Jimin no sabía que iba a ser de él. Intentó dormirse. Era cierto que no sabía absolutamente nada sobre Bangchan. No tenía ni idea de que tenía asuntos con la mafia. Suspiró, entrecerrando los ojos. Necesitaba dormir. Cayó en un sueño profundo rápidamente. Soñó que Bangchan daba un paseo con él, y le llevaba de cabeza a la guarida de Namjoon. En cuanto se dio cuenta, Bangchan había desaparecido, y él se encontraba sobre la palma de la mano de Namjoon. Namjoon empezó a cerrar la mano, lentamente. Jimin no podía moverse, viendo como los dedos estaban a punto de aplastarle. Y, justo antes de morir sofocado en su sueño, se despertó de golpe. Tenía mucho frío. Delante de él estaba Namjoon, junto a BM, que tenía una mangera de agua a presión. Namjoon miró a Jimin unos segundos, y se volvió a BM.
–Dale otro –le ordenó. Otro chorro de agua fría empapó a Jimin, impactando contra su cuerpo con fuerza. Jimin pataleó. El chorro paró de nuevo. Jimin reparó en el chico bajito y el joven de la otra vez, al fondo de la habitación, en silencio.
–Jimin, habíamos quedado en que nos íbamos a llevar bien. ¿Por qué no me dices dónde está Bangchan? –preguntó tranquilamente Namjoon. Esta vez también iba trajeado y de negro, como siempre.
–No sé dónde está Bangchan –repitió Jimin.
–Dale otro –ordenó Namjoon a BM. Otro chorro golpeó el cuerpo de Jimin –. ¿Estás mejor ahora? Estás más limpito, refrescado... ¿No te acuerdas ahora de dónde puede estar Bangchan? Christopher Bang. ¿Dónde está?
–No lo sé.
–Otro. –El agua volvió a arremeter contra Jimin. Namjoon se acuclilló a su lado –. Dónde. Puede. Estar. Bangchan.
–¡No lo sé! –gritó Jimin, esperando recibir otro chorro. Namjoon le agarró la barbilla, forzándole a mirarle. Mantuvo el contacto visual unos intantes. Estaba empezando a oler mucho a alfa. Namjoon se acercó más, mirándole a los ojos. Un poco cerca de más. Jimin empezó a sentirse mareado. Pensaba que era por los manguerazos que le habían metido, pero vio a Namjoon husmear el aire y se dio cuenta. No. No podía estar pasando. Pero estaba pasando. Yoongi, al fondo de la habitación, también le echó una olida al aire. Y BM también.
–¿Oléis eso? –preguntó Namjoon. Yoongi asintió.
–Apesta a feromonas. –Se giró a Jungkook, que negó con la cabeza. Entonces Namjoon miró a Jimin de nuevo. Pegándose mucho, olió su cuello.
–Eres tú. Eres un omega –dijo. Jimin tragó saliva. Los efectos del celo estaban empezando a hacerle sentir ligero. Sabía que estaba goteando por ahí detrás. Necesitaba sus supresores. Y rápido. Además, tener un alfa tan cerca le hacía tener pensamientos inadecuados.
–Tenemos un omega en celo. Genial. Genial. De puta madre –gruñó Namjoon, poniéndose de pie –. ¡De putísima madre! –Enfadado, parecía a punto de pegar a algo (o a alguien). Se giró a sus chicos.
–Fuera –ordenó. BM y el joven del fondo hicieron amago de moverse, y Yoongi rió.
–¿Te lo vas a follar? –dijo, con sorna.
–Yoongi –empezó Namjoon, despacio –, ¿eres sordo, acaso? ¿Tiene mala acúsitica este sitio? ¿Se te dan mal los adverbios? –Yoongi había perdido su sonrisa, y ahora miraba al suelo –. He dicho que fuera. Fus. Vete de mi vista. Ahora.
Sin una sola palabra más, los tres chicos salieron de la habitación. La bombilla temblaba, colgando del techo sin ganas. Namjoon suspiró y miró a Jimin. Ahora que estaba enfadado, daba muchísimo más miedo.
–Jimin, Jimin... ¿por qué dijiste que eras un beta?
–Yo... Es que... –intentó empezar Jimin. "Porque todos sois alfas y no quiero que me violeis", pensó. ¿Cómo podía decir eso sin sugerir la idea? Ah, estando en celo, su cuerpo estaba buscando el alfa más cercano para aparearse, para que le follara, para que le marcara, que le dejara embarazado. Y, justo en frente de él, estaba el alfa más alfa del universo, apestando a alfa por los cuatro costados y con aspecto de alfa y olor a alfa y alfa alfa alfa Jimin quería un alfa dentro de él. Su calor corporal estaba empezando a subir, de vez en cuando le daba un espasmo, y podía notar como estaba mojando su ropa interior. No apartó la mirada de Namjoon (un alfa, un alfa que podía aparearse con él y embarazarle) ni un segundo. Este seguía bastante enfadado por verse de repente con un omega en celo en su guarida, pero las feromonas estaban empezando a hacer efecto en él también. Su respiración empezó a hacerse más pesada. Namjoon se acuclilló a su lado.
–Deja de mirarme así, joder –le ordenó. Estaba demasiado acostumbrado a madar. Jimin no supo como cumplir esa orden. Namjoon se acercó más a él hundiendo su cabeza en su cuello. Jimin se estremeció. Notó a Namjoon oliéndole, llenándose los pulmones de feromonas, jadeando. Lentamente, pasó la lengua por la superficie de su clavícula. Jimin volvió a estremecerse, al mismo tiempo que un espasmo le recorria. Namjoon clavó sus dientes, y Jimin notó como sus manos se acercaban a las suyas, desatando las cuerdas que ataban sus muñecas a la columna. Sin ningún cuidado, prácticamente desgarró la camisa del torso de Jimin. Ni siquiera paró a observar su abdomen ni un segundo, desabrochando rápidamente los pantalones de Jimin. Este, ahora desatado, no pudo resistirse de ninguna manera. Sus pantalones y ropa interior fueron arrancados de su cuerpo sin que él pudiera hacer nada. Namjoon procedió a desabrochar sus propios pantalones. Jimin intentó, de alguna manera, alejarse de él, pero él le sujetó con una sola mano. Pareció sorprendido ante el contacto directo con su piel.
–Estás ardiendo –comentó, sin mucho entusiasmo, levantando sus caderas y acercándolas a su erección. Jimin intentó escapar de nuevo, empujándose contra el suelo con los brazos. Namjoon, sin vacilar ni un segundo, sujetó sus muñecas mientras le penetraba.
–¿A dónde crees que vas? –preguntó retóricamente. Jimin soltó un gemido agónico. Namjoon era mucho más grande de lo que había esperado. ¿Eran así de grandes todos los alfas? Sentía que se iba a desgarrar.
–Estás mucho más caliente por dentro... Agh, tan apretado –suspiró Namjoon, moviéndo su cadera y aplastando más a Jimin contra el suelo. Parecía intentar dejarle claro que no tenía ninguna posibilidad de escapar. Su pene le embestía una y otra vez. Combinando el sonido de la pelvis de Namjoon chocando contra los gluteos de Jimin, el de los líquidos lubricando por dentro de él y sus gemidos agónicos, de dolor y humillación, era un sonido bastante ilustrativo de la situación que estaba teniendo lugar. Los dientes de Namjoon volvieron a hundirse en el cuello de Jimin, dejando profundas marcas. Jimin estaba empezando a verlo todo borroso. De repente, sintió algo cálido presionando contra sus labios. El dedo pulgar de Namjoon se introdujo entre sus dientes, forzándole a abrir la boca. Sus labios se juntaron contra los de Namjoon. Estaba intentando besarle. Jimin quiso cerrar la boca de nuevo, pero su cuerpo no respondía. Sus piernas se habían cruzado tras la espalda de Namjoon, y le abrazaba con sus brazos como si le fuera la vida en ello. Su instinto de omega tomó el control de su cuerpo, y empezó a seguir el beso. Había perdido completamente el control de sus sentidos, abrumado por el olor a alfa y la sensación de sentirse penetrado. Namjoon se corrió dentro de él. Corto e intenso, no fue a por una segunda ronda. Mordió una vez más el cuello de Jimin y se levantó, abrochando su pantalón. Suspiró varias veces, aguardando al umbral de la habitación. Miró a Jimin de nuevo. Estaba en el suelo, desnudo, sudado, con su ano goteando semen. Finalmente, salió de la habitación, pasándose una mano por el pelo. Jimin no podía creerse su humillación. Se agarró a su camiseta desgarrada, que todavía no se había puesto, tendido en el suelo. En posición fetal, dejó las lágrimas recorrer su rostro. Su hombros temblaron. Se sentía sucio. Lo que más le molestaba era haber correspondido al beso y haberse abrazado a él con todo lo que tenía. Eso era, con diferencia, lo que más le molestaba. Se sentía repugnante. Quería arrancarse la piel y lavarla. Lavarse por dentro. Quitarse toda la suciedad. Se dobló más sobre sí mismo, y, llorando, volvió a quedarse dormido.
<수싀>
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This is mafia, sweetheart [Jimin x Namjoon] (omegaverse)
FanfictionJimin, un pequeño omega, se levantó como siempre. Comió como siempre. Fue a trabajar como siempre. Pero no salió de trabajar como siempre. Goemul, la mafia local, le secuestra. Estando secuestrado en la guarida de unos mafiosos alfas, presidida por...