XV

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Jungkook bostezó de nuevo. Desde luego, le tenían explotado. Se había intentado poner un poco más presentable ese día, poniéndose una camisa y unos vaqueros, y ropa interior limpia, pero su pelo seguía un poco revuelto. Eso era, en parte, porque no podía parar de tocarlo. Entornó los ojos al ver una figura familiar acercarse por el pasillo. Ahí llegaba la mosca cojonera. Tae le puso contra la pared, sonriendo.

–Pero mira a quien tenemos aquí...

–¿No tienes ninguna prostituta a la que le debas dinero? –suspiró Jungkook. Tae rió.

–¿Por qué tienes que ser tan arisco? Yo venía a jugar un poquito... –En esa situación, cualquier otro omega se habría pegado a la pared lo máximo posible, aturdido por las feromonas de Taehyung. Más aún teniendo en cuenta que Jungkook llegaba un poco tarde para tomarse sus surpresores. Pero este no parecía para nada intimidado por Tae.

–Me ha llamado Namjoon. ¿No puedes, no sé, ir a follarte a alguna beta que pilles?

–Vamos, no me compares un culito beta con ese coñito de omega que tienes por ahí detrás... –Jungkook suspiró. Levantó su rodilla rápidamente, hundiéndola en la entrepierna de Tae. Este se dobló de dolor, alejándose un poco.

–Ay, perdón, creo que te he pegado un rodillazo en el cerebro. Tal vez deberías dejar de pensar con la polla – dijo, sarcásticamente, retomando su camino. Tae le agarró del pelo, arrastrándole de nuevo a la pared.

–Tú, pequeña pu... –Se encontró con la navaja de Jungkook a milímetros de su ojo.

–Adelante. Acaba la frase. Llamáme puta. Intentálo –siseó Jungkook. Tae suspiró, fingiendo indiferencia.

–Lo que sea. Tampoco me apetece meter la polla en un coñito tan desagradable.
Jungkook retomó su camino, deseando escapar de aquella molestia.

–¡Si alguna vez te fallan los surpresores y te apetece dar un revolcón con un alfa, sabes dónde estoy! –le gritó Tae. Jungkook puso los ojos en blanco.

–Dios mio, que habré hecho yo para merecer esto –se quejó, suspirando. Ignoró a Tae y continuó, camino al despacho de Yoongi. Este estaba en la puerta, fumando un cigarrillo.

–¿Podemos denunciar al cansino de acoso sexual en el ambiente laboral? –preguntó Jungkook, suspirando. Yoongi rió.

–Si puediesemos, ya le habrían caído unas cuantas denuncias. ¿Quieres que mis chicos y yo le llamemos la atención?

–No, entonces se montaría la de Dios. Me conformo fastidiando alguno de sus dispositivos de vez en cuando –contestó Jungkook –Todo el mundo a mi alrededor piensa con la polla.

–¿Existe otra cosa con la que pensar? –bromeó Yoongi, casi acabando su pitillo.

–Menos la putita de Namjoon. Ese seguro que piensa con el coño.


Jimin se agarró con fuerza a las sábanas. Gimió levemente. Namjoon también soltó un pequeño gemido.

–Estás tan mojado... –suspiró, hundiendo la cabeza en su cuello. Una mano de Jimin se enredó en su pelo, guiando su cabeza a los puntos que más le gustaban. Namjoon mordió, y Jimin soltó otro gemido. Estaba empezando a golpear su punto G. Jimin casi no podía manterse consciente. Estaba empezando a ver puntos. Namjoon aceleró el ritmo. Ya no podía más.


–Namjoon está llegando más tarde que de costumbre, ¿no? –comentó Jungkook, mirando la hora en su móvil. Yoongi tiró su cigarrillo al suelo y lo aplastó con el pie, sin contestar a Jungkook –. Lleva ya un par de semanas llegando tarde... ¿Tú sabes algo?

This is mafia, sweetheart [Jimin x Namjoon] (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora