CAPÍTULO 31

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—JIN—

PLOC. PLOC. PLOC.

El sonido de una tubería goteando hizo eco en mis oídos, arrastrándome lentamente de vuelta a la realidad.

Esposas pellizcan mis muñecas. Mis brazos forzados por encima de mi cabeza mientras cuelgo de un tubo que corre a través del techo. Cuando ya no pude sostenerme más, mis músculos se rindieron con un 'pop' conforme mis extremidades dolorosamente se dislocaron. Mi barbilla cayó en mi pecho. Cinta cubría mi boca, envuelta alrededor de mi cabeza, jalando mi cabello cada vez que giraba mi cabeza. Con una fosa nasal tapada me sentí mareado, apenas capaz de conseguir el oxígeno suficiente a través de la otra.

Mi visión borrosa mientras trato de enfocar mis alrededores. Gris. Concreto. Un techo abierto con tuberías y cables. Nada en las paredes. Una jaula de metal en la esquina. En el centro de la pequeña habitación había una lona azul. Junto a la lona había una caja de herramientas roja con un taladro eléctrico amarillo encima. Estaba todo tan limpio.

Esterilizado.

Tiré de las esposas encima de mi cabeza con una recién descubierta fuerza que no tenía segundos antes. Mis piernas se agitaban alrededor inútilmente en el aire mientras luchaba contra mis restricciones.

La puerta se abrió y SungJae entró en la habitación. Cuando lo conocí la primera vez en el parque él nos protegió a R.M y a mí. Incluso aunque había pensado que él era lindo en una forma de 'mejor amigo de mejillas regordetas'. Sin embargo, ese SungJae no era el que entró a la habitación. Este SungJae me miró mientras yo colgaba del techo, como si fuera un filete y él fuera un león hambriento que no había comido en meses.

—Realmente deseo que pudiera ser yo quien tenga toda la diversión contigo hoy, pero verás, pequeño, tengo que seguir jugando el papel de soldado fiel, así que desafortunadamente para mí, tuve que llamar a un sustituto —él se paró frente a mí y me preparé para lo que sea que él estuviera a punto de hacer, mi corazón martilleando en mi pecho.

La cinta siendo arrancada fue doloroso, pero pasó rápidamente y fui finalmente capaz de tomar respiraciones profundas. Tragando aire como si me hubiera estado ahogando.

— ¿Por qué hacer todo esto? —pregunté, finalmente siendo capaz de recuperar el aliento—. ¿Yo, R.M, el MC? ¿Por qué?

—Yo no pregunto por qué. Hago lo que me dicen. Preguntar por qué no es mi trabajo.

—Entonces, ¿cuál es tu trabajo? ¿Quién te contrató?

SungJae cubrió mi boca con su mano y presionó su frente con la mía. Mi estómago se revolvió.

— Eso no importa. Todo lo que importa ahora es lo que está a punto de pasarte. ¿Mi consejo? Entrégate al dolor. Disfrútalo. El cuerpo humano es una máquina fascinante y aunque no lo haga yo mismo, veré el video más tarde y estoy seguro que ver esa máquina deshacerse va a ser nada menos que espectacular —soltó mi boca y puso la cinta de vuelta en su lugar—. Aunque estoy seguro de que a R.M no le va a encantar tanto como a mí. Él no aprecia la belleza en ello, como yo.

Él sacó su gorda lengua y lamió mi cara desde mi mandíbula hasta mi ojo, y mi estómago se revolvió de nuevo y está vez noté la bilis subiendo por mi garganta.

SungJae dio un paso atrás y tomó un último vistazo lujurioso de mí.

— Vaya lástima, pequeño —antes de dejar la habitación, él ajustó la cámara que no había notado junto a la puerta. Una luz roja se encendió—. Tal vez, me quede. Sólo por la primera parte —dijo él, abriendo la puerta—. Estamos listos —él llamó y un hombre rubio apareció en la habitación, cerrando la puerta detrás de él. No tenía camiseta, era musculoso, tatuajes en blanco y negro cubrían sus brazos y todo su pecho.

04. SIN ALMA ||NAMJIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora