangWon, dejando atrás la destrucción de mi infancia en una pluma de humo y cenizas.
Nunca me había sentido más libre.
Más vivo.
R.M encendió la intensidad del viaje, entrando y saliendo del tráfico a velocidades que llamaban nuestro arresto, no multas. Me encontré a mi mismo amando cada segundo de libertad, de la retumbante máquina debajo de nosotros y del motorista entre mis muslos.
—¿Te gusta eso, pequeño? —R.M llamó, volviendo su cabeza ligeramente.
—¡Infiernos, sí! —grité, sosteniéndolo más fuerte. Levanté mi cabeza y respiré hondo.
La primera respiración profunda que había dado en lo que pareció una eternidad.
Tal vez la primera en mi vida.
No nos dieron un por siempre. Nos dieron simplemente una infinita cantidad de tiempo en esta tierra. Depende de nosotros decidir cómo vamos a pasar ese tiempo y con quién pasarlo.
Decidí en la parte trasera de la moto de R.M que mi tiempo sería gastado teniendo más momentos como este.
Más momentos con R.M, sintiendo como el mundo está a nuestra merced en lugar de otra manera.
R.M tenía razón. El hogar no era un lugar. No era CheonghoDong y no era GwangWon. El hogar era donde te sientes más como tú mismo. El hogar es la cosa que te hace más feliz durante esta corta vida.
La persona que te hace más feliz.
Nunca había sabido lo que un verdadero hogar era y ahora que lo había descubierto, nunca iba a dejarlo ir.
El hogar para mí sería siempre y por siempre R.M.
Comenzamos como una promesa rota, una que nunca se pretendió cumplir.
Terminamos en una promesa de por siempre.
Fin.
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04. SIN ALMA ||NAMJIN||
रोमांसR.M ya no será el chico bueno. Jin ya no tendrá miedo. Ambos lucharan por lo que quieren. Ellos quieren estar juntos. ADAPTACIÓN